Chile rechazó por segunda vez una propuesta de Constitución y cerró definitivamente un proceso de cuatro años fallido

Con un 55,75% contra un 44,25%, los chilenos desecharon el texto escrito esta vez por la derecha más dura. Analistas políticos evalúan la jornada

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Miembros del comando del "En
Miembros del comando del "En contra" en un punto de prensa tras el cierre de urnas en Santiago. Por segunda vez, los chilenos rechazaron reemplazar la constitución vigente, heredada de Augusto Pinochet, por un nuevo texto. (AP Foto/Matias Basualdo)

(Desde Santiago, Chile) Tal como lo pronosticaban todas las encuestas, con un 55,75% “En contra” y un 44,24% “A favor”, los chilenos rechazaron este domingo la propuesta de Constitución escrita por una mayoría de partidos de derecha, cerrando un proceso constitucional fallido de cuatro años sin resultados positivos y abriendo un futuro incierto para los distintos actores políticos.

El subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, elaboró un balance la tarde de este domingo en el marco del plebiscito constitucional, junto con manifestar que la jornada transcurrió con “total normalidad”. Ello, a pesar de que 30 personas fueron detenidas. De ellos, 23 fueron arrestados por negarse a ser vocales de mesa.

Sin embargo, no fue la única razón. Otras siete personas fueron detenidas por estar ebrios, uno por conducción en estado de ebriedad, dos por órdenes vigentes de detención, uno por suplantación de identidad, uno por agresión e incluso uno por fotografiar el voto.

Entre las historias más anecdóticas, destaca la de un vocal de mesa que huyó del centro de votación diciendo que iba a comprar cigarrillos, y la aparición de un monje budista a ejercer su voluntad en el Estadio Nacional, con su colorida vestimenta ritual que rápidamente se hizo viral.

Según el Servicio Electoral, en el territorio nacional sólo hubo cuatro mesas que no se instalaron este domingo: todas son de Rapa Nui, equivalentes al 23,5% de las mesas de la isla.

Para los chilenos en el extranjero, votar no era obligatorio sino voluntario. A las 14:20 ya se habían cerrado las mesas en ocho países -Nueva Zelanda, Australia, Corea del Sur, Singapur, China, Japón, Tailandia y Filipinas-, y el “En Contra” se imponía con el 69% de los votos

A las 19:30, Javier Macaya, presidente de la UDI, partido de derecha, fue el primero en reconocer la derrota en un punto de prensa.

“Nosotros hoy día vamos a dormir tranquilos. Sabemos que los chilenos han tomado una decisión y somos respetuosos de esa decisión”, manifestó.

En esa misma línea le exigió al Gobierno y a las fuerzas de izquierda no volver a levantar el proceso constitucional:

“Nosotros vamos a impedir con todas nuestras fuerzas, con todas nuestras facultades, que la izquierda insista en el ánimo de refundar Chile”.

Macaya tildó de “triunfo amargo para la izquierda porque ha sido derrotada en su anhelo histórico de reemplazar la actual Constitución.

“Por segunda vez, los chilenos le entregan su ratificación al actual texto constitucional y le piden a la política que se preocupe de las reales necesidades de los chilenos”.

A juicio de los expertos,
A juicio de los expertos, este resultado le da un nuevo aire al gobierno de Gabriel Boric y más de una lección a la derecha más dura chilena. (Foto AP/Esteban Félix)

Carolina Leitao, vocera del comando del “En contra”, agradeció por su parte a los ciudadanos “quienes votaron entendiendo que se votaba un texto y no un gobierno. Las mujeres sabíamos lo que estaba en riesgo. Hemos escuchado a los ciudadanos”.

El análisis de los expertos

Para Cristóbal Bellolio, analista político, el resultado “por de pronto significa que Chile no tiene una nueva Constitución. Me imagino que debe haber una cierta frustración, en el sentido de que nos metimos en este proceso hace cuatro años pensando que era la mejor manera de reparar la fractura social de Chile y concurrir a un pacto político legitimado en democracia, y nos vamos con las manos vacías. La lección, mirando el vaso medio lleno, es que aprendimos que una Constitución no se puede hacer de manera adversarial, en contra del otro, sino que tiene hacerse con el otro. El primer proceso, dominado por la izquierda, y el segundo, dominado por la derecha, tuvieron el mismo vicio. Ambos aprovecharon sus mayorías circunstanciales para proponer constituciones maximalistas que no contaban con la venia del otro sino que lo excluían. Ambos procesos pueden ser juzgados desde ese punto de vista”, señaló a Infobae.

