(Desde Montevideo, Uruguay) - La diferencia cambiaria entre Argentina y Uruguay motivó que millones de uruguayos crucen la frontera para conocer lugares en el país vecino y hacer las compras del día a día. Durante los primeros nueve meses del año, por ejemplo, ese gasto casi alcanzó los USD 1.000 millones, mientras que los turistas argentinos en Uruguay dejaron un 42% menos que en 2019, antes de la pandemia.
Estos datos explican, en buena medida, que la balanza turística sea por primera vez negativa en el país, concluye el Monitor de Actividad Turística del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres).
Si bien a Uruguay llegan, y lo seguirán haciendo, más visitantes que en los años previos a la pandemia, el gasto de los turistas sigue estando por debajo. Esta tendencia se acentúa si se mide en términos reales, lo que termina afectando la rentabilidad de las empresas del rubro, sostiene el informe.
Uruguay tiene “serios problemas de competitividad y los seguirá teniendo en el mediano plazo” y es “imperante equiparar” el tratamiento impositivo a actividades como las exportadores, así como “mejorar la conectividad”.
Ceres anticipa que la próxima temporada de verano será “algo mejor” con respecto a la anterior, ya que se esperan más visitantes y más gasto. Habrá una mejora relativa en el “encarecimiento relativo con Argentina”, que se sumará a los beneficios otorgados y a una mayor presencia y publicidad.
El gasto de los extranjeros disminuyó en Uruguay un 41% respecto a 2019 y un 61% en comparación a 2017, que fue el año récord para el turismo en el país. Esta reducción está explicada principalmente por los argentinos, cuyo gasto fue un 42% inferior. El de visitantes de otras nacionalidades fue un 36% menor, si se comparan los primeros 11 meses del año con el mismo período del 2019.
Los departamentos fronterizos de Uruguay fueron los más afectados en la reducción del gasto. En Paysandú –limítrofe con la ciudad argentina de Colón– la caída fue del 90%, al tiempo que en Salto –vecina de Concordia– fue del 85%.
Mientras los turistas extranjeros han dejado USD 1.138 millones en el país, los uruguayos han gastado en el exterior USD 1.512. Es el primer año con saldo neto turístico negativo para Uruguay, pero “con perspectivas de revertirse para el año que viene”, aclara el centro de estudios.
El monitor elaborado por Ceres profundiza en las tarifas de los “destino premium” al comparar los precios del alojamiento y de la comida. El informe concluye que Punta del Este tiene “tarifas acorde” en comparación a otros destinos del mundo.
En las ciudades que seleccionó Ceres, el lugar más caro para alojarse es Miami (con una tarifa diaria de USD 989), seguido de Bariloche (USD 678), Ibiza (USD 679), Cancún (USD 608), Punta del Este (USD 488) y Barra da Tijuca (USD 475). Para hacer la comparación seleccionó el precio por noche en las habitaciones doble “king size” de hoteles cinco estrellas.
En gastronomía, en tanto, los precios varían según el plato, pero el ranking de más caro a más barato es el siguiente: Cancún, Ibiza, Miami, Punta del Este, Barra da Tijuca y Bariloche. En este caso, se consideraron los restaurantes más costosos de esos destinos y con la mejor calificación online.
Ceres proyecta que en 2023 los turistas volverán a ser más de tres millones en Uruguay y que ese flujo será superior en 2024, con niveles de ingreso por encima a 2018. Para hacer las estimaciones, este centro de estudios consideró que habrá un encarecimiento relativo de los precios con Argentina y Brasil y midió el salario real argentino en dólares.
El informe proyecta que el dólar estará en 2024 a $ 1.700, basado en el escenario de inflación proyectado por JP Morgan y los pronósticos del aumento de precios en Uruguay y Brasil.
En el verano 2024 ingresarán más turistas que en el de 2023, estima Ceres, pero estarán un 20% por debajo de la temporada récord.