(Washington, Estados Unidos).- La sesión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) que fue convocada este jueves con el objetivo de recibir al canciller de República Dominicana e intentar así forzar el diálogo con Haití por el conflicto en torno a la construcción de un canal de riego en el río Masacre, que hace de frontera natural entre ambos países, terminó con un cruce de acusaciones y el enfrentamiento aún más profundo entre las partes, que incluyó apelaciones al pasado de ambas naciones.
El canciller dominicano, Roberto Álvarez, y el embajador haitiano ante la OEA, Leon Charles, expusieron sus argumentos en una sesión especial del Consejo Permanente, mientras que el secretario general del organismo hemisferico, Luis Almagro, intentó encauzar una mediación que por ahora no tiene una expresión concreta.
Álvarez defendió la postura de República Dominicana de que la construcción del canal es ilegal porque Haití no informó del proyecto previamente, como establece el tratado fronterizo de 1929, y porque nunca presentó estudios de impacto ambiental.
El canciller fue enfático en reclamar la paralización inmediata de la obra para abrir las negociaciones, advirtiendo que el canal podría provocar inundaciones en ambos lados de la frontera al modificar el cauce natural del río Masacre, incluyendo una planta industrial binacional que da empleo a miles de haitianos.
“Nos parece irracional e inaceptable que el gobierno haitiano insista en no detener las obras”, dijo Álvarez. “Ningún Estado tiene derecho a crear una catástrofe. Estamos tratando de evitarla”, agregó.
Por su parte, Charles defendió el “derecho soberano” de Haití a aprovechar las aguas del río Masacre, que nace en ambos territorios y señaló que República Dominicana ya construyó 12 represas y canales sobre el río.
“No se le puede exigir a Haití que detenga la construcción de su primer canal, mientras que ya hay 12 del lado dominicano”, sostuvo el embajador ante la OEA. “Haití quiere diálogo, pero no aceptará soluciones impuestas”. Dijo además que el diálogo “no se puede hacer bajo la amenaza, la amenaza de las armas”, agregó Charles.
Eso molestó al canciller dominicano que replicó apelando a la historia. “Los dominicanos no somos los responsables de la situación en Haití. Nosotros nunca hemos tomado las armas en contra de Haití. Ni una sola vez. Ahí está la historia, la pueden buscar. Sin embargo, nosotros sí fuimos ocupados por Haití por 22 años. Nuestra independencia en 1844 es de Haití. Por lo tanto, nosotros no estamos intimidando a nadie”, agregó el canciller.
La dificil mediación de la OEA
Las posturas expuestas en el Consejo Permanente de la OEA exponen la dificultad que enfrenta la mediación que propone Almagro. Republica Dominicana fue el que pidió la intervención de la OEA, y por ello la visita del canciller a Washington. Si bien Haití insistió que quiere diálogo, habló de hacerlo de manera bilateral, por lo que habrá que ver si se concreta o no la mediación.
“Lamentamos escuchar al embajador de Haití reiterar que no detendrán la obra. Nos parece irracional”, dijo el canciller Álvarez en su segunda intervención, en respuesta al planteo haitiano. “Dejamos constancia de la irresponsabilidad de las autoridades haitianas si esto efectivamente causa una tragedia”.
La tensión creciente tiene lugar en medio de una situación ya compleja en la relación bilateral, con la frontera terrestre cerrada hace casi dos meses en protesta por la construcción del canal, lo que agravó la situación migratoria que existe entre dos naciones que comparten la isla La Española.
Almagro intentó conformar a las partes resaltando que ninguno de los dos países se beneficia con el conflicto actual. “La relación estrecha entre ambos pueblos no puede tolerar desavenencias que la pongan en riesgo”, planteó el secretario general de la OEA.
“Hemos realizado contactos con la presidencia de Caricom para sumar apoyos a este proceso de diálogo, que contará con el respaldo de todas las partes”, agregó el secretario general.
Pese al optimismo de Almagro, lo cierto es que ambas partes se mantienen firmes en sus posturas -paralizar versus continuar la obra- y no dan señales de querer ceder. Mientras Haití pide “diálogo sin imposiciones”, República Dominicana dice que ese diálogo es inviable mientras continúe la construcción del canal de manera unilateral.
“No queremos entrar en una situación que no es el espacio para encontrar una solución, pero es necesario dejar constancia de la responsabilidad de Haití si esto efectivamente causa una tragedia”, advirtió Álvarez sobre el final.