(Desde Montevideo, Uruguay) - Una persona que vive en Salto (Uruguay) y viaja a Concordia (Argentina) a hacer las compras encontrará que la diferencia de precios entre estas dos ciudades es de 144% en promedio. La localidad argentina históricamente fue más barata que la uruguaya, pero esa desigualdad se ha acentuado hasta en un 280% en los productos de limpieza, según un índice que elabora la Universidad Católica. Es por eso que es habitual que quienes viven al oriente del Río Uruguay crucen los poco más de 700 metros que tiene el puente internacional para hacer las compras de la vida cotidiana.
La diferencia cambiaria entre Uruguay y Argentina es una de las explicaciones para que el departamento de Salto tenga peores indicadores laborales que el resto de Uruguay, según un reciente análisis del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS). En Salto, la tasa de desempleo fue de 12,8% en julio, un valor que en el promedio del país fue de 7,8%, según el último dato del Instituto Nacional de Estadística.
El desempleo en el departamento es de los más altos del país para todas las edades. Si esta población se reduce solo a los más jóvenes, el porcentaje también es más alto, superando en 10 puntos porcentuales la tasa promedio.
La informalidad, en tanto, está “muy por encima” de los promedios nacionales, asegura el MTSS en el informe presentado este jueves 14. Lo mismo sucede con los datos del subempleo.
Un sector clave para este departamento que está atravesando una “grave crisis” es el turismo y, específicamente, el sector de las termas, que es un destino habitual de los uruguayos.
Uno de los motivos que explica este momento crítico es la “diferencia de cambio con Argentina”, dice el análisis. El ministerio enumera otros factores: la falta de políticas públicas, inversiones e innovación. Además, hay un cambio en el público que realiza turismo termal.
Los entrevistados consultados para el análisis coinciden en que el departamento “no es atractivo” para invertir porque no se otorgan beneficios, no se lo promueve como un “buen destino”, tiene problemas de conectividad y hay una “falta de sinergia” entre los actores.
“La coyuntura no es favorable, fruto de la situación de estancamiento y de la diferencia de precios con Argentina”, dice el informe del MTSS.
El mercado de trabajo de Salto lleva 20 años atravesando un “cambio estructural” relacionado a su matriz productiva. Está caracterizado por una alta zafralidad e informalidad, que es algo “cíclico” para la región, aunque ha sido agravado por la diferencia cambiaria con Argentina.
Los trabajadores, dice el informe, tienen bajos niveles educativos y hay una baja formación en el sector productivo. La cantidad de profesionales que hay en la zona no puede ser absorbida por el mercado, por lo que se ven obligados a “emigrar” del departamento.
El MTSS también detectó que existe un perfil de trabajadores que denomina “desalentados”, que son aquellos que dejaron de buscar trabajo porque saben o perciben que no hay, lo que provoca una baja en la tasa de actividad.
Los empleadores, en tanto, han priorizado la inversión tecnológica para acceder a nuevos mercados o mantener los existentes, lo que va en detrimento de “los salarios y la formación de trabajadores”. La mitad de los empresarios de la zona no saben cómo acceder a nuevos mercados fuera del departamento y tampoco han apostado por la capacitación empresarial.
Con respecto al Estado, “la crítica más importante” es que no genera “condiciones para atraer inversiones” ni “realizar inversión pública en sectores que demanden mano de obra”.
En la formación profesional, el MTSS detectó que hay un “problema de idiosincrasia cultural”. “Los cambios culturales son la demanda más importante tanto para los trabajadores como para los empresarios”, dice el informe.