El presidente Bolivia, Luis Arce, fue expulsado del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido con el que se impuso en las elecciones de 2020, mientras crece la interna con el ex mandatario Evo Morales, quien fue ratificado como candidato para los comicios de 2025.
Arce había calificado de “forzado y forzoso” el congreso del MAS, que se celebró el martes y miércoles y en el que decidió no participar por considerar que las organizaciones sociales no están debidamente representadas en el encuentro del partido oficialista boliviano.
“Es un atropello a las organizaciones sociales que en realidad están siendo despojados de su propio instrumento político, hay un irrespeto a las organizaciones sociales, no se toma en cuenta ese carácter fundacional”, había expresado Arce.
Por su negativa a participar del congreso, el MAS dictaminó expulsar a Arce del partido.
“Se da por conocimiento la autoexpulsión de Luis Arce Catacora y David Choquehuanca (su vicepresidente) por no asistir al congreso del MAS-IPSP”, leyó uno de los integrantes de la Comisión Orgánica del partido.
Otros 28 funcionarios leales a Arce también fueron apartados del partido.
La comisión Política del MAS determinó también que no se podrá hacer ninguna alianza con otros partidos políticos de cara a las elecciones de 2025.
El MAS modificó los estatutos para que solo puedan presentarse militantes con diez años de antigüedad, requisito que el actual presidente no cumple.
El congreso de MAS culminó anticipadamente este miércoles y ratificó a Evo Morales como su líder en medio de la polémica por la legalidad del evento.
El encuentro estaba programado para tres días en la zona del Trópico de Cochabamba, bastión político y sindical de Morales, pero se redujo a dos debido a que en la víspera se decidió el trabajo “por tiempo y materia”, dijo a EFE Nelson Cox, quien fue viceministro de Justicia en el Gobierno de Morales (2006-2019).
La expectativa fue grande en la segunda jornada del congreso ya que varios de los militantes del partido amanecieron en los alrededores de la localidad de Lauca Ñ.
La “seguridad sindical” montó un estricto anillo de seguridad en los alrededores del coliseo de la radio cocalera Kawsachun Coca, sitio en el que cientos de militantes aguardaron el acto central de posesión de la nueva mesa directiva del MAS.
Al mediodía hubo incertidumbre sobre el desarrollo del encuentro tras conocerse un amparo constitucional que presentó una dirigente campesina del bloque “arcista”, que respalda al presidente Arce.
Algunos asistentes creyeron que con la acción legal el congreso se suspendía, pero la organización del MAS “desmintió” esa versión y les pidió mantenerse para proseguir con las conclusiones del evento.
A medida de que pasaban las horas el calor fue aumentando, muchos debían limpiarse el sudor con toallas de mano y exigieron a los organizadores agilidad en las decisiones.
La presidenta del presidium del congreso del MAS, Flora Aguilar, puso a consideración de la asamblea de delegados y militantes la votación por aclamación, como método de aprobación a la postulación de los dirigentes.
Así se reeligió a Morales como presidente del MAS, cargo que ocupa desde finales de 1990, junto a una veintena de secretarios del partido que emergieron de las organizaciones sociales de los nueve departamentos del país.
En signo de aprobación, decenas de delegados levantaban sus credenciales y gritaban “Evo, Evo, Evo”, tras lo que se pedía la constancia del organismo electoral, entidad que envió al encuentro una comisión de seguimiento.
Además, varios sectores de la asamblea del MAS propusieron a Morales como candidato presidencial para las elecciones de 2025, en medio de un ambiente festivo que fue animado con canciones que hablaban de la “repostulación” del ex presidente.
“Evo no está solo, carajo”, repitieron insistentemente los militantes que en su totalidad portaron distintivos azules, negros y blancos, que son los colores del MAS.
“Aquí estoy de pie, listo para la próxima batalla”, era la inscripción en el cartel de un seguidor del MAS vestido como el personaje de El Chavo del 8, que se ha vuelto un símbolo de las manifestaciones oficialistas.
Al concluir el acto, Aguilar le entregó simbólicamente a Morales unos legajos de documentos del MAS y un sello que lleva el nombre del ex gobernante en reconocimiento a su autoridad en la organización política.
Los asistentes se acercaron al reelecto presidente del MAS para abrazarlo y felicitarlo y lo bañaron con mixtura, trocitos de papel de varios colores que se usa en las celebraciones, y Morales les firmó las credenciales a modo de autógrafos.
Luego de la clausura del congreso varias comparsas bailaron al son de melodías autóctonas hasta que cayó una lluvia que dispersó a los asistentes.
“Ahí está, Evo va a ser presidente de nuevo”, dijo uno de los militantes que consideró que la lluvia era una bendición a la decisión final del congreso.
(Con información de EFE)