Índice global de crimen organizado: América sufrió un fuerte retroceso y hay tres países entre los peores cinco

El continente aparece detrás de África y Asia entre los que más problemas de seguridad presentan

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El mapa mundial del Índice de Crimen Organizado (Ocindex)
El mapa mundial del Índice de Crimen Organizado (Ocindex)

El continente americano registró un notorio retroceso en el Índice Global de Crimen Organizado, que arrojó una subida de delitos en la mayoría de países de la región, con un promedio muy cercano al de África y cada vez menos alejado de Asia, el peor ubicado, y con tres países entre los peores cinco a nivel mundial en criminalidad: Colombia, México y Paraguay.

El informe sobre el 2022 indica que cuando la pandemia trastornó las actividades delictivas tradicionales, las empresas criminales se adaptaron rápidamente, diversificándose en ámbitos como la extorsión, la ciberdelincuencia y el comercio ilícito de bienes esenciales. A pesar de los contratiempos temporales sufridos durante las estrictas medidas de bloqueo, los delincuentes “demostraron su capacidad de resistencia” y, cuando se levantaron las restricciones, reanudaron y ampliaron sus operaciones.

Las comparaciones con el Índice de 2021 revelan una tendencia preocupante: la criminalidad en las Américas ha empeorado, alineándose más estrechamente con los niveles africanos en 5,20. Las puntuaciones individuales de los países indican sistemáticamente una tendencia al alza de la criminalidad en todo el continente.

Los peores 10 de América Latina

1. Colombia, 7.75 (+0.09)

2. México 7.57 (-)

3. Paraguay, 7.52 (+0.82)

4. Ecuador 7.07 (+0.82)

5. Honduras, 7.05 (+0.08)

6. Panamá, 6.98 (+0.31)

7. Brasil, 6.77 (+0.27)

8. Venezuela, 6.72 (+0.08)

9. Guatemala, 6.60 (+0.13)

10. Perú, 6.40 (+0.05)

Otros:

15. Nicaragua, 5.72

16. Estados Unidos, 5.67

19. Chile, 5.18

21. Argentina, 5.00

22. Bolivia, 4.95

29. Cuba, 3.37

30. Uruguay, 3.22

El detalle de América en el Índice de Crimen Organizado (Ocindex)
El detalle de América en el Índice de Crimen Organizado (Ocindex)

Como tercer continente más afectado a nivel mundial, alberga una puntuación media de criminalidad de 5,20, solo por detrás de Asia y África. Dentro de la región, Centroamérica emerge como el epicentro de la actividad delictiva, ostentando la puntuación media de criminalidad más alta, de 6,28, seguida de cerca por Sudamérica, con 5,94 puntos. El informe subraya que estos mercados delictivos no se limitan a las fronteras nacionales, sino que se extienden por todos los países, aprovechando la debilidad de las estructuras de liderazgo y gobernanza.

El Índice 2023 destaca el dominio permanente del continente americano en el tráfico mundial de cocaína, manteniendo su estatus como principal mercado de origen con una asombrosa puntuación media de 7,44. América del Sur, en particular, destaca con una puntuación regional de 8,29. Países como Colombia, Brasil, México, Venezuela y Perú desempeñan un papel fundamental, con Colombia a la cabeza del mundo, con una puntuación de 9,50. Este dominio ha dejado poco espacio para que prolifere el tráfico de heroína (3,06).

Al mismo tiempo, se observa un notable aumento del comercio de drogas sintéticas, en el que Norteamérica se lleva la peor parte y México emerge como actor principal con una puntuación de 9,0. El auge de la “cocaína rosa” en varios países subraya la expansión del panorama de las drogas sintéticas más allá de México.

Paquetes de fentanilo en su mayoría en forma de polvo y metanfetamina, que Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos incautaron de un camión que cruza a Arizona desde México (via Reuters/archivo)
Paquetes de fentanilo en su mayoría en forma de polvo y metanfetamina, que Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos incautaron de un camión que cruza a Arizona desde México (via Reuters/archivo)

Los delitos contra el medio ambiente han proliferado, especialmente en Sudamérica, que ocupa el segundo lugar mundial en delitos contra los recursos no renovables, impulsados por la extracción ilegal de oro. Centroamérica le sigue, ocupando el tercer puesto mundial en delitos contra la flora y la fauna. Brasil, con altas puntuaciones en ambas categorías, ejemplifica la degradación medioambiental causada por la tala ilegal y el tráfico de especies silvestres, a menudo acompañados de violencia contra las poblaciones indígenas.

