Claudia Juana Rodríguez de Guevara lleva años al lado de los Bukele. Antes de que Nayib, el mayor de los hijos de Armando Bukele y Olga Ortez, iniciara el camino que lo llevó hasta la presidencia de El Salvador, esta contadora ya tenía nexos íntimos con la familia. Luego, acompañó a los hermanos Bukele en sus empresas, como empleada de confianza, la que llevaba buena parte de las cuentas. El 30 de noviembre la Asamblea Legislativa la nombró designada presidencial, con lo que quedó habilitada para asumir como presidenta interina del país, puesto que desempeñará desde el primero de diciembre de este año hasta el primero de junio del próximo, cuando, si todo sale como está previsto en los planes políticos de Nayib Bukele, él vuelva a asumir como jefe del Ejecutivo salvadoreño.
El nombramiento de Rodríguez es, previo a la elección presidencial que ocurrirá en febrero de 2024, uno de los últimos pasos en la ruta política que Bukele y su entorno llevan preparando desde al menos mediados de 2021 para asegurar la reelección del presidente, algo que está prohibido en seis artículos de la Constitución salvadoreña.
A última hora del jueves 30 de noviembre, Bukele envió a la Asamblea Legislativa una propuesta con el nombre de Rodríguez de Guevara para que fuese investida como designada presidencial y luego como sustituta interina en la presidencia del país. Horas antes, Bukele había remitido al congreso otro documento, una solicitud de permiso para dejar sus funciones como jefe del Ejecutivo y el Estado para dedicarse a la campaña a la presidencia del país. Con 67 de 84 votos, los del partido oficialista y sus agrupaciones satélite, Rodríguez de Guevara recibió el aval.
La Constitución de El Salvador prohíbe la reelección. Por eso, el camino que llevó al nombramiento de Guevara, publicado en el Diario Oficial el mismo 30 de noviembre, había empezado más de dos años antes, en mayo de 2021, cuando la recién estrenada mayoría legislativa de Nuevas Ideas, el partido de Bukele, nombró de forma irregular una nueva sala de la constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Los nuevos magistrados del oficialismo hicieron en septiembre del 21 una interpretación sobre la reelección de funcionarios que, pasando por encima de los artículos constitucionales que la prohíben, abrió un camino para el reenganche de Bukele en 2024.
Aquella interpretación implicaba, entre otras cosas, que Bukele no puede haber ejercido el cargo de presidente seis meses antes de juramentarse, de nuevo, como mandatario. Por eso el permiso para dejar sus funciones, por eso la elección de una amiga familiar, contadora de confianza y una de las personas más cercanas al presidente y sus hermanos como sustituta para llevar las riendas de Casa Presidencial en los próximos meses. Rodríguez de Guevara es, dice un funcionario del Ejecutivo salvadoreño, la única miembro del círculo íntimo del presidente que no es su familiar.
La ley salvadoreña establece que las ausencias del presidente serán asumidas por el vicepresidente, Félix Ulloa en este caso. Sin embargo, Ulloa también buscará la reelección. A falta del vice asume un designado presidencial, que Bukele debió haber nombrado al inicio de su mandato. A Rodríguez de Guevara la nombraron designada, con lo que de forma automática, previa publicación del decreto legislativo en el Diario Oficial y juramentación, asume como jefa del Ejecutivo al hacerse efectivo el permiso otorgado a Bukele.
Un funcionario salvadoreño al tanto de las discusiones internas sobre la reelección de Bukele y otro relacionado con el Ejecutivo aseguraron a Infobae que el presidente también consideró pedir a la Asamblea Legislativa que nombrara a su hermano Karim como presidente interino, pero la Constitución, que no permite la reelección, también prohíbe que la designación presidencial recaiga en un familiar tan cercano al mandatario. Estas fuentes aseguran que Fabio Castillo, un viejo abogado salvadoreño que fue coordinador general del izquierdista FMLN y asesor legal de algunos de los financistas más importantes de Bukele, fue parte de estas discusiones. Finalmente, la decisión fue nombrar a la tesorera fiel y actual secretaria privada de la presidencia, Claudia Juana Rodríguez de Guevara.
