(Desde Santiago, Chile) La conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado en Chile ha tenido de todo. Pero si, en medio de este ambiente “tóxico”, como lo describió la ex presidenta Bachelet, hay un punto positivo, eso es lo que sucedió este martes en el Senado.
Mientras el presidente Gabriel Boric recibía un portazo al intentar unir posiciones en torno a una declaración conjunta condenando el golpe, la cámara alta preparaba sigilosamente la redacción de una declaración conjunta que terminó siendo transversal, apoyada tanto por senadores comunistas como republicanos.
El texto fue leído al inicio de la sesión del martes por el presidente de la corporación, el senador UDI Juan Antonio Coloma.
“Hace cincuenta años nuestra democracia se quebró. Un proceso doloroso, cuyas heridas aún no se cierran y que significó para todos, de uno y otro sector, el mayor fracaso institucional de Chile en el siglo XX”, dice la introducción de la carta en la que se reconoce que todos los actores, de un lado y otro, “contribuyeron a la destrucción de nuestra convivencia”.
“Estos cincuenta años nos dejan un aprendizaje compartido: el valor de la democracia, del Estado de Derecho, el respeto absoluto de los derechos humanos, la convicción de que ningún proyecto de transformaciones profundas puede impulsarse sin el acuerdo mayoritario de la sociedad y que ninguna diferencia puede llevarnos a perder el respeto esencial que nos debemos como parte de un mismo país”, reza el documento que añade que “nunca podemos tratarnos como enemigos, nunca la violencia es alternativa a la solución racional de los desacuerdos, nunca la dignidad del ser humano puede subordinarse a ningún objetivo político”.
La declaración cierra con la deuda de los actuales ciudadanos a dejar un país en el que los descendientes puedan convivir con respeto recíproco y armonía dentro de las diferencias.
“En ese objetivo el Senado tiene un rol y una responsabilidad insustituibles, cargar el pasado con madurez y mirar el futuro con responsabilidad es lo que nos corresponde. Nada podemos hacer para cambiar lo que sucedió hace cincuenta años atrás, pero podemos hacerlo todo para configurar los cincuenta años que vienen”, dice al final.
El texto asume como un “imposible” el pretender tener una visión común de la historia.
Reflexiones
La lectura de declaración dio paso a una serie de reflexiones hechas por los senadores. Javier Macaya, por ejemplo, valoró el tono de la declaración y el debate, totalmente contrario al ambiente más crispado que se vivió en la Cámara de Diputados, donde los homenajes a víctimas de la dictadura terminaron en tensos intercambios.
La senadora Claudia Pascual llamó a que “nunca más responsabilicemos a las víctimas de los hechos que nos han hecho tanto daño. Ningún error, ninguna diferencia profunda con un gobierno justifica los golpes de estado”.
El senador comunista Daniel Núñez aclaró que, aunque ellos no firmaron la mentada declaración, sí la apoyaban y la habían autorizado.
“Allí se reconoce que nuestra patria vivió en 1973 un quiebre democrático como consecuencia del golpe de Estado y se reivindica el valor de los DD. HH. y la democracia. Ello constituye un avance frente a la legitimación del golpe de estado que ha realizado la UDI y Republicanos”, escribió en su cuenta en la red social antes conocida como Twitter.