El presidente electo de Guatemala Bernardo Arévalo insistió este viernes en su pedido de renuncia de la fiscal general Consuelo Porras.
“A la Fiscal le hemos pedido que renuncie y se lo seguiremos pidiendo”, dijo el político del Movimiento Semilla durante el acto de conmemoración de la Revolución de 1944, liderada por su padre.
Desde el 20 de agosto, cuando triunfó en el balotaje contra la ex primera dama, Sandra Torres, Arévalo ha denunciado que el oficialismo se niega a aceptar su victoria y es blanco de una cruzada impulsada desde el Ministerio Público.
En ese sentido, apuntó contra Porras, el fiscal Rafael Curruchiche y el juez Freddy Orellana, a quienes acusó de estar orquestando un intento de “golpe de Estado” para evitar su asunción en enero.
Entre las acciones ordenadas por los funcionarios se encuentran los múltiples allanamientos en la sede del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y la confiscación de las actas, alegando presuntas anomalías en los comicios. También se dictó la inhabilitación de varios miembros del partido.
Por acciones de este estilo, que mantienen desde hace años contra diversos miembros de la oposición, los tres están sancionados por Estados Unidos y figuran en sus listas de “corruptos” y “antidemocráticos”.
La Fiscalía “es la herramienta de los corruptos que se niegan a aceptar el veredicto del pueblo de Guatemala, que ya se dio en las urnas”, señaló Arévalo y sumó que el actual mandatario, Alejandro Giammattei, no tiene “la más mínima intención de buscar algún arreglo” que garantice el traspaso democrático.
En este contexto, Guatemala cumple 19 días de bloqueos y protestas encabezadas por campesinos y organizaciones indígenas, que exigen la salida de Porras y condenan su silencio frente al descontento social.
Es por ello que, la víspera, la Misión de Observación Electoral (MOE) de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en el país expresó su preocupación por el “clima de crispación y reproches” que, lejos de apagarse se está extendiendo.
“Un clima de crispación y reproches se adueña de la situación política del país. Mientras la tensión social fue cediendo en los últimos días con la flexibilización de los cortes de carretera, como contrapartida se radicaliza la posición de algunos órganos del Estado”, señaló en una nota y respaldó esta forma de protesta pacífica que busca respetar la voluntad popular: “El TSE hace muy poco tiempo se expresó en términos claros con resultados rotundos, nadie se puede anteponer a esa decisión soberana de la ciudadanía”.
A la par, pidió que se continúe con el proceso de transición de manera pacífica y apeló, para ello, a la colaboración de todos los involucrados.
Los actores políticos y sociales deben asumir “con absoluta claridad y consciencia” que “cualquier desvío o exceso pone en riesgo la paz y, con ella, el derecho de todas y todos los guatemaltecos de elegir su destino”, apuntó.
La Revolución de 1944
Este viernes, Arévalo participó de un acto conmemorativo por la Revolución del 20 de octubre de 1944, que dio inicio a la “primavera democrática” liderada por su padre, Juan José Arévalo.
En este período, que se extendió durante diez años, se creó el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, se dio autonomía a la estatal Universidad de San Carlos y a las municipalidades, y se permitió votar a mujeres y analfabetos.
En su alocución, el Presidente electo hizo un paralelismo entre 1944 y el contexto actual y sostuvo que “hoy nos encontramos en un momento similar” ya que “estamos en un momento de unidad y de consenso en contra de la tiranía” y prometió “una nueva primavera”.
(Con información de AFP y EFE)