Daniel Sonnewend Proença tiene 32 años, es médico y en las últimas horas su nombre comenzó a escucharse en todos los noticieros de Brasil debido al brutal ataque a tiros que sufrió junto a tres colegas en Río de Janeiro. Sus compañeros murieron pero él logró sobrevivir.
“Chicos, estoy bien ¿ven? Todo está bien gracias a Dios. Solo algunas fracturas pero todo va a estar bien. Vamos a salir de esto juntos. Gracias por su preocupación. Gracias”, manifestó en un video desde el hospital en el que está internado.
Las imágenes del galeno en el centro de salud donde se recupera fueron publicadas por la periodista Lu Lacerda en su cuenta de Instagram.
Daniel es el único médico del grupo de ortopedistas que sobrevivió al ataque del jueves en Barra da Tijuca. Fue sometido a una cirugía que duró casi 10 horas en el Hospital Municipal Lourenço Jorge.
De acuerdo a lo que informaron las autoridades, este profesional de la salud recibió 14 disparos, dos de los cuales lo rozaron, lo que le provocó 24 heridas punzantes en su cuerpo, consignó el periódico local O Globo.
Además, sufrió heridas en el pecho, intestino, pelvis, manos, piernas y pies. Dos balas quedaron alojadas en su cuerpo y una fue retirada por los médicos que lo atendieron.
Los asesinos también fueron ejecutados
Este viernes, la Policía brasileña informó que halló los cuerpos sin vida de cuatro narcotraficantes sospechosos de haber participado en la ejecución a tiros de los médicos.
Los agentes localizaron la pasada madrugada los cadáveres en el interior de dos vehículos que se encontraban en dos puntos diferentes de la ciudad, según señaló la Policía Civil de Río de Janeiro.
La principal hipótesis es que los tres médicos, que habían viajado desde San Pablo para asistir a un congreso internacional de ortopedia, fueron asesinados por error, en medio de una disputa de territorio entre bandas de narcotraficantes y grupos paramilitares.
El ataque ocurrió la madrugada del jueves en un puesto de playa situado en la orla de Barra Tijuca, en la zona oeste de Río, y provocó el rechazo de numerosos dirigentes políticos de todo el arco ideológico, entre ellos del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Según las imágenes de las cámaras de seguridad, un grupo de pistoleros se bajó de un vehículo blanco, fue hasta la mesa donde se encontraban los médicos y efectuó decenas disparos contra ellos. Tres murieron y un cuarto médico -antes referenciado- resultó herido.
Una de las víctimas mortales es Diego Ralf Bomfim, hermano de la diputada federal Sâmia Bomfim y cuñado del también diputado Glauber Braga, ambos militantes del Partido Socialismo y Libertad (PSOL, izquierda).
La presencia del pariente de los dos parlamentarios levantó en un principio las sospechas de un posible crimen político, tesis sugerida por el propio ministro de Justicia, Flávio Dino.
Sin embargo, los investigadores creen que los pistoleros, al parecer miembros de una facción criminal, confundieron a uno de los médicos con un cabecilla paramilitar.
Ante el revuelo generado, los líderes de la banda a la que pertenecían los pistoleros los ejecutaron con la intención de evitar un hostigamiento de las autoridades en su búsqueda por esclarecer el suceso, según fuentes oficiales citadas por medios locales.
El crimen, calificado de “bárbaro”, causó un gran impacto en un ciudad acostumbrada a lidiar con altos índices de violencia, como es Río de Janeiro.
El mundo de la política expresó su condena unánime y llenó las redes sociales de mensajes de condolencias hacia los disputados Sâmia Bomfim y su pareja Glauber Braga.