(Washington, Estados Unidos) “Tristeza”. Esa fue la palabra más repetida por los embajadores de los países de la región que participaron este miércoles en una sesión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la que se emitió una resolución donde se reconoce la salida de Nicaragua de la organización.
La resolución, en la que la OEA asegura que buscará mantener vigilancia sobre los derechos humanos en el país por más que no siga en la organización, fue aprobada por unanimidad. El texto, tal como fue adelantado por Infobae, asegura también que el país centroamericano seguirá obligado a respetar los derechos humanos.
“Es importante que le demos un mensaje al pueblo de Nicaragua que no seguirán solos”, dijo el promotor de esta resolución, el presidente del Consejo Permanente, Richard Sanders, embajador de Antigua y Barbuda. El texto fue respaldado por los 31 países que tienen representantes permanentes en la organización y solo con una salvedad expresada por El Salvador, que ante cada resolución expresa su disidencia con que la OEA se manifieste sobre asuntos internos de los países.
Cuando parecía que el tema pasaba como un trámite administrativo más, los países empezaron a pedir la palabra para expresar sus opiniones. La primera en hacerlo fue la embajadora de Costa Rica, Alejandra Solano, que señaló que para su gobierno este es un tema “muy importante” y aseguró que la decisión de Nicaragua “ha suscitado preocupación y cuestionamientos”.
“Reiteramos nuestra profunda preocupación por las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua a las decisiones arbitrarias e ilegales que se realizan en perjuicio de sus propios ciudadanos y de las organizaciones no gubernamentales, de los centros de educación y contra miembros de la Iglesia Católica”, dijo Solano.
“Es importante destacar que con base en los criterios emitidos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la denuncia de la Carta de la OEA no exime a Nicaragua de sus demás obligaciones legales, particularmente en lo que respecta a los tratados interamericanos de derechos humanos ratificados y no denunciados”, agregó la representante permanente de Costa Rica ante la OEA.
A raíz de esas puntualizaciones, Sanders aclaró que si bien Nicaragua el próximo 19 de enero dejará de ser parte de la organización, las consultas jurídicas realizadas por la Presidencia del Consejo Permanente dan cuenta que eso “no anula las otras obligaciones legales, de las que es responsable en virtud de su ratificación de otras convenciones interamericanas, particularmente aquellas que promueven la defensa de los derechos humanos”, dijo.
Sin críticas muy duras y el pedido de Brasil
El texto de la resolución menciona al pasar los ataques institucionales a Nicaragua y las violaciones a los derechos humanos, el grueso del texto tiene un carácter más legal, para reseñar las implicancias de la salida de Nicaragua.
En general, cuando se intentan emitir resoluciones por consenso (sin llevarlas a votación y para que tenga el respaldo de todas las delegaciones), los embajadores en la negociación le van quitando algunos aspectos que pueden generar polémica.
Eso sucedió a mitad de este año, cuando para la Asamblea General de la OEA, las representaciones debieron bajar el tono de algunos aspectos de la resolución que se quería emitir por reclamos de Brasil.
La postura del gobierno de Lula Da Silva es que no ayuda en nada tener un tono crispado para poder buscar un diálogo con la dictadura de Daniel Ortega que permita reducir los impactos de los ataques a los derechos humanos que existen en el país.
En ese sentido, uno de los debates que hubo en la OEA en el pasado fue la posibilidad de expulsar o suspender a Nicaragua de la organización antes que se de concretara su denuncia de la carta, como forma de evitar que se concretara su salida de la organización, tal como sucedió con Cuba en el pasado. Venezuela tampoco pudo salir de la organización como lo intentó la dictadura de Nicolás Maduro, porque el gobierno interino de Juan Guaidó retiró la denuncia a la carta durante el tiempo que asumió la representación del país en la OEA.
Este miércoles, en el debate del Consejo Permanente, el gobierno de Brasil “lamentó” la salida de Nicaragua de la OEA y dijo que está de acuerdo en seguir monitoreando lo que sucede en el país. Pero a diferencia del resto de los representantes, evitó críticas a la dictadura.
