Tras las revelaciones de que Rusia está reclutando cubanos para combatir en Ucrania, la dictadura de Miguel Díaz-Canel reconoció que no se opone a que ciudadanos de su país luchen con las tropas de Vladimir Putin.
“No tenemos nada en contra de los cubanos que solo quieren firmar un contrato y participar legalmente en esta operación con el Ejército ruso. Pero nos oponemos a la ilegalidad y estas operaciones, que no tienen nada que ver con el ámbito legal”, manifestó a la cadena rusa Sputnik el embajador cubano en Moscú, Julio Antonio Garmendía Peña.
En línea con las versiones que ofreció el régimen castrista tras conocerse la noticia, el jefe diplomático se pronunció en el marco de la detención de 17 personas en Cuba por presunto reclutamiento para la guerra.
Según indicó, “los estafadores y los bandidos están en todas partes”: “Estamos hablando de gente mala que, basándose en un tema tan importante como una operación militar, como son las relaciones entre nuestros países, quiere ganar dinero, quiere meterse billetes en el bolsillo y dedicarse a actividades ilegales”.
El régimen anunció el pasado lunes la desarticulación de una red de tráfico de personas con base en Rusia que reclutaba cubanos -tanto en la isla como en el país euroasiático- para luchar como mercenarios en la guerra en Ucrania.
La declaración se difundió luego de que varios medios fuera de la isla, entre ellos algunos radicados en Miami (principal base del exilio cubano), informaran de la presencia de mercenarios de la isla caribeña combatiendo con las tropas rusas en la invasión de Ucrania.
La Cancillería subrayó que “Cuba no forma parte del conflicto bélico en Ucrania”, y que Cuba “está actuando y actuará de manera enérgica” contra quien “participe en cualquier forma de trata de personas con fines de reclutamiento o mercenarismo para que ciudadanos cubanos hagan uso de las armas contra cualquier país”.
Las autoridades cubanas aseguraron, a tenor de las confesiones de los arrestados y la intervención de comunicaciones, que la red estaba dirigida “desde el exterior” y que los organizadores buscaban “individuos con antecedentes penales, provenientes de familias disfuncionales”.
De acuerdo al análisis realizado por The Havana Consulting Group y Cuba Siglo 21, el régimen cubano desarrolló un potencial logístico que pudo haber permitido el traslado a Rusia de más de 14 mil militares en los meses de julio y agosto de este año.
Desde el 1 de julio, se han registrado 13 vuelos semanales desde Rusia hacia tres destinos en Cuba: Varadero (8 vuelos), Cayo Coco (3 vuelos) y La Habana (2 vuelos). Estos viajes fueron operados por aeronaves Boeing 777 y Boeing 787, lo que suma una capacidad total semanal de 5.833 plazas.
Según Cuba Siglo 21, un laboratorio de ideas radicado en Madrid, “la evidencia apunta hacia un esfuerzo colaborativo y concertado entre los gobiernos de Rusia y Cuba para organizar una red de reclutamiento de voluntarios cubanos que se unirían a las tropas rusas en Ucrania”.
Por su parte, la ONG Prisoners Defenders, también radicada en la capital española, denunció el envío de cientos de cubanos al frente de batalla de la invasión rusa a Ucrania.
“Es una obviedad que el régimen de Cuba ha apoyado la guerra de Ucrania. Sus medios de prensa y agencias latinoamericanas de prensa, como Prensa Latina (propiedad del Estado de Cuba), copiaban y difundían en toda Latinoamérica la narrativa del régimen ruso, apoyando a medios como RT y Sputnik y su narrativa, creando una narrativa repugnantemente antieuropea en los públicos de Latinoamérica”, subrayó la organización.
Luego indicó que mientras el dictador Miguel Díaz Canel viajaba a Rusia en 2022, se estaban “captando chicos para ir a la guerra, a decenas. El Gobierno de Cuba no hizo nada, no reaccionó en modo alguno. Y pasaron meses, y las decenas se hicieron cientos”.
La ONG viene advirtiendo que parte de los cubanos reclutados son enviados a Bielorrusia -aliado de Rusia- para recibir entrenamiento militar, para luego ser enviados al campo de batalla. “El ejército cubano, como es bien sabido, es uno de los pocos en el mundo que no necesita recibir formación alguna de las tropas de Alexandr Lukashenko, salvo si la formación tiene como fin entrar en combate usando el armamento moderno suministrado por Rusia en la actual guerra de Ucrania y enmascarar una vía de entrada para la participación en la guerra de efectivos cubanos altamente entrenados”.