La apuesta de Taiwán en América Latina: acuerdos por capital humano en vez de megaproyectos

La pérdida de un socio histórico como era Honduras luego de negarse a financiar una represa al gobierno de Xiomara Castro deja algunas lecciones para la isla

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Las banderas de Taiwan y Honduras dejaron de hondear juntas desde que en marzo de este año el gobierno de la presidenta Xiomara Castro decidiera romper relaciones con la isla y virar hacia China (REUTERS/Fredy Rodriguez)
Las banderas de Taiwan y Honduras dejaron de hondear juntas desde que en marzo de este año el gobierno de la presidenta Xiomara Castro decidiera romper relaciones con la isla y virar hacia China (REUTERS/Fredy Rodriguez)

(Washington, Estados Unidos) Pasaron ocho meses del rompimiento de relaciones de Honduras con Taiwan para acercarse a China, luego que no aceptara financiar la realización de una represa por 2,5 millones de dólares, un episodio que deja lecciones para la isla según los expertos.

La pérdida de uno de los aliados en la región plantea desafíos a Taiwán en un contexto en el que China sigue avanzando por conquistar aliados, tal como hizo con Honduras al ofrecer ese financiamiento a un costo que, para algunos expertos, es elevado.

En un evento organizado por el think tank Stimson Center, con sede en Washington, académicos analizaron el caso de Honduras y extrajeron lecciones para Taiwán.

Según Ryan Berg, director del programa para las Américas de Centro de Estrategia y Estudios Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés), el caso ilustra el valor que aún tiene América Latina para Taiwán, el cambio en la estrategia de cooperación taiwanesa en la región, y las dificultades para competir con China en ciertos proyectos de infraestructura.

El primer ministro chino, Li Qiang, recibió en junio a la presidenta hondureña, Xiomara Castro (JADE GAO/REUTERS)
El primer ministro chino, Li Qiang, recibió en junio a la presidenta hondureña, Xiomara Castro (JADE GAO/REUTERS)

De los 13 países con los que Taiwán mantiene relaciones diplomáticas, siete están en América Latina y el Caribe: Haití, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Belice, Guatemala y Paraguay.

En el pasado ya rompieron relaciones diplomáticas Panamá en 2017, República Dominicana y El Salvador en 2018 y Nicaragua en 2021.

Por ello, según Berg, perder un aliado en este continente es un duro golpe, dado que esta región agrupa la mayoría de sus socios formales. En los últimos años, América Latina ha sido el escenario principal de la pugna diplomática entre Taiwán y China.

Para Taiwán mantener sus vínculos en la región es clave no sólo políticamente sino también en términos económicos, señaló el experto. Conservar estos lazos económicos puede ser posible, incluso sin reconocimiento diplomático.

De la “diplomacia del dólar” al desarrollo de capacidades

Bajo el mandato de Tsai Ing-wen, explicó Berg, Taiwán adoptó un enfoque de cooperación más sostenible y centrado en las necesidades reales de los países receptores, invirtiendo en áreas como salud, educación y capital humano.

Por ejemplo, en Paraguay según el experto, apoyó la “digitalización completa de la infraestructura sanitaria, lo que ha tenido un tremendo impacto en el punto de entrega y la calidad de la atención”. En San Vicente y las Granadinas, aportó en la formación de capital humano para la limpieza de desastres naturales, lo que fue muy útil para el día después de una erupción volcánica.

Un estudio de CSIS señala que la Agencia Internacional de Cooperación y Desarrollo de Taiwán (ICDF) pasó de financiar grandes obras de infraestructura a proyectos de impacto comunitario, con mayor coordinación local.

Según Leland Lazarus, investigador de la Universidad Internacional de Florida, este cambio se debe en parte a limitaciones presupuestarias, pues Taiwán ya no cuenta con los fondos para competir mano a mano con China. Debe gastar con cuidado y buscando resultados positivos sobre el terreno.

En ese sentido, Taiwán logra tener mejor vínculo y “una afinidad natural” al decir de Berg, con los pequeños estados insulares de la región. “Es porque pueden sacar mucho provecho de su inversión. No tienen que gastar tanto dinero y pueden tener un impacto enorme”, dijo.

