Entre la desinformación y el espionaje, continúa la penetración de Rusia en Brasil

El país sudamericano corre el riesgo de convertirse en una “puerta de entrada” para que Putin cumpla sus ambiciones en la región

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 El presidente ruso, Vladímir Putin, durante la inauguración de la conferencia parlamentaria internacional Rusia-América Latina en Moscú (Kremlin vía REUTERS)
El presidente ruso, Vladímir Putin, durante la inauguración de la conferencia parlamentaria internacional Rusia-América Latina en Moscú (Kremlin vía REUTERS)

El caso del espía ruso Sergey Vladimirovich Cherkasov, encarcelado en Brasil desde abril de 2022, inicialmente en San Pablo y luego en Brasilia, se ha acelerado en los últimos días y se convierte en una novela de suspenso, revelando una vez más la densa penetración de Moscú en el gigante latinoamericano.

De hecho, un funcionario de la embajada rusa huyó misteriosamente de Brasil a principios de octubre. Estaba siendo investigado por la Policía Federal porque figuraba entre los que transfirieron dinero a Cherkasov mientras vivía bajo la falsa identidad de Victor Muller Ferreira. El funcionario desapareció justo el día antes de ser interrogado por la policía, que ahora cree que se trate de otro agente de los servicios rusos.

El caso Cherkasov es cada día más un caso internacional. El ruso fue devuelto a Brasil por las autoridades holandesas tras infiltrarse como pasante en el Tribunal Internacional de La Haya. En Brasil, fue condenado a 15 años de prisión por la Justicia Federal de San Pablo por uso continuado de documentación falsa, pero también está siendo investigado por espionaje, blanqueo de dinero y corrupción pasiva.

Hace unos días, su caso se aceleró en el Supremo Tribunal Federal (STF). El juez Edson Fachin, que había autorizado su extradición a Rusia en marzo, confirmada por la presidenta del Tribunal, la jueza Rosa Weber, el 29 de julio de 2023, pidió a la Procuraduría General de la República (PGR) que se pronunciara sobre el caso. Una ley de 2017 establece que una persona no puede ser extraditada mientras esté siendo investigada o cumpliendo condena en Brasil. En base a documentos a los que tuvo acceso Infobae, la PGR respondió el 20 de octubre pidiendo que el Ministerio de Relaciones Exteriores se ponga en contacto con Rusia para conocer su interés en asumir el compromiso de cumplir el límite máximo de pena previsto en la legislación brasileña (30 años). Si Rusia acepta y la investigación en curso, que debería estar en la recta final, no arroja resultados, Cherkasov podrá ser extraditado a Rusia.

Cherkasov fue condenado a 15 años de prisión por uso continuado de documentación falsa, pero también está siendo investigado por espionaje, blanqueo de dinero y corrupción pasiva.
Cherkasov fue condenado a 15 años de prisión por uso continuado de documentación falsa, pero también está siendo investigado por espionaje, blanqueo de dinero y corrupción pasiva.

El pasado 24 de julio, el Tribunal Federal de la Tercera Región con sede en San Pablo ya había reducido su condena de 15 años a 5 años, 2 meses y 15 días en régimen de semilibertad. Moscú, cabe recordar, solicitó su extradición alegando, como es habitual cuando se trata de repatriar a sus propios operativos, que Cherkasov es un fugitivo, miembro de una organización de tráfico de heroína y que sus crímenes fueron cometidos entre 2011 y 2013, aunque Rusia nunca lo había buscado antes de 2022.

Sin embargo, según la legislación brasileña, la última palabra sobre la devolución del espía a Putin sólo la tiene el presidente Lula. Y aquí podría abrirse un espinoso capítulo con Estados Unidos, cuya petición de extradición de Cherkasov fue rechazada en julio. El hombre, siempre bajo la falsa identidad brasileña de Victor Muller Ferreira, había obtenido un máster en el programa de Relaciones Internacionales de la Universidad John Hopkins de Washington especializándose en política exterior estadounidense. Cherkasov es una pieza importante para la administración de Joe Biden en un posible canje para liberar al corresponsal en Moscú del diario estadounidense Wall Street Journal, Evan Gershkovich, detenido en Ekaterimburgo por el FSB, el Servicio Federal de Seguridad, sucesor del temido KGB.

Creciente influencia rusa en Brasil

La posible apertura de Brasil a Moscú en el caso Cherkasov se produciría en un contexto en el que la influencia de Rusia en el país sudamericano es cada vez más fuerte. A principios de octubre, el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula junto con otros cuatro partidos, el Partido Comunista de Brasil (PCdoB), el Movimiento Democrático Brasileño (MDB), el Partido Social Demócrata (PSD) y el Partido Socialista Brasileño (PSB) participaron en la Conferencia Parlamentaria Internacional Rusia-América Latina, una iniciativa de Putin creada este año para crear alianzas entre su gobierno y los países latinoamericanos.

“Nuestra cooperación bilateral se convertirá en una de las locomotoras en la creación de un nuevo orden mundial multipolar en el planeta”, afirmó Leonid Slutski, presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales de la Duma, la Cámara baja del parlamento ruso. Aislado del mundo tras invadir Ucrania en febrero de 2022, Putin busca cada vez más el apoyo de las naciones en desarrollo. En su discurso, el presidente ruso ensalzó a Ernesto Che Guevara y Fidel Castro. “Los latinoamericanos siempre han luchado por la independencia y la historia de su continente está llena de ejemplos sobresalientes”, dijo.

