(Desde Montevideo, Uruguay) - El proyecto inmobiliario de Punta Ballena –que prevé la construcción de 29 edificios en un terreno de nueve hectáreas– está en su etapa de “manifiesto”, pensada para que la población conozca los detalles de la iniciativa. En las últimas semanas se han sumado voces críticas a la obra, que advierten por la afectación del paisaje y de las actividades económicas de la zona. La actriz y conductora uruguaya Natalia Oreiro se expresó en ese sentido.
“Punta Ballena es un lugar único de nuestra costa y del mundo”, comenzó diciendo en una historia que subió a su cuenta de Instagram. “Esta península rocosa que se introduce al mar, donde se alberga una extensa biodiversidad marina, donde viven más de 400 especies de plantas nativas –algunas de ellas únicamente existen aquí– y tiene el atardecer más hermoso del planeta ha sido y es un lugar de todos y de todas”, continuó la actriz y mencionó a los pescadores, los deportistas, los científicos, los artistas y bañistas.
Oreiro dijo que Punta Ballena también le pertenece a los turistas, a los niños y a todos quienes llegan a “contemplar” el lugar “buscando la belleza”. “Punta Ballena es de todos y de todas y si querés que siga siendo así, decí No a los proyectos inmobilarios en Punta Ballena”, finalizó e hizo un paneo del lugar.
Un informe ambiental publicado en la página del Ministerio de Ambiente advierte que la obra afectará el paisaje habitual y las actividades que se desarrollan en la zona, y que provocará pérdidas en la vegetación.
Los vecinos del lugar, en tanto, le advirtieron al viceministro de Ambiente, Gerardo Amarilla, sobre posibles inundaciones si se construyen los 29 edificios dado que la obra no permitiría “una natural permeabilidad”. Además, aseguraron que afectarían el acceso a Maldonado y que se perjudicaría la actividad económica de pescadores artesanales, vendedores ambulantes y el resto de los operadores turísticos.
Los vecinos preparan para este domingo varias actividades para defender el lugar. Tienen previsto hacer clases de yoga, caminatas, escaladas y vuelos en parapente como forma de mostrar lo que se puede hacer en un lugar que consideran “icónico”.
Las críticas también llegaron desde la academia. Unos 12 docentes del Centro Universitario Regional del Este (CURE) de Maldonado redactaron un informe que aborda los aspectos de la biodiversidad, arqueología y la botánica del lugar. El proyecto del grupo inversor argentino es “muy negativo para la biodiversidad, para el paisaje de la zona y los usos públicos”, declaró a El Observador la profesora Isabel Gadino.
El grupo inversor, sin embargo, asegura que el diseño paisajístico de la edificación buscará “equilibrar la belleza y la funcionalidad del paisaje para las personas, con la conservación de la belleza y la complejidad de la naturaleza”, aseguraron en el informe ambiental que presentaron.
El grupo inversor está integrado por Delfín Ezequiel Carballo, Eduardo Carrera Hughes, Lucía Carrera Ponce de León, María Mercedes Jude Gurméndez, María Cecilia Jude, Carmen del Castillo Soriano y Andrea Carbonell, representantes del grupo Amuchastegui-Appellaniz.
Una vez vencido el plazo de manifiesto, el Ministerio de Ambiente coordinará una audiencia pública en la que se discutirá sobre el proyecto. En esa ocasión, el grupo de inversionistas deberá explicar el plan. Tras esas dos instancias, esa secretaría de Estado hará su evaluación de impacto definitiva.
Hasta ahora, la postura que tomó esa cartera es la de encontrar un equilibrio entre los reclamos de los vecinos y la academia, y los empresarios. La inversión en el lugar motivó un litigio entre el ex dueño Antonio Lussich y la Intendencia de Maldonado cuando se construyó una ruta panorámica sobre terrenos que eran privados. En 2012, se llegó a un acuerdo con los sucesores de Lussich, que se comprometieron a dejar el lugar abierto al espacio público.