Además, el embajador Benoni Belli dijo que la apuesta de Brasil es tener una actitud constructiva y pidió no aplicar sanciones a Nicaragua. “No somos indiferentes a la situación política que se vive en ese país, pero también quisiéramos reiterar que debemos trabajar de la manera constructiva en relación a los pasos a dar, puesto que no pensamos que deberíamos tomar medidas punitivas en contra de Nicaragua”, dijo Belli.
Para Brasil, aplicar sanciones a la dictadura “no necesariamente será exitoso” para lograr un diálogo. “Debemos pelear contra la pobreza, debemos defender todos los derechos humanos y la dignidad humana. Y esto nos permitirá también poder defender la democracia”, dijo el embajador de Brasil.
“Esperamos que Nicaragua pueda volver y esperamos que puedan hacerlo pronto. No quisiéramos que los países olviden los beneficios de ser miembros de la OEA”, dijo el embajador de Brasil.
Por su parte, el gobierno chileno de Gabriel Boric, que hasta ahora había sido muy crítico de la dictadura de Ortega, bajó el tono y pidió “diálogo”, aunque a diferencia de Brasil sí habló de los derechos humanos.
“Siempre debemos tener abierta la posibilidad de promover un diálogo constructivo con las autoridades de ese país hermano. Lo hacemos desde un compromiso permanente con el diálogo, con el multilateralismo. Y la convicción de defender la democracia y los derechos humanos”, dijo el embajador chileno, Sebastián Kraljevich.
Los críticos más encendidos
Canadá, Estados Unidos y Uruguay fueron los más críticos de la dictadura de Ortega.
El embajador canadiense, Stuart Savage, dijo que la salida de Nicaragua de la OEA la enfrenta con “tristeza y decepción”. Señaló que “Canadá cree firmemente en el multilateralismo y en las instituciones” porque eso implica reglas que benefician a todos. “Deploramos la decisión tomada por el gobierno de Nicaragua”, agregó Savage.
Su país se comprometió a seguir “denunciando los ataques en contra de la democracia y la libertad de expresión y haciendo la voz para aquellos que han sido silenciados en Nicaragua”.
La delegación de Estados Unidos también cuestionó las violaciones a los derechos humanos y dijo que es importante señalar a los responsables por las violaciones a los derechos humanos y por el desmantelamiento de la democracia en el país.
Quién más levantó el tono contra la dictadura de Ortega fue el embajador de Uruguay, Washington Abdala, quien también cuestionó que la OEA discuta este asunto solo desde el punto de vista jurídico, sin hablar de lo que pasa en el país.
“A ver, vamos a ser francos entre todos nosotros. Hay dos teorías siempre en estos asuntos. Está la teoría de lo jurídico, pero igualmente hay algo supra-jurídico con valor más relevante que hace a ese paraguas gigantesco que son los derechos humanos. Acá el debate es si el señor Ortega se sale con la suya y se va del Sistema Interamericano. No, no, no se va del Sistema Interamericano”, dijo Abdala.
“Si lo que en definitiva estamos resolviendo hoy es la victoria de la huida del señor Ortega, entonces no es una buena sesión, es una mala sesión”, agregó.
Abdala cuestionó todas las violaciones a los derechos humanos del régimen de Nicaragua, los muertos, los presos políticos y los ataques a las instituciones religiosas y sociales. “Ese es el señor Ortega que hoy dice que se desvincula del organismo. Y nosotros simplemente le damos el curso jurídico. No, señor Ortega, no se va a ir tan fácil de la defensa de los derechos humanos en el continente. No va a ser tan simple. No debe ser tan simple, y si fuera tan simple hablaría muy mal de nosotros”, agregó el embajador uruguayo.
Al igual que Brasil, Uruguay dijo que espera que Nicaragua vuelva a la OEA. “Yo estoy de acuerdo con que vuelva. Y que oiga lo que tiene que oír. Porque si va a venir para que tengamos solo sesiones diplomáticas protocolares y le hagamos ‘buu’, o va a alcanzar. A veces a los dictadores hay que decirles en la cara lo que son y que lo sepa todo el mundo”, cerró Abdala.