El Parlamento de Nicaragua, dominado por el gobernante partido Frente Sandinista, aprobó el jueves el Tratado de Libre Comercio (TLC) con China, que permitiría el acceso del país centroamericano a un mercado de 1.400 millones de habitantes a partir del próximo año.
El TLC, firmado en agosto pasado entre los gobiernos de Beijing y Managua, fue aprobado por los 91 miembros del Congreso unicameral a instancias de la bancada oficialista, cuyos miembros destacaron los beneficios del acuerdo comercial.
Según la exposición de motivos expuesta al plenario, el tratado con China le permitirá a Nicaragua “duplicar su intercambio comercial con el mundo” al exportar al gigante asiático, con tasas preferenciales, un 71 % de los productos que actualmente vende al exterior.
El acuerdo, que se espera entre en vigor en 2024, establece la exportación a China con arancel cero de los principales rubros nicaragüenses (textiles, carne, arneses automotrices, pescados y mariscos, maní, ron y cervezas, entre otros) y un posterior proceso de “desgravación gradual” para el resto de productos.
Las negociaciones del TLC entre China y Nicaragua se realizaron durante casi un año al más alto nivel, sin que se conocieran detalles de las mismas.
Al comentar el jueves la firma del TLC con China, la vicepresidenta Rosario Murillo, esposa del mandatario Daniel Ortega, dijo que el acuerdo es un “justo reconocimiento de la soberanía y determinación de nuestros pueblos”.
Murillo aseguró que el tratado beneficiará a Nicaragua con “el desarrollo de la inversión, el crecimiento económico y el intercambio comercial justo”.
Nicaragua y China tuvieron relaciones diplomáticas durante el primer gobierno sandinista (1979-1990) que terminaron cuando la presidenta Violeta Chamorro (1990-1997) estableció nexos con Taiwán. Esta relación fue cortada abruptamente por Ortega en diciembre de 2021, para acercarse nuevamente a Beijing.
Desde entonces, China ha enviado a Nicaragua a periodistas de su consorcio de medios oficiales CGTN para “entrenar” a reporteros oficialistas nicaragüenses.
Recientemente ambos países firmaron un acuerdo para remodelar el viejo aeropuerto militar de “Punta Huete”, construido por los sandinistas en la década de 1980 con apoyo de Cuba y la extinta Unión Soviética, y transformarlo en una nueva terminal aérea internacional.
El jueves el hijo de la pareja presencial, Laureano Ortega Murillo, repartió 130 autobuses chinos entre siete cooperativas de transportistas privados que dan servicio público, todas vinculadas al partido sandinista.
Los vehículos son parte de un lote de 250 buses que Nicaragua recibió de China el mes pasado.