Los manifestantes presos del 11J fue el tema dominante en el diálogo entre la Unión Europea y la dictadura cubana

La situación de los manifestantes presos del 11 de julio de 2021 en Cuba fue el “tema dominante” en las conversaciones entre el régimen cubano y el representante especial de Derechos Humanos de la Unión Europea (UE), Eamon Gilmore, durante una visita de dos días a la isla.

“La situación de los presos (...) fue probablemente el tema dominante en la política bilateral”, dijo el viernes el diplomático irlandés, en declaraciones a la prensa, durante la última jornada de su estancia en Cuba.

“Este fue un tema que debatimos durante los dos días”, señaló el representante europeo, quien llegó el jueves a La Habana para el tercer diálogo sobre derechos humanos entre ambas partes, en el marco del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación UE-Cuba, en vigor desde 2017.

Gilmore informó que se reunió con “familiares de detenidos” por las manifestaciones del 11 de julio y que abordó con las autoridades asuntos referentes a las “detenciones que tuvieron lugar, (...) las condenas que se impusieron, algunas de ellas muy largas”. “Por primera vez, nos han proporcionado cifras” sobre la cantidad de manifestantes presos, añadió.

El relator no precisó estas cifras, toda vez que, dijo, su delegación aún debe “analizarlas y cotejarlas”.

La visita ocurre dos años después de que la isla fuera sacudida por las históricas manifestaciones del 11 y 12 de julio de 2021, cuando miles de cubanos salieron a las calles al grito de “tenemos hambre” y “libertad”. La Habana acusa a Washington de haber orquestado estas protestas.

El régimen ha informado que unos 500 manifestantes han sido condenados, algunos hasta con 25 años, por dichas marchas, mientras que organizaciones de derechos humanos estiman esta cifra en 700.

En tanto que la embajada de Estados Unidos señala que Cuba tiene unos mil presos políticos, incluidos los detenidos relacionados con las marchas de 2021.

Gilmore también dijo que habló con las autoridades sobre la muerte el domingo de un manifestante preso desde el 11 de julio. El hombre de 37 años murió en un hospital de La Habana a donde fue trasladado desde la prisión, indicó el martes la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Gilmore reconoció el impacto del embargo económico al que Estados Unidos ha sometido a Cuba más de seis décadas y de la reinclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo.

“Está perjudicando la situación de los derechos humanos porque hace daño. Perjudica a la gente sobre el terreno” debido a las dificultades que tienen los cubanos de acceder a alimentos, medicinas y combustible, sostuvo.

También señaló que el gobierno cubano “tiene la responsabilidad de abordar las cuestiones económicas y de ocuparse de la esfera de las dificultades económicas”, y alentó a las autoridades a seguir con las reformas económicas.

Se reunió con el presidente Miguel Díaz-Canel. “Recibí en el Palacio de la Revolución a Eamon Gilmore (...) a quien ratifiqué el firme compromiso de Cuba con la realización plena de todos los derechos humanos”, dijo el mandatario en su cuenta de X, antes Twitter.

Díaz-Canel dijo que igual que “en ocasiones anteriores, se evidenciaron diferencias de posición respecto a varios de los temas abordados”, pero que también “se identificaron áreas de coincidencia que brindan oportunidades para la cooperación”, indicó en un comunicado.

Durante su estancia, Gilmore visitó a diputados en la Asamblea Nacional y se reunió con el ministro de Justicia, el viceministro del interior y el procurador general, así como con “organizaciones y actores de la sociedad civil”.

Padres de manifestantes presos en julio de 2021 dijeron el jueves a la AFP que pidieron una reunión con Gilmore y le solicitaron que visitara las prisiones donde sus hijos están recluidos.

“Yo quiero abogar por los tres hijos míos y por todos”, dijo Emilio Román, padre de dos muchachos de 25 y 18 años y una mujer de 23 años, condenados a 10 años dos de ellos y a cinco el menor. Los tres fueron detenidos en la Güinera, un barrio bravo de La Habana tras las manifestaciones.

(AFP)