La escudera del presidente
Antes de encontrarse en la silla más importante del poder salvadoreño, Claudia Juana Rodríguez ejerció como cerebro financiero y administrativo en empresas de los Bukele, incluidas las familiares, las personales y las políticas.
Un funcionario salvadoreño que habló con Infobae bajo condición de anonimato por seguridad explicó que Rodríguez entró al círculo de los hermanos impulsada por Olga Ortez, la matriarca, madre de Nayib, Karim, Ibrajim y Yusef. “Es de suma confianza de ellos, incluso tiene suficiente autoridad para regañarlos”, dijo esta fuente.
Uno de los lugares en que labró su condición de consiglieri administrativa fue en Obermet, la empresa de publicidad de los Bukele que, desde mediados de la década anterior, recibió millonarios contratos del gobierno del izquierdista FMLN que presidió el excomandante guerrillero Salvador Sánchez Cerén, hoy prófugo de la justicia por delitos de corrupción. Rodríguez de Guevara fue directora de Obermet, que también sirvió a Nayib Bukele para financiar parte de sus campañas electorales.
En 2018, la sección de la Corte Suprema de Justicia que revisa las declaraciones patrimoniales de los funcionarios públicos salvadoreños, pidió enviar a juicio civil a Bukele por dineros relacionados con Obermet. Entre 2012 y 2015, cuando era alcalde del pequeño suburbio capitalino llamado Nuevo Cuscatlán, Bukele recibió una donación de Obermet por unos USD 800,000 que no declaró ante Hacienda. La petición de juicio no prosperó en la Corte Suprema. Fuentes judiciales en el máximo tribunal salvadoreño aseguraron que fue ella quien ideó la estrategia para resolver el entuerto legal en este caso.
Tras su gestión en Obermet, Rodríguez de Guevara acompañó de cerca el crecimiento político del mayor de los Bukele Ortez. En 2015, Nayib Bukele fue elegido alcalde de San Salvador y el primera día de gestión nombró a su administradora de confianza como tesorera municipal: Claudia Juana Rodríguez pasaba a controlar los dineros de la ciudad más importante del país.
El paso de le recién nombrada designada presidencial por la alcaldía tampoco estuvo exento de señalamientos. En 2016, la Corte de Cuentas de la República, que es la contraloría estatal salvadoreña, elaboró un informe sobre el primer año de gestión de Bukele en la municipalidad capitalina en el que apuntan el dedo a Rodríguez de Guevara como una de las responsables en inconsistencias detectadas en el manejo de deudas por USD 6.2 millones.
Luego, durante la primera campaña presidencial de Nayib Bukele, Rodríguez de Guevara era la encargada de recibir las donaciones en efectivo que hacían personas o empresas, según contó a Infobae un empresario que dio dinero entonces.
Cuando Bukele juró como presidente en junio de 2019, Claudia Juana Rodríguez fue nombrada directora financiera de Casa Presidencial: por su escritorio pasaría el presupuesto de la casa de gobierno y las asignaciones al Organismo de Inteligencia del Estado (OIE). Bukele también la nombró directora de la Dirección de Obras Municipales (DOM), una oficina nueva que concentra recursos millonarios para la inversión pública en todo el país. Es difícil establecer, debido al secretismo con que el gobierno Bukele maneja sus cuentas, cuánto dinero público ha administrado Rodríguez de Guevara, pero un cálculo rápido basado en lo que sí es de conocimiento público acerca la cifra a los dos mil millones 500 mil dólares. Solo para 2024, a la DOM se le asignó un presupuesto de USD 415 millones.
La influencia de la recién nombrada presidenta interina se extiende, también, al Banco Central de Reserva, donde su hermano, Douglas Rodríguez, ejerce como presidente desde el 19 de septiembre de 2020.
El papel real que esta mujer, una de las más cercanas al presidente y miembro de su círculo íntimo, ejercerá mientras sea presidenta de El Salvador no está del todo claro. En el papel, ella debería tomar todas las decisiones y asumir todas las atribuciones del cargo, desde coordinar a su gabinete hasta ejercer como comandante en jefe de la Fuerza Armada. Por lo visto hasta ahora, sin embargo, no parece que Nayib Bukele vaya a desentenderse de su poder presidencial.