- ¿Los partidos políticos no supieron darles a los chilenos una Constitución que nos uniera a todos?

- Correcto, y es peor aún, porque no es la casta política tradicional. Recordemos que en el primer proceso no fueron los partidos convencionales los que lideraron la Convención y mucha gente cree que por eso justamente fracasó. Y los republicanos que escribieron este texto tampoco forman parte de la casta tradicional. Desde ese punto de vista es más decepcionante aún, porque incluso las nuevas castas políticas, que pusimos ahí porque no nos gustaban las tradicionales, tampoco dieron el ancho.

- ¿En qué posición queda el gobierno del Presidente Boric?

- Hoy el Presidente y el oficialismo apenas logran empatar. Nadie puede celebrar en el gobierno y la izquierda, lo único que pueden decir es “nos salvamos” de una tercera derrota consecutiva y una humillación histórica que habría sido que Boric tuviera que firmar la Constitución elaborada por el partido de José Antonio Kast, que era más de derecha que la de Pinochet. Deben tener una sensación de alivio, como cuando uno empata un partido al final del minuto 90. El que crea que el resultado de hoy es un espaldarazo a las ideas de la izquierda no está leyendo bien esta votación.

-¿Cómo se perfila la derecha y sus opciones presidenciales, Evelyn Matthei y José Antonio Kast?

-La derecha va a tratar de desdramatizar la derrota, pues ellos se encontraban en una situación bastante cómoda. Si ganaban era un triunfo histórico, pero si perdían seguíamos igual con la Constitución de Pinochet. El balance no es tan terrible, pues donde realmente se la jugaban el todo por el todo era en el plebiscito pasado. El 45%, más o menos, que lograron con votos obligatorios, son más que lo que sacó Kast en segunda vuelta con voto voluntario, así que uno podría decir que incluso hay un crecimiento. Pero sería una ingenuidad creer que la derecha no le va a pasar la cuenta a Kast y su partido. Si yo fuera hoy de RN, la UDI o Evópoli, iría donde el Partido Republicano a pasarle la cuenta por haberse dado gustitos ideológicos que hoy aparecen tremendamente perjudiciales, como la discusión semántica por el derecho a la vida de quien está por nacer, que articuló una gran oposición de las mujeres que podrían haberse ahorrado. Si bien para la derecha el resultado no es tan malo, hay una responsabilidad evidente de los republicanos que pudo conducir este proceso a buen puerto y prefirió inocular la propuesta con su propio gen ideológico, apuesta que terminó siendo errónea.

Por su parte, Eugenio Tironi, otro lúcido observador de la realidad política nacional, aseguró que “desde el punto de vista institucional, es como el mal menor, como un hombre que coquetea con diversas mujeres para terminar quedándose con su pareja de toda la vida, que al parecer no era tan mala. Desde el punto de vista del clima político significará cambios porque este envalentonamiento y acoso de la oposición al gobierno va a tener que bajar sus decibeles. Y seguramente esto va a crear oportunidades para acuerdos más sustantivos en los próximos meses y le da un aire importante a Boric”.

-¿Se puede leer esta nueva derrota como un fracaso de la casta política, derecha e izquierda, que no supo entregar una Constitución que fuera unificadora para la mayoría de los chilenos?

- No estoy de acuerdo, creo que hubo miopía por parte de la derecha, particularmente de los republicanos, por no aprender de la experiencia del proceso anterior. Pero el proceso mismo no ha sido una pérdida de tiempo porque nos ha permitido deliberar, encontrar convergencias y además nos permitió resolver una controversia mayúscula, a través de un proceso democrático y, por sobre todo, pacífico. No olvidemos que el punto de partida fue el estallido social de 2019 que estuvo a punto de derribar la democracia chilena. Y encontramos una manera de salir de eso sin golpes de estado y conteniendo las olas de violencia. Hoy hemos legitimado la Constitución que tenemos y podemos asegurarles a las generaciones que vienen que este tema no va a volver a estar sobre la mesa.

- ¿Se equivocó la derecha en plantear esto como un plebiscito que juzgaba al gobierno de Boric?

- Completamente, esa codicia histórica de la derecha, la hizo quedarse hoy sin pan ni pedazo.

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