(Desde Montevideo, Uruguay) - A los pocos meses de iniciar sus operaciones, la segunda planta de celulosa de la finlandesa UPM en Uruguay protagonizó un accidente ambiental. La multinacional derramó cerca de un millón de litros de soda cáustica a un arroyo afluente del Río Negro, luego de intentar almacenarla en una pileta que no estaba adecuada para su uso. Tras el análisis de la situación, el Ministerio de Ambiente decidió sancionar a la compañía extranjera.
En la última semana, esa secretaría de Estado resolvió aumentar el valor de la multa a cobrar a la empresa. Inicialmente, el ministerio tenía pensado que el monto fuera 1.000 unidades reajustables, pero aumentó esa cifra a 4.500 (unos siete millones de pesos uruguayos - USD 175 mil, aproximadamente), según informó el viceministro Gerardo Amarilla a El Observador.
El derrame provocó la muerte de peces, afectó la flora y la calidad del aire. UPM recién registró el incidente en octubre, cuando las autoridades de la empresa y del ministerio participaron junto a vecinos de una reunión de la comisión de seguimiento de la planta. Sin embargo, la multinacional sabía desde el 16 de agosto que se había generado esa fuga, ya que en esa fecha un vecino había reportado la muerte de los peces.
En la primera inspección en la zona, los técnicos de la multinacional hallaron soda cáustica en los márgenes del arroyo y detectaron que el pH estaba muy elevado (en 13, varias unidades por encima de lo habitual), según el medio uruguayo. Esa cifra bajó rápidamente.
La corrección del monto de la multa ocurrió luego de que esa cartera analizara las consecuencias posteriores al derrame y otros incidentes que tuvo la empresa, posteriormente, informó La Diaria. “No solamente es la multa, sino también corregir las imperfecciones o las situaciones que no habían andado correctamente, para que, en definitiva, no se produzcan más incidentes como el que vivimos”, afirmó.
Esta sanción está vinculada a la protección del ambiente y su afectación, y no al tamaño de la empresa, aclaró el jerarca del gobierno.
Las autoridades del Ministerio de Ambiente fueron convocadas al Parlamento por este episodio. El legislador del oficialista Cabildo Abierto Rafael Menéndez aseguró que hubo una “fuga importante” y definió como “enorme” el daño ambiental que generaba. Y cuestionó: “Denota una gran irresponsabilidad por parte de la planta que hace cuatro meses está operativa”.
Activada con agua, la soda cáustica destruye “todo tipo de vida”, aseguró el diputado.
UPM dio cuenta del hecho en un comunicado, en el que aseguró que tomó las medidas de forma inmediata para resolver la situación y deslindó que tuvieran relación al proceso de producción de la celulosa.
Durante el proceso, hubo “una serie de intimaciones y disposiciones” de parte del ministerio para con la empresa. Amarilla aseguró que si la empresa se hubiera ceñido al plan original de Gestión Ambiental que presentó, no se hubiera generado este incidente, aseguró.
Otro de los incidentes que influyó en el aumento de la sanción fue un derrame que ocurrió en la zona de los caños, que provocó episodios de mal olor. Cuando la noticia se hizo pública, a través de un video del portal Sudestada, la empresa respondió que lo que ocurrió no fue un “derrame” sino una “rotura de cañería que contenía celulosa” y aclaró que no hubo impacto ni ambientales ni lesionados. En el video se ve cómo la celulosa se expande por el lugar.
Hubo otros accidentes menores relacionados a la producción de la planta. También en noviembre, un cambió volcó en la ruta 5, una de las principales de Uruguay. El vehículo transportaba ácido sulfúrico y se dirigía hacia la planta cuando, al intentar hacer una maniobra, tuvo el accidente de tránsito.