(Desde Montevideo, Uruguay) - El presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, y el exmandatario José Mujica se reencontraron la semana pasada en Río de Janeiro, cuando el uruguayo se hizo presente en la presentación del proyecto Rutas para la Integración de Latinoamérica. En ese nuevo encuentro de dos viejos amigos, el brasileño le hizo un pedido al veterano dirigente de Uruguay: que sea un intermediario para acercarse a Argentina.
Mujica contó, en declaraciones que Búsqueda publica este jueves, que Lula le pidió que lo ayude porque “la relación de Argentina con Brasil no se puede deteriorar”. “Para mí es fundamental que eso no ocurra. Está bien buscar mercados nuevos pero también hay que cuidar los que tenemos, y Brasil y Argentina son fundamentales para nosotros”, destacó el dirigente del Frente Amplio de Uruguay.
El expresidente agregó que hará todo lo que esté a su alcance para ayudar a acercar las administraciones de Argentina y Brasil y sostuvo que espera que el gobierno de Luis Lacalle Pou también “eche aceite para mejorar la situación”. Mujica se mostró optimista en que los principales países de la región mejorarán la relación porque Argentina necesitará que el vecino esté “lo más cerca posible”. “Milei puede ser loco, pero no bobo”, dijo el exmandatario.
Molesto por las declaraciones de Milei en la campaña electoral, el presidente de Brasil decidió no asistir a su asunción del domingo 10. El libertario lo había llamado “ladrón” y “comunista furioso” y, además, invitó a su investidura a Jair Bolsonaro, su principal adversario político.
Pese a las diferencias evidentes entre los presidentes, Milei había tenido gestos y señales de distensión, como la decisión de enviar a Diana Mondino a Brasil en un viaje relámpago previo a su asunción.
Antes del encuentro con Lula, Mujica ya tenía la idea de que tanto él como Lacalle Pou sean un puente en la relación entre los dos países, según informó el medio uruguayo. De hecho, ambos acordaron tener una conversación para buscar la mejor forma de generar juntos un acercamiento entre las dos administraciones.
Mujica transmitió su idea a la vicepresidenta Beatriz Argimón para que la trasladara a Lacalle Pou. En un acto en el que coincidieron, el presidente de Uruguay le confirmó a su antecesor que respaldaba la iniciativa.
El mandatario uruguayo mantiene una buena relación con el presidente argentino. Si bien no pudo concretar un encuentro con él en la ceremonia de asunción, el libertario ya aceptó ir a comer un asado a la estancia presidencial Anchoera (en Colonia), una cita que todavía no tiene fecha.
Antes de asumir, Milei había destacado que tiene “mucha afinidad” con el presidente del Uruguay y aseguró resolverán asuntos de la relación bilateral mediante un asado.
En el encuentro en Río de Janeiro, Lula le dijo a Mujica: “Necesito que seas mi intermediario”. Lo conversado fue frente a varios testigos brasileños y uruguayos, según Búsqueda.
Mujica viajó a Brasil para la firma del acuerdo con los principales bancos de fomento al desarrollo, que acordaron financiar conjuntamente las obras necesarias para garantizar la integración física de los países de América Latina. Un total de USD 10.000 millones fueron puestos a disposición por parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, al Fondo Financiero para el Desarrollo de la Cuenca del Plata (Fonplata) y al Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes) de Brasil.
Mujica destacó que lo logrado por Lula permite avanzar en una “verdadera integración” de los países latinoamericanos.
En mayo, el presidente de Brasil había reunido en Brasilia a 12 mandatarios de la región con el objetivo de buscar esa mayor integración continental. En esa ocasión, acordaron promover acciones y ahora cuentan con este financiamiento.