El Senado brasileño aprobó este miércoles la nominación del ministro de Justicia, Flávio Dino, un político y jurista de la máxima confianza del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, para ocupar la plaza vacante en la Corte Suprema.
La candidatura recibió 47 votos a favor y 31 en contra en el pleno de la Cámara Alta.
El de Dino es el segundo nombre para el Supremo escogido por Lula desde que regresó al poder, el 1 de enero, tras lograr colocar en la corte a mediados de año a su antiguo abogado personal, Cristiano Zanin, que lo sacó de la cárcel en el marco de los procesos por corrupción que luego fueron anulados.
La postulación de Dino, abogado de 55 años, doce de los cuales los ejerció como juez federal, ha sido igualmente cuestionada por su cercanía con el mandatario; su alto perfil político, siempre vinculado a partidos de izquierda; y sus feroces críticas al ex presidente Jair Bolsonaro.
El Senado también respaldó este miércoles, con 65 votos a favor y 11 en contra, el nombramiento del viceprocurador Paulo Gonet como fiscal general durante los próximos dos años.
Antes de la votación en el pleno, Dino y Gonet fueron interrogados durante más de 10 horas en la Comisión de Constitución y Justicia del Senado, donde el titular de Justicia hizo hincapié en separar su faceta política de la de juez.
“Evidentemente no opinaré políticamente sobre temas políticos porque eso es absolutamente incompatible”, aseguró el que ya fue diputado, gobernador del estado de Maranhão por dos mandatos (2015-2022) y elegido senador en las legislativas del año pasado.
En una audiencia sin grandes enfrentamientos, Dino evitó pronunciarse sobre temas espinosos, como el aborto o la liberación de la marihuana, asuntos que, en su opinión, le corresponde debatir al Parlamento.
Sí defendió reglas para las redes sociales, a las que responsabilizó de acoger discursos de odio, los cuales intentó combatir como ministro ante los ataques mortales registrados este año en varias escuelas del país.
“Ninguna actividad humana está desregulada”, sentenció.
El bolsonarismo se opone
Como era esperado, las voces más críticas a su nombramiento vinieron desde las filas bolsonaristas.
“Estamos viendo a un político siendo postulado al Supremo”, denunció el senador Flávio Bolsonaro, hijo del líder ultraderechista y quien también afeó a Dino haber tildado a su padre de “serial killer” y “genocida” en el contexto de la pandemia del COVID-19.
El senador Rogério Marinho, quien fue ministro en el Gobierno de Bolsonaro, cuestionó su imparcialidad.
“Usted dijo recientemente en una entrevista que Bolsonaro es más peligroso que los narcotraficantes. Este tipo de enfoque despectivo socava la imparcialidad que debe tener un juez”, expresó.
Dino respondió que no es “enemigo de nadie” y evitó pronunciarse sobre las investigaciones que enfrenta el ex gobernante en el Supremo, entre ellas su vinculación con la tentativa de golpe de Estado del pasado 8 de enero.
No obstante, que el presidente elija para el Supremo a un miembro de su gabinete no es algo extraño en Brasil.
Michel Temer (2016-2018) hizo lo mismo con su entonces ministro de Justicia, Alexandre de Moraes, y Bolsonaro (2019-2022) repitió con André Mendonça, quien fue titular de Justicia y abogado del Estado.
Por su parte, el oficialismo, encabezado por el Partido de los Trabajadores (PT), destacó el “notable saber jurídico” del candidato.
Diez hombres y una sola mujer
Dino ocupará el lugar de la jubilada Rosa Weber y podrá ejercer como juez del Supremo durante dos décadas, hasta que cumpla 75 años.
Con su elección, el pleno de la máxima instancia judicial del país, compuesto por once magistrados, estará constituido por diez hombres y una sola mujer, Carmen Lúcia Antunes.
Antes de optar por Dino, hubo una campaña de movimientos feministas y afros para que Lula, de 78 años, eligiera a una mujer afrodescendiente. El jefe de Estado hizo caso omiso a la misma y optó por su ministro de Justicia.
La próxima vacante que quedará libre en el Supremo será en 2028, cuando se jubile Luiz Fux. Su sustituto lo elegirá el presidente que salga de las elecciones de 2026, para las que Lula ya ha insinuado que se presentará en busca de la reelección.
(Con información de EFE)