Ecuador adquirió una deuda con China durante el gobierno de Rafael Correa por la cual el país debe pagar con barriles de petróleo al gigante asiático. Hasta ahora, la información sobre los términos de la negociación de la deuda se conocían de manera general, sin embargo, Fernando Villavicencio, el político que fue acribillado en agosto pasado, ya había denunciado los perjuicios estatales que ese préstamo ocasionaba.
La República Popular China concedió a Ecuador más de USD 24.000 millones en créditos bilaterales mediante su banca estatal y comercial. Según los investigadores, “ningún otro país ha tenido un nivel tan elevado de acreencias con Ecuador como la nación asiática”.
Ahora, un libro escrito por las periodistas ecuatorianas Katerine Erazo, Cristina Solórzano, María Mercedes Álvaro y María Elena Verdezoto y coordinado por Christian Zurita se ha convertido en la gran última revelación de Villavicencio y ha mostrado con detalle “las cláusulas de soberanía que el dragón imponía, el sometimiento de las autoridades y los técnicos nacionales, la legitimación de la expoliación en el acuerdo de cuatro partes que marcaron las preventas de crudo por más de 18 mil millones de dólares”, según se explica en el prólogo de Los Secretos de la Deuda China.
El texto de 256 páginas está disponible de manera gratuita como ebook en el micrositio de la Fundación Mil Hojas, que auspició la elaboración del libro (https://milhojas.is/deudachina/e-book/). Los anexos, perfiles y tablas sobre los detalles de la deuda también están disponibles para el público.
Las fórmulas discrecionales y excesivas que fijaron el precio del petroleo ecuatoriano para beneficiar a los prestamistas chinos; las altas tarifas de transportación de crudo que se entregaba a China, las cuentas del Banco Central y Petroecuador controladas por los prestamistas en el exterior, las altas tasas de interés, únicas en el mundo, el desvío de fondos para el pago de sobornos de los lobistas ecuatorianos; son algunas de las más importantes revelaciones del libro.
Las investigaciones identificaron al menos 32 protagonistas, entre exfuncionarios ecuatorianos, lobistas especializados en el comercio internacional de petróleo provenientes de varios países, empresas estatales y privadas de Ecuador y de todo el mundo; y oficinas de representación en Asia, Europa y América. Además de una compleja ruta del dinero, que solo el Buró Federal de Investigaciones (FBI) logró rastrear, según se detalla en el texto.
“Parte de este proyecto es difundir los documentos que fueron clasificados como secretos por parte del Estado ecuatoriano”, indica Zurita, autor del prólogo. El proyecto también revisó los detalles de la ejecución de las obras de infraestructura hidroeléctrica, de transmisión de electricidad, hidráulica, así como proyectos viales e incluso infraestructura educativa financiadas con endeudamiento chino a partir de contratos mantenidos por años “bajo reserva”. Entre ellos destaca la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, que no ha podido ser recibida por el gobierno por las miles de fisuras que presenta.
El caso Petrochina
Cuando Fernando Villavicencio ejercía como presidente de la comisión de fiscalización del congreso ecuatoriano, calificó a la deuda que adquirió Ecuador con China durante el gobierno de Rafael Correa como una trama internacional de intermediación comercial y financiera con el petróleo ecuatoriano. Para el investigador y político, esta era “la trama de corrupción petrolera más grande de Ecuador” y creía que podría tener implicaciones transnacionales.
Según la información que reveló Villavicencio en 2022, Ecuador solicitó financiamiento por USD 18.170 millones, a Petrochina, Unipec y PTT, en donde se comprometieron como garantía 1.365 millones de barriles de petróleo ecuatoriano. Sin embargo, los barriles que debían ir directamente a China terminaron endosados a los bancos europeos Société Générale, Natixis y el ING Bélgica. El propósito –explica Villavicencio– era “que los chinos accedieran a los dólares y puedan cumplir con los préstamos. Estos bancos resultaron aliados del grupo Gunvor y juntos comercializaron el petróleo ecuatoriano. Las pérdidas para Ecuador producto de la intermediación petrolera serían unos USD 5.000 millones”.
