El concierto de la estrella estadounidense Taylor Swift en el Estadio Nilton Santos, conocido como Engenhão, en Río de Janeiro, terminó en caos y violencia este sábado, después de que la cantante anunciara el aplazamiento del espectáculo por el intenso calor y la muerte de una fanática el viernes.
Los miles de seguidores de Swift, que ya habían ingresado al recinto, tuvieron que salir a toda prisa bajo una fuerte lluvia y se encontraron con cientos de personas que corrían presas del pánico en las inmediaciones del estadio, ubicado en la Zona Norte de la ciudad.
Testimonios recogidos en el lugar indican que, además de las inclemencias del tiempo, un grupo de delincuentes aprovechó la confusión para cometer un robo masivo. Este suceso provocó una estampida entre los asistentes, quienes buscaron desesperadamente un lugar seguro donde resguardarse.
Imágenes difundidas en redes sociales muestran a personas corriendo y refugiándose en establecimientos cercanos, incluyendo restaurantes de comida rápida.
Algunos videos muestran a un efectivo policial armado con un fusil tratando de contener la situación.
Una fanática describió la escena como un momento de terror generalizado, con personas siendo empujadas hacia la salida del estadio en medio del pánico.
Ante la situación, los organizadores del evento permitieron que el público regresara nuevamente al recinto y se alojara en las gradas, buscando ofrecer un refugio ante el desorden que se vivía fuera de las instalaciones. Sin embargo, la tensión en el lugar persistió.
“Hay robos masivos y siguen expulsándonos del estadio. Hay pánico generalizado, todo el mundo está corriendo y continúan empujándonos hacia la salida”, escribió una fan en Twitter.
La organización del evento informó que el concierto fue reprogramado para el lunes 20 de noviembre y que los boletos adquiridos serán válidos para la nueva fecha. Sin embargo, muchos fans expresaron su indignación y decepción por la falta de información y la desorganización.
La Policía Militar de Río de Janeiro acordonó el área alrededor del estadio. A pesar de su presencia, la institución no confirmó oficialmente que se haya registrado un robo masivo.
Sin embargo, las autoridades locales informaron sobre disturbios menores en las proximidades. Equipos de la Policía Militar fueron enviados a los puntos monitoreados e intensificaron el patrullaje.
La ciudad de Rio de Janeiro se encuentra en alerta de tormenta hasta la medianoche del domingo. Se espera que un frente frío en la costa genere ráfagas de viento que podrían alcanzar los 100 kilómetros por hora en la región sudeste.
Brasil ha sufrido en los últimos meses el impacto del clima extremo que los expertos atribuyen al calentamiento y al fenómeno El Niño: altas temperaturas, una sequía histórica en el norte e intensas lluvias acompañadas de ciclones en el sur del país.
Gran parte del centro y el sureste de Brasil sufre desde hace varios días temperaturas agobiantes y atípicas para la primavera austral.
Expertos coinciden en que los efectos son más agudos en los barrios más pobres, con una fuerte densidad de población y viviendas precarias separadas apenas por pasajes estrechos.
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