Críticas a Boric por su reunión con Joe Biden, donde cuestionó las sanciones a Cuba y las operaciones antiterroristas de Israel

El presidente de Chile, Gabriel Boric, se ganó críticas desde diversos sectores tras la reunión que mantuvo este jueves con su homólogo estadounidense, Joe Biden. En esa oportunidad expresó su inquietud por la respuesta de Israel al ataque del 7 de octubre del grupo terrorista Hamas, pidió reviar las sanciones a la dictadura cubana y lució un aspecto informal, que no pasó por alto el presidente del país norteamericano.

Al observar que la delegación chilena no vistió corbata en la oportunidad, el anfitrión se sorprendió y dejó una frase que marcó la diferencia con cierta ironía. Biden sugirió que se haberse enterado que Boric desechaba esas formalidades, habría dialogado sobre el tema con su propio staff.

Los presidentes se reunieron en el Despacho Oval de la Casa Blanca y quedaron en claro sus diferentes perspectivas sobre el conflicto entre Israel y Hamas. Estados Unidos apoya decididamente el derecho de Israel a defenderse tras las masacres terroristas que dejaron 1.400 muertos en el sur del país, mientras que Chile mantiene reservas sobre la reacción israelí.

Después del encuentro, en declaraciones a los medios, Boric confirmó que le transmitió a Biden su preocupación por los incesantes bombardeos de Israel, que han resultado en más de 9.000 muertes en la Franja de Gaza, controlada por Hamas.

“Día a día, el número de víctimas civiles sigue en aumento y con más de 8.000 muertes después de que comenzaran los ataques del Estado de Israel hacia la Franja de Gaza podemos decir sin lugar a dudas que la respuesta ha sido desproporcionada. Se está violando el derecho humanitario internacional y lo que está sucediendo en la Franja de Gaza es inaceptable”, expresó Boric.

Como presidente de Chile, señaló que condena de la manera “más enérgica y categórica” el ataque de Hamas el 7 de octubre, que resultó en 1.400 muertes y el secuestro de 242 rehenes llevados a Gaza, pero, enfatizó que no acepta que le obliguen a elegir entre “uno u otro bando”.

“Tanto estos atentados por parte de Hamas, que no tienen justificación y merecen la condena mundial, como lo que está haciendo el Gobierno de Benjamin Netanyahu merece nuestra mas clara condena”, subrayó.

Boric, un firme defensor de la causa palestina, fue más allá y concluyó sus declaraciones diciendo: “El derecho a defenderse de un Estado tiene límites, y esos límites implican el respeto por la vida de civiles, en su mayoría niños y niñas, y el derecho internacional humanitario”.

Preguntado sobre la respuesta de Biden a su preocupación sobre las acciones de Israel, el líder chileno respondió que no le correspondía hablar en nombre del presidente estadounidense.

Ambos líderes hicieron declaraciones ante los medios al inicio de su reunión en el Despacho Oval y, en ese momento, Boric no se refirió específicamente a Israel y se limitó a mencionar “algunos asuntos que están ocurriendo en este mundo, lo cual es bastante complicado en la actualidad”.

El martes, Boric llamó a consultas al embajador chileno en Tel Aviv, José Carvajal, en respuesta a “las violaciones de Israel al derecho internacional humanitario en la Franja de Gaza”, según indicó entonces el Ejecutivo chileno en un comunicado.

Chile, donde viven cerca de 500.000 palestinos, reconoció a Palestina como un Estado “libre, independiente y soberano” en 2011, durante el primer gobierno del conservador Sebastián Piñera (2010-2014).

Esta fue la primera reunión entre los dos líderes en el Despacho Oval. Se trató, sin embargo, de su segundo encuentro, ya que la primera vez que se vieron fue en los márgenes de la IX Cumbre de las Américas de 2022 en Los Ángeles.

El encuentro se produjo un día antes de la primera Cumbre de Líderes de la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas (APEP), una iniciativa que Biden lanzó en 2022 durante la Cumbre de las Américas en Los Ángeles y que tiene como objetivo combatir la desigualdad económica y fomentar la integración regional.

