El presidente Luis Arce y el expresidente Evo Morales se han puesto de acuerdo en algo: ordenar a los jueces que condenen a la expresidente transitoria Jeanine Áñez (noviembre 2019-noviembre 2020) a diez años de cárcel.
Aunque se ofenden mutuamente, acusándose incluso de haber sustraído millones de dólares del Banco Central, los caudillos del MAS coinciden también en ordenar a los jueces que protejan a los incendiarios y asaltantes de tierras fiscales y privadas.
Morales acusó a Arce de haber entregado millones de dólares al expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada en 2003, cuando era encargado de las bóvedas del Banco Central, aunque en 2006 se convirtió en su ministro de economía.
Una coincidencia más une a los aspirantes a ser candidatos del MAS en las elecciones de 2125: no aceptan que el Tribunal Electoral corrija las fallas que llevaron a que la OEA detecte en 2019 un total de 27 formas de dolo en las elecciones de entonces.
Esas formas de fraude se mantuvieron intactas en las elecciones de 2020, cuando Arce fue elegido presidente después de haber sido designado como candidato por el propio Morales, quien estaba refugiado en Argentina, protegido por el peronismo K.
En todo lo demás, ellos están en desacuerdo, comenzando porque Morales dice ahora que Arce fue funcionario de gobiernos neoliberales, algo que no le perdona ni siquiera porque lo tuvo como ministro de economía durante trece años.
Las coincidencias que tienen cuando se trata de dar órdenes a los jueces hacen dudar de sus diferencias en otras materias, lo que apoya las sospechas de que tienen un plan para mantener a su partido en el poder por muchos años.
Las encuestas, una de ellas publicada por El Diario de La Paz, dice que, en este momento, una elección daría a Morales 13% de los votos y a Arce 18%, lo que pone en duda el presunto predominio que tendrían ambos en el electorado, que es difundido por los medios de comunicación controlados por el MAS, que son la mayoría.
Según El Diario, los medios de comunicación controlados por el partido de gobierno, “que son casi todos ellos”, se proponen dar la idea de que la rivalidad entre los caudillos mostraría que ellos se dividen las preferencias de casi 90% del electorado.
Pero las encuestas muestran que la corriente opositora al MAS se mantiene muy alta, como la que se expresó en las protestas de 2019, cuando Morales tuvo que renunciar después de que la OEA denunció las irregularidades de la elección.
Pues ahora, el Tribunal de Justicia confirmó la sentencia contra la señora Áñez, acusándola de haber conspirado para llegar a la presidencia en noviembre de 2019, cuando Morales había renunciado y fugado a México.
Morales había estado insistiendo en que Áñez debía recibir una condena de 30 años de cárcel, pero la campaña internacional que exige la liberación de los 265 presos políticos del gobierno del MAS le ha obligado a reducir sus expectativas.
Acerca de la acusación de que ella conspiró para llegar a la presidencia en noviembre de 2019, Áñez, en su libro “Jeanine de puño y letra”, relata cómo fue aquel momento: “Ni en sueños imaginé que yo pudiera llegar a la presidencia. Yo estaba con un grupo de amigas en Trinidad (departamento amazónico de Beni), y a las 6 de la tarde fui a la casa de una de ellas. Ahí empezamos a ver por Tv las renuncias sucesivas del gobierno en la ciudad de La Paz.
“Renunció Evo Morales, Álvaro García y toda la línea de sucesión y comenzó a sonar mi teléfono. Entonces me trasladé a mi domicilio y mi teléfono seguía sonando. Ya en mi casa respondí una llamada de un canal de Tv y allí hice referencia a que, ante las renuncias, yo estaba en la línea de sucesión”.
“Obviamente, me aludían no por Jeanine Áñez, sino en mi calidad de segunda vicepresidente del senado.
“Recibí la llamada de Ricardo Paz de Comunidad Ciudadana. Señaló que buscaban una salida constitucional ante la intempestiva acefalía del órgano ejecutivo y para frenar la violencia de los partidarios de Morales.
“Ellos querían saber si yo tenía la predisposición de asumir el cargo y les manifesté que lo haría siempre que no tuviera oposición de los sectores y sólo para llamar a elecciones.
“Estaba aturdida con tantas llamadas. Llegó gente a mi casa y comenzaron a buscar la forma de que viaje a La Paz, que sería en vuelo comercial vía Santa Cruz a las 7 de la mañana.
La preocupación era llegar a La Paz lo más rápido posible. “Estaba muy sensible y, de pronto, vi la magnitud de la responsabilidad en un país tan confrontado.
Ya en La Paz, se enteró de la violencia de los masistas que quemaron dos casas y 60 autobuses.
“Los vecinos de la zona sur estaban cuidando sus edificios con barricadas en cada esquina frente a la violencia de los grupos de choque del MAS.
“El día 11, en horas de la tarde, me reuní con los representantes de la Iglesia. Los facilitadores del diálogo mencionaron que lo constitucional era que yo asumiera para llamar a nuevas elecciones transparentes y democráticas.
Relata cómo el jefe de la policía le dice que no puede controlar la situación y que ella pida la participación de las FFAA. Ella lo hace y luego el comandante Williams Kaliman anuncia que el ejército estaba saliendo a las calles para preservar la paz. Kaliman aludió a artículo 20 de la ley orgánica de las FFAA que le ordenaba “analizar las situaciones conflictivas internas y externas para sugerir ante quien corresponda las soluciones apropiadas.”
El MAS había huido y había que cuidar el país.
Ahora ella pide que la CIDH se ocupe de su caso, en vista de que los jueces que maneja el MAS están dispuestos a condenarla sin tomar en cuenta la realidad de aquellos días.