Una caída desde el piso 16 de un edificio en el norte de Quito terminó con la vida de Camila Aguilera de 21 años. La joven estudiante de medicina había pasado una tarde con su hermana y sus amigos en la casa de su novio Carlos Yépez. Al finalizar la tarde ambos empezaron a discutir y Carlos le cayó a golpes a Camila. A minutos de que ella y su hermana partieran de regreso a su casa, luego de conversar por teléfono con su madre; Carlos, que se había quedado solo con la joven en una habitación, dijo que Camila se había suicidado. Las irregularidades alrededor de la actuación del entonces novio de Camila y de la Policía amenazan con que el evidente femicidio quede impune.
Ha pasado un año y cuatro meses desde ese trágico 16 de junio de 2022. En Ecuador se comete un femicidio cada 27 horas. En 2022 hubo 332 casos de muertes violentas de mujeres por razones de género, en lo que va del 2023, se han contado 277. El caso de Camila resurgió gracias a un hilo realizado en X por David Revelo, un joven que utiliza esa red social para recopilar casos de crímenes no resueltos. Revelo contó a Infobae lo importante de mostrar las irregularidades alrededor de la muerte de Camila y de permitir que sus familiares puedan contar su historia. Para Revelo, la presión social que suele darse cuando uno de estos casos se viralizan también pone en la agenda del debate la violencia de género que está normalizada.
Camila estudiaba medicina en una universidad de Quito. Eligió esa carrera porque creció viendo y ayudando a su hermana mayor, María Sol que también estudió medicina. Camila creció en un entorno familiar amoroso y, según cuentan sus allegados, era carismática, con vocación por el servicio y liderazgo. Además de María Sol, Camila tenía una hermana gemela: Emilia. A Camila le decían “la doctorita pequeña”.
Cuando su madre, Janeth Sierra supo del deseo de Camilia de estudiar medicina apoyó a la joven en su decisión. Aunque vivían en Ibarra, a 112 kilómetros de Quito, impulsó a que sus hijas se mudaran a la capital. Tiempo después, Janeth también se movilizó a Quito para reunirse con las tres jóvenes.
Entre 2019 y 2022, Camila mantuvo una relación sentimental con Carlos, a quien había conocido en Ibarra. Su relación no fue constante pues Carlos ha sido descrito como una persona violenta y manipuladora. Carlos tiene tres procesos por violación a diferentes jóvenes, incluyendo a una prima de Camila. Él fue el último en verla con vida.
Como es común en las relaciones de pareja donde se ejerce violencia, Carlos empezó a controlar a Camila. Si ella salía con otras personas que no fueran él, incluso si se trataba de sus hermanas, el sujeto entraba en cólera. Camila optó por alejarse de sus amigos y de restringir las actividades para no molestarlo.
Janeth contó a Revelo que, “en más de una ocasión su madre vio moretones en el cuerpo de Camila” y que su hija justificaba las hematomas diciendo que eran ocasionadas por alguna caída. Los hechos posteriores mostrarían que Camila estaba inmersa en un ciclo de violencia en su relación sentimental.
Después de estar separados ocho meses, Camila y Carlos volvieron a estar juntos a mediados de 2022, apenas a días de que ella muriera. Entonces, en junio de 2022, en Ecuador explotaron las protestas en contra del gobierno de Guillermo Lasso y las universidades funcionaban en modalidad virtual.
La pelea, la llamada y la muerte
El 16 de junio, Camila y Emilia pidieron a su mamá que les permita visitar el departamento de Carlos, ubicado en una zona privilegiada de la ciudad, pues la plusvalía de los inmuebles es alta. Según recogió Revelo en su hilo, el departamento de Carlos era un lugar propicio para reunirse pues había una piscina. Al lugar llegaron también otros amigos. El grupo de jóvenes disfrutó una tarde en la piscina, comieron y bebieron. Había seis personas en total.
Cuando cayó la tarde, cerca de las 19:00, el grupo de amigos dejó la zona de la piscina e ingresaron al departamento. Allí fue cuando Carlos y Camila empezaron a discutir. La pelea se volvió violenta cuando Carlos empezó a golpear a Camila en el piso. Su hermana Emilia intervino para separarlos. Camila lloraba desconsolada. Las gemelas llamaron a su mamá e hicieron una videollamada.
