(Desde Montevideo, Uruguay) - La diferencia de precios en la frontera de Uruguay y Argentina está en su máximo valor desde que la Universidad Católica realiza el Indicador de Precios Fronterizos. En septiembre, las compras en Salto eran un 180% más caras que en su vecina Concordia, una brecha que genera que los uruguayos crucen de un país al otro para hacer las compras para el día a día. Este comportamiento afecta al mercado uruguayo, que reporta una disminución de sus ventas de entre el 30% y el 40%.
En los comercios fronterizos la crisis se acentúa y los empresarios de la zona reclaman medidas de parte del gobierno para mitigar el impacto. En Salto se formó un grupo de empresarios y comerciantes denominado Salto en Movimiento, que alerta sobre las consecuencias que pueden tener las medidas para la zona.
Los comerciantes de ese movimiento e integrantes del legislativo de Paysandú (la ciudad uruguaya vecina de Colón) reclaman que el Poder Ejecutivo tome medidas para mitigar el impacto de la crisis argentina, según informó El País. Pretenden exoneraciones impositivas, un proyecto de ley para habilitar la micro importación y regular el precio de los combustibles.
En 2021, los senadores del oficialismo uruguayo Sergio Botana (Partido Nacional) y Guido Manini Ríos (Cabildo Abierto) presentaron ante el Parlamento un proyecto de ley para habilitar la micro importación, que busca “eliminar los monopolios” que se dan en el país y reducir los precios de venta al público, pero la propuesta no avanzó en el trámite parlamentario.
El referente del grupo Salto en Movimiento, Rodolfo Germano, cuestionó que el proyecto de ley fue trancado porque “perjudica a algunos importadores monopólicos”, que son quienes provocan que haya “una cantidad de productos de la canasta básica que sean mucho más caros” en Uruguay que en Argentina.
La aprobación de la normativa generaría la reducción del costo de algunos productos. “Más allá del momento actual de diferencia cambiaria que tenemos con Argentina, en condiciones relativamente normales siempre estamos mucho más caros acá”, sostuvo Germano.
En el Indicador de Precios Fronterizos se refleja el comentario de este empresario. En julio de 2015, cuando se realizó por primera vez el índice, la brecha era del 42%. La evolución se mantuvo en ese margen hasta septiembre de 2021, cuando se retomó el cálculo tras el cierre de fronteras obligado por la pandemia. En ese mes, la diferencia fue de 124%.
Salto en Movimiento también pretende que el precio de los combustibles se regule a través de la fijación de un margen que asegure que estén un 20% más caros en Salto que en Concordia. Según Germano, si se aplicaran estas dos medidas el salteño va a hacer las cuentas y se dará cuenta que le convendría quedarse del lado uruguayo.
Los ediles del Paysandú (integrantes del legislativo de ese departamento fronterizo uruguayo) plantearon ante el Parlamento, en tanto, que se otorguen beneficios fiscales a través de la aplicación Tuapp, una herramienta que utiliza el gobierno para los beneficiarios de las canastas alimentarias del Ministerio de Desarrollo Social (Mides).
El edil Marcelo Tortorella dijo que la “intervención fiscal” es la “única solución” para la realidad de la frontera, porque los márgenes de las empresas son cada vez “más exiguos”.
A través de esa app se podrían otorgar descuentos del IVA y el Impuesto Específico Interno (Imesi) a algunos productos de la canasta básica.
Mario Culñev, otro de los ediles, dijo que esta medida no solucionaría el problema de fondo pero sí paliaría una “situación vulnerable y compleja” que viven los departamentos fronterizos. Más allá de estas soluciones puntuales, Uruguay debería “tomar medidas a largo plazo” para que su comercio sea competitivo y no dependa de la coyuntura.