Yuki Tatsumi, codirectora del programa para Asia del Stimson Center señaló cómo esta disputa entre Taiwán y China le recuerda una puja muy similar entre Japón y China en África. “Cuando China intentaba entrar ofreciendo infraestructura llamativa y grandes proyectos, Japón trataba de contrarrestar eso usando la palabra ‘calidad’ versus ‘cantidad’”, dijo.

Taiwan vs China como asunto de campaña

Uno de los elementos que se empiezan a ver en la región es que en los países que tienen vínculos con Taiwán y no con China, el asunto se vuelve un tema de campaña electoral. Honduras es un claro ejemplo de ello, porque Xiomara Castro dejó abierta en su propuesta para los comicios la posibilidad de acercarse a China, algo que luego al asumir la presidencia cumplió.

Pero también es algo que se observó en Paraguay, en sentido contrario. La dicotomía entre mantenerse aliado de Taiwán o acordar con China fue parte de la campaña electoral en el país, pero ganó Santiago Peña, el candidato colorado que proponía mantener el vínculo con la isla a diferencia de Efraín Alegre, que prentedía establecer vínculos con China.

El vicepresidente de Taiwán, William Lai, recibió en julio al presidente de Paraguay Santiago Peña, que aún no había asumido en el cargo (Oficina presidencial de Taiwán/REUTERS)
El vicepresidente de Taiwán, William Lai, recibió en julio al presidente de Paraguay Santiago Peña, que aún no había asumido en el cargo (Oficina presidencial de Taiwán/REUTERS)

De acuerdo a Berg, cuando un país decide romper con Taiwán, en general ocurre en dos contextos: una promesa electoral o la búsqueda de fondos para un gran proyecto de infraestructura.

Honduras encaja en ambas por la promesa de campaña de Castro y la necesidad de fondos por 2.500 millones de dólares para proyectos como la hidroeléctrica Patuca III.

Al negarse a financiar la represa, Taiwán mantuvo consistencia con sus nuevos principios de cooperación, pero perdió un valioso aliado. Para Honduras, la oferta china resultó más atractiva, aunque implique mayores niveles de deuda.

Según Berg, en Paraguay el tema Taiwán “podría convertirse en un problema en campañas futuras”. Por ahora con Peña el vínculo está fuerte, pero la realidad política, aseguró el experto puede cambiar. Alegre prometía explícitamente cambiar el reconocimiento a favor de los exportadores agrícolas, en particular los ganaderos de carne, para acceder al mercado chino.

Guatemala, uno de los mayores aliados de Taiwán en términos de cantidad de población, debería ser “otra gran preocupación”, dijo el experto de CSIS. “Ese país acaba de elegir a Bernardo Arévalo, un político de centro izquierda que mencionó en la campaña electoral palabras muy similares a las de Xiomara Castro en Honduras, cuando ella se preguntaba por qué no es posible tener relaciones con ambos países”.

El presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo (EFE)
El presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo (EFE)

Arévalo estuvo la semana pasada en Washington y se reunió con congresistas republicanos que tenían las mismas preocupaciones que el experto de CSIS. Según dijo a Infobae el embajador Francisco Villagrán, representante de Arévalo en Washington, el presidente electo le dejó claro a sus interlocutores que no romperá relaciones con Taiwán.

El comercio, el otro gran factor

Lazarus opinó que otro factor importante en la decisión de algunos países de virar hacia China es el comercio, producto de la política de cierre comercial de Estados Unidos.

“Muchos países están buscando acuerdos de libre comercio y, francamente, Washington no tiene apetito por acuerdos de libre comercio en este momento. Y eso se ve en Honduras, que justo después de hacer el cambio, inmediatamente inició negociaciones para un acuerdo de libre comercio con China”, dijo el académico de la Universidad Internacional de Florida.

¿Cómo puede Taiwán navegar este escenario? Una opción, dijo Lazarus, es profundizar los nuevos enfoques de cooperación y vincularse desde las sociedades civiles, pues estos lazos suelen perdurar más que los acuerdos entre gobiernos.

También es clave, señaló Berg, coordinar acciones con países afines como Estados Unidos, Japón y Corea del Sur. Proyectos conjuntos pueden ampliar el alcance limitado de Taiwán.

Finalmente, Lazarus apuntó que Taiwán debe reforzar sus lazos económicos y culturales donde sea posible, incluso sin reconocimiento político, pues estos vínculos trascienden el plano diplomático.

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