El Centro Simon Wiesenthal (CSW) condenó la decisión del gobierno de Bolivia de romper relaciones diplomáticas con Israel. A través de un comunicado, comenzó: “El gobierno de Bolivia anunció (...) que vuelve a romper relaciones con Israel ‘en repudio y condena a la agresiva y desproporcionada ofensiva militar israelí que se realiza en la Franja de Gaza y amenaza la paz y la seguridad internacionales’”.
“Sin mencionar en ningún momento los atroces crímenes ocasionados el día 7 de octubre pasado, ni referirse a los más de 200 rehenes que aún mantiene Hamas en cautiverio, el gobierno de la nación del Altiplano retoma el camino que el ex presidente Evo Morales ya tomó en 2009”, enfatizó.
Y resaltó: “Solo con el gobierno provisional que asumió en 2019 se restablecieron relaciones diplomáticas, pero la actual administración esperó alguna excusa para volver a tomar esta decisión”.
Por su parte, el doctor Ariel Gelblung, director del Centro Wiesenthal para América Latina, dijo al respecto que “la alianza de Bolivia con Irán es cada día más clara dado que la ruptura no obedece a intereses reales del pueblo boliviano”.
“Este es una nueva muestra de la influencia del régimen de los ayatollahs en la región, donde ya ocasionaron tres atentados contra la población civil de América Latina. En 1992 contra la Embajada de Israel en Argentina, y en 1994 contra la Mutual Judía AMIA en Buenos Aires y el avión de la línea Alas Chiricanas en Panamá, causando más de 130 muertes y centenares de heridos”, concluyó.
El Gobierno de Bolivia, estrecho aliado del régimen Irán, decidió este martes romper relaciones diplomáticas con Israel, retirando su apoyo a la contraofensiva que el ejército de Benjamin Netanyahu libra sobre el grupo terrorista Hamas tras su incursión el 7 de octubre.
Según explicó el vicecanciller, Freddy Mamani, la decisión se produce “en repudio y condena a la agresiva y desproporcionada ofensiva militar israelí que se realiza en la Franja de Gaza”, la cual considera una “amenaza de la paz y la seguridad internacionales”.
“Bolivia decidió romper relaciones diplomáticas con el Estado de Israel, tomando en cuenta estos antecedentes. Vamos a comunicar de manera oficial por los canales diplomáticos establecidos entre ambos países precisamente esta comunicación consecuente con los principios y propósitos de la carta de Naciones Unidas”, anunció en conferencia de prensa.
A ello se sumó la palabra de la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, quien dijo que “en el marco de su posición principista de respeto a la vida, estamos remitiendo esta comunicación oficial al Estado de Israel, donde hacemos conocer nuestra decisión”.
El anuncio llegó en un momento en el que grupos y naciones aliadas al régimen persa están aumentando su apoyo al grupo armado, frente al avance de las tropas israelíes. En ese sentido, la víspera, el presidente Luis Arce mantuvo un encuentro con el embajador de Palestina, Mahmoud Elalwani, y le expresó su rechazó a los “crímenes de guerra” que se cometen contra su pueblo.
“No podemos callar y seguir permitiendo el sufrimiento de los palestinos, sobre todo niños y niñas que tienen derecho a vivir en paz”, adelantó este lunes aunque ya en el pasado había sido tajante contra Tel Aviv, por ejemplo, cuando semanas atrás condenó el bombardeo contra un hospital que, luego, se comprobó no había sido de autoría israelí.
“Llamamos al Consejo de Seguridad de la ONU a evitar que se consume un genocidio del pueblo palestino y allane una solución definitiva para que Palestina ejerza su derecho a la autodeterminación, a su territorio sin ocupaciones ilegales y consolide su propio Estado libre e independiente”, finalizó su mensaje.
Al inicio del conflicto, el Ministerio de Relaciones Exteriores se limitó a publicar un comunicado en el que expresaba su “profunda preocupación ante los eventos violentos ocurridos en la Franja de Gaza” e hizo un “llamado urgente a la paz, a desescalar la violencia, preservar la vida y los derechos humanos”.