El Comando Sur de los Estados Unidos volvió a advertir -durante un encuentro organizado por un reconocido think tank- sobre los riesgos que implica la presencia de la base de observación y vigilancia espacial que construyó el régimen chino en la patagonia argentina cuya administración está en manos de las autoridades militares de Beijing sin permitir la supervisión de funcionarios argentinos. La general Laura Richardson, en diálogo con Bradley Bowman de la Foundation for Defense of Democracies (FFD), también advirtió sobre la construcción de puertos de aguas profundas que China intenta imponer a varios países con problemas económicos y urgencias de deuda.
Browman le planteó a la alta jefa militar el acuerdo por 50 años que el estado argentino había firmado con China para permitirle vigilar el espacio desde su base en Bajada del Agrio, Neuquén. “Lo que me preocupa es que, como parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, parece que toda la inversión se destina a infraestructuras críticas, pero luego se puede utilizar para un doble uso”, advirtió la general y continuó. “Así que parece que se trata de empresas estatales controladas por el gobierno. Un gobierno comunista, por cierto, que no respeta los derechos humanos de su propio pueblo y no respetarán los derechos humanos de los países con los que trabajan”.
Richardson explicó que gracias a esa base que sucesivos gobiernos argentinos facilitaron tener a China, el régimen podría rastrear satélites y, en un escenario de guerra, destruir la insfraestructura militar de países aliados en el espacio.
“La República Popular China tiene tres estaciones espaciales de observación profundas. Dos están en China continental, la restante está en Neuquén, Argentina. Cincuenta años de licencia. Los argentinos no tienen acceso diario a esas instalaciones”, remarcó. “Y así es como cuando nos fijamos en la infraestructura de habilitación espacial, la telemetría y el seguimiento, lo que llamamos sitios TTN, que son los sitios de vigilancia de objetos espaciales, el seguimiento de satélites para la República Popular China, pero también la capacidad de rastrear satélites de Estados Unidos, satélites de naciones asociadas, y posiblemente ser utilizado para apuntar a los satélites con el tiempo. Eso es preocupante”.
En abril del año pasado, durante una visita a la Argentina, Richardson ya había advertido -en entrevista con Infobae- sobre las implicancias geopolíticas de semejante concesión a Beijing. “Son instalaciones de un gobierno autoritario, que no deja que los argentinos accedan a ellas, excepto si van de visita. ¿En qué andan? Ellos no tienen las mismas preocupaciones que nosotros en términos de libertad y de un hemisferio occidental libre, seguro y próspero. Me preocupa. Y está manejado por una empresa del Estado y del Ejército Popular de China. ¿Para qué están usando eso?”.
Por otro lado, Richardson también puso la lupa -durante su exposición ante la FFD- sobre la construcción de puertos de aguas profundas en la región y las intenciones de China de militarizar esas bases navales, en el marco de la Iniciativa de la Ruta de la Seda. “Es toda la infraestructura crítica”, dijo la general al frente del Comando Sur. “Y eso es lo que realmente me preocupa”.
En el sur argentino, muy próximo con la Antártida -otra obsesión del régimen de Xi Jinping- la provincia de Tierra del Fuego firmó un memorándum de entendimiento con Beijing para la construcción de un puerto de aguas profundas. Pese a que el gobierno nacional -de quien depende en última instancia la autorización definitiva- aseguró que esa obra jamás se concretaría, existen dudas respecto a la posibilidad de una instalación china en ese territorio, clave desde un punto de vista militar.
Richardson señaló que la de China es “la mayor acumulación militar desde la Segunda Guerra Mundial de cualquier país en el mundo”. Y prosiguió: “La acumulación militar es convencional y nuclear. Y luego nos fijamos en lo que parece ser la inversión a través de la Iniciativa de la Ruta de la Seda. 22 de los 31 países del hemisferio la han firmado. Y yo diría que los países lo que realmente están buscando es ayuda económica. Y usted tiene 28 democracias de ideas afines, democracias que tratan de cumplir para sus pueblos. Y nuestros líderes en el hemisferio están generalmente un solo mandato, un mandato de cuatro años. Trabajan con un cronómetro, no con un calendario. Y están tratando de hacer que las cosas sucedan muy, muy rápidamente en medio de la inseguridad y la inestabilidad”.