El presidente chileno planteó a Biden la necesidad de levantar las sanciones sobre Cuba debido a la “difícil situación” que atraviesa el pueblo cubano.

Recordó, además, que el Gobierno estadounidense lleva tiempo inmerso en un proceso para evaluar si es apropiado retirar a la isla del listado de países patrocinadores del terrorismo -que sólo comparte con Siria, Corea del Norte e Irán-.

“Es imperativo levantar las sanciones a Cuba y eliminar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo. Tenemos la convicción de que no lo es”, enfatizó.

Ante tal postura, la activista por los derechos humanos cubana Rosa María Payá, hija del fallecido opositor a la dictadura castrista, Oswaldo Payá, esgrimio una dura crítica contra el mandatario chileno: “Dice que le preocupa el sufrimiento del pueblo cubano, pero en lugar de condenar la dictadura asesina, le lleva a Biden los recados de los Castro”, escribió en su cuenta de la red X (antes Twitter). Payá definió a Boric como símbolo del “fraude de la extrema izquierda chilena”

Por su parte, Álvaro Vargas Llosa sumó más cuestionamientos a las palabras de Boric: “Cualquier presidente que pida, como este caballero, cambios en la política exterior de Estados Unidos frente a Cuba debería, por respeto a los cubanos, condenar primero a la dictadura y exigir una transición que empiece por la liberación de los presos políticos y a libertad de expresión y asociación”, sentenció.

El presidente chileno, quien se ha mostrado muy crítico sobre el impacto de las sanciones de Estados Unidos en Cuba y Venezuela, reconoció que el tema de Cuba “despierta muchas pasiones” en Estados Unidos.

“Pero -enfatizó- acá lo que hay que pensar es que no se está sancionando a un Gobierno, se está sancionando a un pueblo. Y cuando un pueblo sufre todos tenemos que preocuparnos.”

Cuba fue eliminada de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo en 2015 durante el período de “deshielo” promovido por el presidente estadounidense Barack Obama (2009-2017) y el cubano Raúl Castro.

Sin embargo, la isla volvió a ser incluida en ese listado en enero de 2021 por el entonces presidente Donald Trump (2017-2021) solo cuando le quedaban nueve días para dejar la Casa Blanca, lo que complicó la posición de Biden con La Habana.

Durante la campaña para las elecciones de 2020, Biden prometió que retomaría la apertura hacia Cuba, pero, poco después de asumir la Presidencia, la Casa Blanca dejó claro que cambiar la estrategia hacia Cuba no era una prioridad y, en los últimos dos años, solo se han flexibilizado algunas restricciones, como el límite que pesaba sobre las remesas.

Meter a un país en la lista negra de terrorismo implica trabas al comercio y más sanciones, pero sobre Cuba ya pesan todas esas restricciones debido al bloqueo, por lo que tiene sobre todo un componente simbólico.

En cuanto a Venezuela, Boric expresó a Biden su “valoración” por la eliminación de varias sanciones estadounidenses que afectaban al sector energético de Venezuela, tras un acuerdo entre el régimen de Nicolás Maduro y la oposición del país para permitir la supervisión internacional de las elecciones de 2024.

En concreto, compartió con Biden su intención de continuar colaborando con líderes de América Latina, incluyendo aquellos de Brasil, Argentina y Colombia, con el objetivo de garantizar que los comicios en Venezuela “cuenten con todas las garantías”.

Su encuentro se produjo un día antes de la primera Cumbre de Líderes de la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas (APEP), una iniciativa que el líder estadounidense lanzó en 2022 durante la Cumbre de las Américas en Los Ángeles y que tiene como objetivo combatir la desigualdad económica y fomentar la integración regional.

Esta fue la primera reunión entre los dos líderes en el Despacho Oval. Se trató, sin embargo, de su segundo encuentro, ya que la primera vez que se vieron fue en los márgenes de esa Cumbre de las Américas. EFE

(Con información de EFE)