El decreto que la Asamblea Legislativa aprobó el 30 de noviembre pasado para autorizar que Bukele deje de ejercer como presidente incluye lenguaje que le permite mantener prerrogativas presidenciales e incluso pone en duda si, en efecto, quedará incapacitado para llevar adelante algunas atribuciones. En su considerando V, el documento dice que el permiso del Legislativo no habilita “la desaparición del cargo público que ostentan el presidente y el vicepresidente”. Más aún, en el inciso anterior se asegura que Bukele “seguirá ostentando” el cargo. Bukele también mantendrá todas las medidas de protección física que ha tenido hasta ahora. Más adelante, sin embargo, se dice que será la designada presidencial, Rodríguez de Guevara para el caso, quien ejercerá la conducción política y administrativa del aparato estatal.
Relacionada con el dinero de la petrolera venezolana
Claudia Juana Rodríguez de Guevara ha tenido en sus manos las llaves de buena parte de los dineros públicos relacionados con la presidencia de El Salvador, como las tuvo cuando cuidó las arcas municipales en las alcaldías en que Nayib Bukele ejerció como jefe. También fue parte, la designada presidencial, de otro entramado financiero, el que conecta con Alba Petróleos de El Salvador, el consorcio de empresas -de papel la mayoría- con que la petrolera estatal venezolana desvió fondos públicos durante el chavismo y el madurismo.
El 18 de marzo de 2022, Bukele añadió otro título a Rodríguez de Guevara, el de secretaria privada de la presidencia, cuya oficina es la que precede a la del presidente de la república. En el organigrama de poder del Ejecutivo salvadoreño, el puesto de secretario privado ha sido, junto al de secretaría técnica, el que más poder encierra. Rodríguez llegó a esta oficina en sustitución de Ernesto Castro, quien en 2021 corrió como candidato el congreso. Castro ganó y es hoy presidente de la Asamblea Legislativa.
Rodríguez de Guevara y Castro han compartido, además del despacho de la secretaría privada de Nayib Bukele, participación en empresas que estuvieron relacionadas con Alba Petróleos y el dinero venezolano. En 2014, cuando Bukele emprendía su camino hacia la alcaldía de San Salvador, la empresa constructora Mov-i, con la que el actual presidente legislativo y la designada presidencial han estado relacionados, recibieron USD 527,000 según documentos publicados en una investigación del periódico salvadoreño El Faro. Parte de ese dinero sirvió para pagar tarjetas de crédito personales de Nayib Bukele.
El dinero de Alba Petróleos, cuyas actividades han sido investigadas en Venezuela, El Salvador y Estados Unidos por posibles delitos de blanqueo de capitales, no ha sido menor en la carrera política de Bukele y en el crecimiento económico de su entorno.
Con dinero de Alba Petróleos, Bukele financió, por ejemplo, Starlight, una empresa de comunicaciones que sirvió de plataforma para la consolidación de la imagen pública del futuro presidente. La jefa de gabinete de Bukele, media docena de ministros y exministros y sus dos secretarios privados están entre quienes recibieron dineros provenientes de Venezuela. Starlight, además, recibió dinero de los gastos reservados de la presidencia durante la gestión de Salvador Sánchez Cerén. Desde 2021, el fiscal general salvadoreño, controlado por Bukele, emprendió la persecución penal contra exfuncionarios que recibieron fondos de gastos presidenciales reservados, pero ha dejado por fuera a los cercanos a Bukele que también tuvieron acceso a ese dinero.
Ni Castro ni Rodríguez de Guevara, secretarios privados y personas de confianza del presidente, han sido investigados por los manejos de fondos cuestionados. Ambos han cuidado el acceso a Nayib Bukele y han sido guardianes de parte de sus dineros y de los fondos públicos manejados en sus gestiones como alcalde o presidente. Es ella, sin embargo, la que siempre fue más cercana a la familia del presidente. Y es ella quien ahora lo sustituirá en la silla presidencial.