El gran problema de la deuda de Ecuador y China es que los barriles de petróleo que se dieron como forma de pago no fueron avaluados con el precio internacional del crudo sino que se congeló el precio del barril, esto habría provocado cuantiosos perjuicios al Ecuador, pues por cada barril, el país perdió alrededor de USD 3.60. Hasta febrero de 2022, Ecuador había entregado 1.174 millones de barriles como forma de pago.
Los proyectos emblemáticos de Correa
Las periodistas analizaron los créditos que China otorgó para los proyectos que prometían cambiar la matríz energética del Ecuador, los proyectos de vialidad e hidráulicos para cambiar la matriz productiva y otros proyectos como los de infraestructura educativa impulsados por el gobierno de Rafael Correa.
La construcción de la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair “abrió la puerta al endeudamiento con China”. Construida por la empresa china Sinohydro, la obra tiene más de 17.000 fisuras que no han dejado de aparecer pese a que ha sido reparada en cinco ocasiones. La megaobra le costó más de USD 3.300 millones al Estado.
Los defectos de la central hidroeléctrica que está ubicada entre las provincias amazónicas de Napo y Sucumbíos han llevado a que Ecuador y Sinohydro estén en una batalla legal por los perjuicios al Estado. El proyecto hidroeléctrico Coca Codo Sinclair se creó en el gobierno de Rafael Correa y se lo presentó como el “más grande de la historia del Ecuador”.
Asimismo se investigó el proyecto de Central Hidroeléctrica Minas San Francisco, “una de las joyas apetecidas por el dragón asiático”, donde Jorge Glas, ex vice de Correa que aún paga una sentencia de corrupción, aunque en libertad; tuvo un papel preponderante. Glas, entonces ministro coordinador de Sectores Estratégicos y posteriormente vicepresidente, validaba este tipo de obras por estar dentro de los objetivos del Plan Nacional para el Buen Vivir. En el contrato de este crédito, revelan los investigadores, Ecuador renuncia a proteger sus activos en dos incisos sobre inmunidad soberana. Esta cláusula se repetiría en otros contratos.
En cambio, en la Central Hidroeléctrica Paute-Sopladora se destaca el atropello de las consideraciones ambientales en esta obra. También en lo referente al Sistema de Transmisión de 500 kV, una autopista energética que atraviesa doce provincias de irregularidades se destacan las irregularidades en la ejecución de la obra y las condiciones del crédito.
La ampliación, mejor y construcción de carreteras durante el gobierno de Correa, hasta hoy son recordadas como una de las obras más representativas de esa administración. Sin embargo, el libro ha revelado que los retrasos para la entrega de financiamiento de diez carreteras generaron costos que terminaron siendo asumidos por el Estado ecuatoriano porque las cláusulas de los acuerdos beneficiaban a los agentes de crédito.
El libro también recoge las irregularidades en las obras de la infraestructura hidráulica del país y de las Escuelas del Milenio: “El análisis expuesto en este libro nos permitió confirmar patrones e identificar peculiaridades bajo los cuales funcionó el modelo chino en Ecuador”, recogen las investigadoras.
“Un volver a casa”
El magnicidio en contra de Fernando Villavicencio conmocionó al país. Christian Zurita, amigo y compañero de investigación de Villavicencio tuvo que reemplazarlo en la contienda electoral que se celebró el pasado 20 de agosto. A cuatro meses del asesinato del político, la publicación del libro se convierte en su último gran trabajo de investigación.
“Estas doce historias, puestas en escena por Fundación Mil Hojas, son el volver a casa de Fernando Villavicencio” escribe Zurita en el texto. Se explica que en el 2019, un año antes de la pandemia por coronavirus, Villavicencio “accedió a más de 5.000 archivos reservados de la deuda contratada con China. (Que) hoy ya son públicos tal como él lo deseó”.
Según se recoge en el prólogo, las investigaciones del libro son “un homenaje al legado de Fernando Villavicencio. Cada texto es un enfrentamiento a la servidumbre, pero además una reivindicación del optimismo, porque escribir y publicar es una victoria”.
El prólogo, redactado por Zurita, es no solo una presentación del libro, sino una carta a su amigo: “Aquí está tu cementera. Tiene incalculables horas de trabajo y por ello nunca le faltarán los surcos que se forman en cada línea escrita y que hacen posible los miles de párrafos de la vida. Nunca antes le debimos tanto a un solo hombre. Gracias por todo, querido amigo”.