(Washington, Estados Unidos) Un día después que el presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, planteara en Washington un pedido para que la Organización de Estados Americanos (OEA) discuta aplicar el artículo 20 de la Carta Democrática Interamericana ante lo que llamó un “golpe en slow motion”, el secretario general Luis Almagro pidió la convocatoria de un Consejo Permanente.
La reunión, que se realizará el próximo martes 10, incluirá un informe de Almagro sobre la misión de observación liderada por él que da seguimiento al proceso de transición en el país.
Allí, según supo Infobae, Almagro actualizará los últimos acontecimientos en el país, que incluyeron un nuevo ataque del Ministerio Público a las autoridades electorales al realizar un nuevo allanamiento que incluyó la confiscación de las actas en las que se hicieron el recuento de votos certificados por el personal del tribunal. Estos episodios fueron criticados ya por la OEA a través de un comunicado.
Además del informe de Almagro, la convocatoria deja abierta la posibilidad para que haya una intervención de algún representante del gobierno actual de Guatemala. En las anteriores oportunidades el canciller Mario Búcaro se hizo presente en Washington para defender al gobierno.
La novedad está en que en la sesión hay previsto también un espacio para que el gobierno electo, a través de algún representante, pueda dar sus posiciones luego del informe del gobierno en funciones.
Luego, los representantes de los diferentes países podrán discutir sobre la situación en Guatemala. En la sesión ordinaria de esta semana del Consejo Permanente, el asunto no estaba en el órden del día pero se coló por comentarios de varios embajadores. El presidente del consejo tuvo que llamar al órden porque al hablarse del tema en intervenciones sobre otros asuntos, no se le permitía al gobierno de Guatemala defenderse.
Este miércoles, en el marco de su visita a Washington, Arévalo fue recibido por Almagro en la sede de la OEA. Según informó el secretario general de la organización, discutieron sobre la transición y la “persecusión judicial contra su partido, el Movimiento Semilla” y contra el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Los choques entre Arévalo y Giammattei
En las últimas semanas el tono de la discusión entre el gobierno entrante y el saliente se volvió más áspero. Luego de las elecciones, el presidente Alejandro Giammattei se mostró muy abierto a realizar una transición transparente y le abrió las puertas a la OEA con la invitación para que acompañara ese proceso con una misión.
Sin embargo, a medida que los embates de los fiscales continuaron, el gobierno entrante empezó a cuestionar el silencio de Giammattei para levantar la voz contra esas acciones. La administración en funciones ha señalado que no se mete en el asunto para no interferir en la separacion de poderes.
Algunos observadores y el propio Arévalo, sospechan que la mano del gobierno está detrás de las acciones de la fiscal general, Consuelo Porras, que fue puesta en el cargo por Giammattei y renovada cuando incluso desde Estados Unidos se la acusó de corrupción.
El argumento tanto de Arévalo como de la OEA y de muchos países para pedir que Giammattei se exprese es que la separación de poderes está siendo amenazada justamente por las acciones del Ministerio Público cuando realiza allanamientos al Tribunal Supremo Electoral (TSE) en los que se abren las cajas con votos y se incautan las actas, dado que ese es el único habilitado por la ley electoral para manejar los aspectos electorales.
Las críticas de Arévalo hacia el gobierno fueron creciendo. Primero decidió abandonar la transición como gesto de protesta. Luego, ante la gestión de Almagro, decidió retomar el proceso administrativo de la transición pero no volvió a tener reuniones públicas con Giammattei.
En una entrevista con Infobae, Arévalo hizo un pedido concreto a Giammattei para que se manifieste. “Se lo pidió también el secretario general de la OEA y Estados Unidos. No lo ha hecho”, dijo el presidente electo.
Esta semana aumentó sus críticas. En un evento en Washington, organizado por el Wilson Center, Arévalo dijo que “la campaña de persecución judicial pone en duda el compromiso de las autoridades actuales con una transferencia fluida del poder”.
Además, aseguró que no cree que que los fiscales actúen por propia iniciativa. “Lamentable es verdad que Guatemala no tiene separación de poderes. Y si bien esta ha sido una tendencia durante más de una década, ha empeorado mucho bajo la administración actual. El Ministerio Público, que está a cargo del procesamiento penal y el Poder Judicial, junto con gran parte del Congreso actual, están sujetos a la autoridad presidencial. Todas las acciones recientes del Ministerio Público se basan en un terreno legal inestable o son completamente inconstitucionales”, dijo Arévalo.
La aplicación de la Carta Democrática Interamericana
Si alguien quiere concretar el pedido que realizó Arévalo en Washington esta semana para que la OEA aplique la Carta Democrática Interamericana en Guatemala podrá formalizarlo en el Consejo Permanente del próximo martes. Ese planteo puede ser realizado por Almagro, por el gobierno actual de Guatemala o por cualquier otro estado miembro.
Arévalo planteó aplicar el artículo 20 de esa carta, que es uno de los más suaves, dado que lo que implica es que se le encomiende a la organización la realización de “buenos oficios” para “promover la normalización de la institucionalidad democrática”.
La OEA ya tiene una misión en el país que lo que realiza es justamente buenos oficios para acercar al gobierno entrante y el saliente. Si bien el objetivo es acompañar el proceso de transición, Almagro ha tenido diversas reuniones, algunas de ellas tensas, con el Ministerio Público.
“En caso de que en un Estado Miembro se produzca una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático, cualquier estado miembro o el secretario general podrá solicitar la convocatoria inmediata del Consejo Permanente para realizar una apreciación colectiva de la situación y adoptar las decisiones que estime conveniente”.
La convocatoria solicitada por Almagro para el martes no contempla en lo previo el pedido de la aplicación de la Carta Democrática
Las reuniones de Arévalo en Washington
El presidente electo ha contado con el respaldo unánime de la comunidad internacional. Tanto la OEA como la Unión Europea han jugado un papel fundamental. También grupos ideológicos tanto de izquierda como de derecha de la región se han expresado cuestionando las acciones del Ministerio Público de Guatemala por entender que están golpeando la democracia.
Pero el país que ha jugado un papel más fuerte ha sido Estados Unidos, un socio clave de Guatemala, que ante acada episodio marca sus críticas a través de comunicados o declaraciones de altos funcionarios del Departamento de Estado y la Casa Blanca.
Durante la visita de Arévalo a Washington el presidente electo tuvo reuniones con los funcionarios más importantes que manejan la política exterior del país norteamericano. Este martes se reunión con el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan y con el asesor presidencial especial Chris Dodd.
Un día antes, tuvo una reunión virtual con el secretario de Estado, Antony Blinken. El portavoz de esa secretaría, Mattew Miller, dijo este martes que “Estados Unidos está preocupado por los continuos esfuerzos para socavar la transición pacífica del poder de Guatemala”.