Emilia relató a su madre cómo Carlos golpeó brutalmente a su hermana. Janeth les dijo: ”Tranquila hijitas vengan a la casa. Ustedes no tienen por qué estar más ahí”. Esa terrible llamada fue la última que Janeth tuvo con su hija Camila.
Mientras Emilia pedía un taxi para poder regresar a casa se percató que su hermana ya no estaba con ella. Mientras la buscaba, Carlos salió de una habitación y dio una inesperada noticia: “Camila se suicidó lanzándose por una ventana”, contó.
Los cuatro jóvenes se acercaron a la ventana y observaron el cuerpo sin vida de Camila en el pavimento. La caída fue más de 40 metros. Todos estaban asustados y gritaban. Todos salvo Carlos, que estaba calmado. Le pidieron que llamara al 911 para recibir ayuda. Las investigaciones del caso demostraron que el sospechoso nunca llamó al servicio de emergencias y que lo primero que hizo fue contactarse con sus abogados.
Alrededor de 30 minutos después de que Carlos diera la noticia llegó una ambulancia que se encargó de retirar el cadáver de la joven. Según relató Revelo, con base en los testimonios de la madre de Camila, desde ese momento iniciaron las irregularidades. El oficial de la Dirección Nacional de Investigación de Delitos Contra la Vida que llegó a la escena no levantó el parte policial que es requerido para las investigaciones. Además, no prestó atención a los testimonios de los jóvenes quienes relataron la brutal pelea. Emilia ha contado que el agente solo les dijo que lo que haya sucedido no es importante porque “tu hermana ya está muerta”. A Janeth, los agentes policiales le dijeron que “esas cosas pasan por que sus hijas salen a tomar todas las semanas”.
En el acta del levantamiento del cadáver se inscribió que la muerte fue un suicidio y no se tomó en consideración las declaraciones de los jóvenes sobre la violencia de esa noche. El único testimonio que se tomó en cuenta fue el de Carlos, quien ha sostenido que Camila se lanzó por la ventana. Ninguno de los otros cuatro jóvenes presenció ese momento. Además, sin el parte policial, el proceso fiscal queda viciado. Esta falla permite que, incluso hoy, Carlos siga en libertad.
Pero no solo el parte policial inexistente y el acta del levantamiento del cadáver que declaró que se trataba de un suicidio son los elementos irregulares. Hay otras inconsistencias como la estructura de la ventana por donde cayó Camila.
Revelo mostró en su hilo la ventana. Esta no es amplia ni se abre completamente sino que solo permite la apertura a 45 grados. Como el femicidio se trató como suicidio, la Policía no mantuvo una cadena de custodia de elementos que podrían servir como evidencias y no tomaron las huellas dactilares que había en el departamento, por ejemplo en la ventana.
Un evento sospechoso también fue que Carlos se bañó después de que Camila cayera por la ventana. Aunque esto era extraño, los agentes policiales no se alarmaron. Además, el cuerpo de Camila tenía golpes previos que nunca se investigaron, según recogió Revelo.
Desde el primer instante la familia cuestionó que la muerte se tratara de un suicidio. Además, Carlos empezó a acosar a Janeth y a las hermanas de Camila, pues siempre aparecía en lugares cercanos a la ubicación de ellas. En medio del dolor de enterrar a la joven, la familia se enteró que Carlos había contratado asesoría legal para defenderse, pero ¿de qué? si el caso se cerró como un suicidio.
Janeth acudió un mes después de la muerte de Camila a la Policía y pidió un informe de la muerte de su hija. Fue entonces cuando se percató que los agentes policiales no realizaron ninguna diligencia. Un mes y medio después de la trágica noche el caso llegó a la Fiscalía.
Después de que su novia muriera al caer del piso 16 de un edificio, Carlos ha continuado con su vida. Acude a fiestas y a otros eventos sociales. Mientras tanto, la familia de Camila intenta recomponerse al mismo tiempo de exigir justicia. Revelo dijo a Infobae que Janeth, convertida en madre coraje, “tiene mucho dolor en su corazón”, pero quiere que ese dolor se convierta en una causa para honrar a su hija y para prevenir que otras jóvenes sean víctimas de violencia.