Los parques nacionales Madidi y Noel Kempff están ardiendo y el fuego llega a aldeas y ciudades vecinas, un desastre que favorece a los mineros ilegales manejados por empresas chinas, denuncian los aborígenes.
Cerca de 80.000 supuestos mineros ocuparon la ciudad de La Paz para exigir que el gobierno les permita explotar oro en las “áreas protegidas”, como se llaman los parques nacionales.
En una semana han conseguido que el gobierno de Luis Arce autorice esas explotaciones, aunque con la engañosa condición de que sólo podrán operar las empresas que llegaron antes de 2009 a esas “áreas protegidas”, que nadie protege.
El gobierno despidió a la directora del parque Amboró, Andreína Tolavi, que había denunciado la invasión de los cocaleros de Evo Morales. “Los parques han sido abandonados”, dijo la recién despedida.
Los “mineros” piden más todavía. No quieren pagar impuestos, como el IVA, de 13%, o el Impuesto a las Utilidades (IU), de 25%, sino solamente un arancel de 4,8%, mientras el resto de la minería paga IVA e IU, además de un arancel de 7%.
A pesar de que la ciudadanía de La Paz está indignada por la presencia de estos supuestos mineros y se escuchan las protestas de los aborígenes afectados por los incendios y el uso del mercurio, el gobierno de Arce no se atrevió a defender los parques nacionales y proscribir la minería ilegal.
El economista Carlos Chalup, del Partido Liberal, dice que se trata de un compromiso político que tiene el gobierno de Arce con la China Popular, el primer origen de las importaciones bolivianas y el principal acreedor.
“Esta es la mejor prueba de que Bolivia se ha convertido en una colonia de la China comunista, porque está dando la espalda a los indígenas, a pesar de que el gobierno del MAS se auto-percibe como primer gobierno indígena”.
Los indígenas están desesperados. “¿Qué esperan para venir y defender el territorio, qué esperan para salvar las vidas de los indígenas? Se no es está quemando todo, la fauna, la flora y las viviendas”, dijo Jorge Canamani a la agencia de noticias ANF.
“Nuestro gobierno hace oídos sordos porque somos indígenas del oriente, nos ven de esta manera porque somos Tacanas, porque protegemos el territorio, la selva, y no la convertimos en cocales ni la envenenamos con minería”.
Chalup dice que a los mineros ilegales no les interesa la naturaleza, ni las selvas ni los ríos, “porque lo único que quieren es extraer el oro, mejor si es de un territorio quemado. El oro queda entre las brasas.”
El oro es el primer producto de exportación en este momento. La exportación de oro de enero a agosto llegó a 1.791 millones de dólares y las de gas fueron de solamente de 1.421 millones.
Entre 2006 y 2022, las cooperativas explotaron 94% de todo el oro explotado en Bolivia, por 16.284 millones de dólares, según el experto Héctor Córdova. Casi 98% de ese monto fue a parar a las empresas chinas y el aporte al Estado fue sólo 2%.
En la frontera sur con Brasil, el parque Noel Kempff es apetecido por los cocaleros de Evo Morales, que quisieran producir droga lo más cerca posible de las ciudades de Sao Paulo y Río de Janeiro, donde está el mayor consumo de cocaína de las Américas, dice el semanario Siglo 21.
En este momento sigue ardiendo Buena Vista y el fuego amenaza a la ciudad de Rurrenabaque, en el norte amazónico de La Paz.
Tan intensos y extendidos han sido los incendios en las selvas bolivianas, que la propia NASA de Estados Unidos los ha podido observar con sus satélites.
En su publicación “Un octubre ardiente en Bolivia”, dice el organismo que el 22 de octubre, el Visible Infrared Imaging Radiometer Suite (VIIRS) en el satélite Suomi NPP de la NASA capturó una imagen de humo que salía de los incendios que ardían en partes de los departamentos bolivianos de Beni, Santa Cruz, La Paz y Cochabamba.
El SERVIR Amazon Fire Dashboard, un proyecto de la NASA y USAID, registró 7.761 incendios activos en Bolivia el 22 de octubre de 2023
Según Global Forest Watch del Instituto de Recursos Mundiales, Bolivia experimentó un nivel récord de pérdida de bosques primarios en 2022, un aumento de 32% con respecto a los niveles de 2021. Por tercer año consecutivo, Bolivia ocupó el tercer lugar, sólo detrás de Brasil y la República Democrática del Congo, en pérdida de bosques primarios.
De acuerdo con datos del gobierno boliviano, más de 2,7 millones de hectáreas se habían quemado en lo que va del 2023, de las cuales más de 800 mil son bosques.