Leonid Slutski, presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales del parlamento ruso
Leonid Slutski, presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales del parlamento ruso

Parece que Moscú ve a Brasil como una puerta de entrada a Sudamérica para expandir su influencia, tratando de presentarse como una tercera opción frente a China y Estados Unidos”, explica a Infobae Scott Morgan, analista independiente de seguridad en Washington. “También aparece que una operación tipo Wagner está activa en toda América Latina, no sólo en Brasil, para promover los intereses rusos. Hay que entender que las operaciones tipo Wagner tienen un diseño multifacético del que la gente sólo ve una pequeña parte, por ejemplo en la República Centroafricana, donde son una combinación de minería y provisión de seguridad. Lo interesante es que estamos viendo cómo Rusia utiliza en su beneficio el miedo que los brasileños tienen a Estados Unidos, es decir, el miedo a una intervención norteamericana” dijo Morgan a Infobae.

El uso de la desinformación

En los últimos días se han publicado dos importantes informes sobre el tema de la influencia rusa en Brasil. “Campañas de influencia rusa en América Latina”, de Douglas Farah y Román D. Ortiz para el United States Institute of Peace, una Institución federal estadounidense encargada de promover la resolución y prevención de conflictos en todo el mundo, reveló cómo Moscú utiliza un patrón similar para controlar la región, incluido Brasil, es decir la desinformación. Las campañas de desinformación de Rusia en América Latina, que han estado activas desde el comienzo de la presidencia de Vladimir Putin, aumentaron durante las invasiones rusas de Crimea y Dombás en 2014 y de Ucrania en 2022. Su efecto es visible en el cambio de la opinión pública y en la reticencia de los países latinoamericanos a suministrar material a Ucrania o a participar en las sanciones contra Moscú.

“Brasil está siendo blanco de operaciones de influencia rusa en ambos lados del espectro político”, explica a Infobae el autor del informe, Douglas Farah, presidente de IBI Consultants y experto en seguridad. “Por un lado, hay una narrativa antiestadounidense que atrae a la izquierda dominante, una narrativa que culpa al imperialismo de EEUU por la escasez de fertilizantes en Brasil y la posterior crisis agrícola y se mantiene pro-rusa al informar sobre la invasión rusa de Ucrania. Por otro lado, Moscú difunde un mensaje populista radical que atrae a la extrema derecha basado en la ideología del principal ideólogo de Putin, Alexandr Dugin, que invoca la necesidad de un mundo multipolar, la vuelta de Rusia a la condición de gran potencia y una ortodoxia religiosa profundamente conservadora (ortodoxa rusa, católica y evangélica)”.

El gigante tecnológico ruso Yandex opera en el país, lo cual alimenta las preocupaciones de seguridad de los expertos (REUTERS/Evgenia Novozhenina)
El gigante tecnológico ruso Yandex opera en el país, lo cual alimenta las preocupaciones de seguridad de los expertos (REUTERS/Evgenia Novozhenina)

Según el informe publicado por el Global Engagement Center del Departamento de Estado norteamericano titulado “Exportación de desinformación pro-Kremlin: El caso de Nova Resistência en Brasil”, seguidores brasileños de Dugin estarían intentando infiltrarse en el Partido Democrático Laborista (PDT), que tiene en el gobierno de Lula el ministro de Seguridad Social, Carlos Lupi. “La Nueva Resistencia (Nova Resistência en portugués)”, dice, “representa un riesgo para América Latina porque es una organización proactiva que representa la ideología neofascista y desestabilizadora de Aleksandr Dugin”. Y preocupa el “éxito de la iniciativa de Nova Resistência de formar un amplio grupo de organizaciones latinoamericanas que apoyen los ideales nacionalistas y revolucionarios rusos”. Por eso se vigilarán “los esfuerzos del grupo por enviar soldados a luchar junto a Rusia en el Dombás, en el este de Ucrania”. También según el informe, “miembros del grupo se han reunido en repetidas ocasiones con representantes de Bielorrusia, Corea del Norte, Siria y Venezuela y han expresado abiertamente su apoyo a la organización terrorista Hezbollah, respaldada por Irán. El grupo también ha promovido y elogiado las actividades del Grupo Wagner”.

Tanto el PDT como Nova Resistência niegan las acusaciones y esta última incluso ha amenazado con demandar al gobierno de EEUU. El informe también afirma que el sitio web de Nova Resistência está registrado en Moscú. Su dirección IP, dice, “está administrada por Advanced Solutions LLC, una empresa que también administra el sitio web del conocido grupo ruso de ransomware DarkSide. Novaresistencia.org comparte esta dirección IP con varios dominios y subdominios de centros de desinformación, incluidos katehon.com, geopolitika.ru y otros sitios web afiliados a Dugin”.

Es precisamente la dimensión cibernética la que amenaza con convertirse en un boomerang para Brasil, donde operan dos empresas rusas, Yandex y Kaspersky Lab, analizadas por Douglas Farah en su informe. “Ambos grupos proveen servicios esenciales de Internet de empresas que trabajan en nombre del Estado ruso para recolectar datos e inteligencia”, explica Farah a Infobae. “Esto significa que en Brasil y en los otros países en los que operan, el Estado ruso tiene acceso a todas las formas de comunicación que pasan por estas redes. Estos servidores y, tal vez más importante, los servicios de seguridad cibernética pueden acceder y penetrar en las redes estratégicas de Brasil, proporcionar nodos de desinformación y dañar los intereses de seguridad de Brasil”.

En un momento histórico tan delicado, debido también al conflicto en curso entre Israel y Hamás - hace unos días, una delegación de Hamas y del régimen iraní fue recibida en Moscú - Brasil corre el riesgo de convertirse, sin saberlo, en un polo de espionaje sin precedentes, con un impacto global potencialmente devastador.

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