Paraguay y Jamaica encabezan el tráfico de armas en las Américas, alimentado por el suministro ilegal de armas procedente principalmente de Estados Unidos. Esto desencadena una reacción en cadena que convierte a los países centroamericanos en puntos de tránsito y destino, exacerbando la violencia y la inseguridad.

Centroamérica emerge como un centro mundial de ciberdelitos, lo que refleja la creciente amenaza en este ámbito. La extorsión y el chantaje de protección también están firmemente arraigados en la región, con una puntuación de 6,38, impulsados por la capacidad de los delincuentes para infundir miedo y hacer daño.

Al examinar los indicadores de resiliencia, las Américas muestran puntos fuertes y débiles. Mientras que la “cooperación internacional” destaca con la puntuación más alta (6,09), áreas como la “transparencia gubernamental y rendición de cuentas” se quedan rezagadas con una media de 4,44 puntos. En particular, los “actores no estatales” desempeñan un papel importante, con una puntuación media de 5,10.

El caso de Ecuador

El informe hace hincapié en el caso de Ecuador, donde se registró descensos en nueve de los 12 indicadores de resiliencia. “La falta de liderazgo de Guillermo Lasso ha provocado un estancamiento político y una pérdida de apoyo público al gobierno, mientras que los casos de corrupción que implican al círculo íntimo del presidente han erosionado aún más la confianza del público en las instituciones estatales”, aseveró el reporte, que destaca que la falta de independencia del sistema judicial facilita la delincuencia.

Policía en la escena de un homicidio en Durán, Ecuador (AP)
Policía en la escena de un homicidio en Durán, Ecuador (AP)

“La gobernabilidad criminal que ejercen los grupos mafiosos en ciudades como Guayaquil y la necesidad de provisión de servicios para la violencia por parte de las redes criminales para asegurar el funcionamiento de las exportaciones de droga, han creado una demanda de armas. Esto también ha tenido un impacto directo en las tasas de homicidios, que han alcanzado niveles históricos”, reseñaron. En resumen, señalaron que los descensos son resultados de “un liderazgo político débil, una corrupción generalizada y un sistema judicial débil que se esfuerza por hacer frente a los desafíos, incluidos los asesinatos impunes de figuras políticas”.

Primeiro Comando da Capital

El informe a su vez advierte del rol de la organización brasileña PCC, que “ha ejercido una influencia significativa al otro lado de la frontera, en Paraguay, donde ha dominado los mercados del tráfico de drogas y armas”.

Según explicaron, ello provocó un aumento de la violencia en el país, especialmente debido a los ataques perpetrados por el grupo contra el Estado, el sector privado y otras organizaciones delictivas altamente armadas.

“La presencia del cártel se extiende por todo Paraguay, con algunas operaciones a lo largo de la frontera con Brasil. La expansión del PCC a los países vecinos y sus conexiones con redes internacionales subrayan la creciente influencia del grupo en Sudamérica”, alertaron.

Contrastes

A pesar de los esfuerzos por combatir la delincuencia organizada, la gobernanza y el liderazgo plantean importantes retos. El “liderazgo político y la gobernanza” obtuvieron una puntuación baja, de 4,69, lo que indica una deficiencia universal. Las variaciones regionales son evidentes, con América del Norte a la cabeza con 6,75, seguida del Caribe (5,23), América del Sur (4,42) y América Central (3,69).

Canadá y Estados Unidos presentan puntuaciones de resiliencia más altas (7,21 y 7,13, respectivamente), lo que sitúa a Norteamérica entre las cinco primeras a escala mundial. Por el contrario, la puntuación media de América Central (3,91) pone de relieve la urgente necesidad de marcos más sólidos contra el crimen organizado. América del Sur y el Caribe se sitúan en una posición intermedia, lo que pone de relieve la naturaleza interconectada de las actividades delictivas que trascienden las fronteras regionales.

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