Al menos 1.329 violaciones a la libertad de prensa se registraron en Nicaragua en los últimos cinco años, incluido un asesinato, despojo de nacionalidad a periodistas, y cierre y expropiación de medios de comunicación.
Así lo recoge un informe de la red regional Voces del Sur y la Fundación por la Libertad de Expresión y Democracia (FLED) divulgado este viernes en San José en ocasión del Día Internacional del Periodista.
Entre abril de 2018 y abril de 2023 se documentaron 1.329 violaciones a la libertad de prensa, las que recayeron entre 338 víctimas, según el informe presentado por Guillermo Medrado, director ejecutivo de la FLED, una organización civil dedicada a la promoción de las libertades públicas, radicada en Costa Rica.
Del total de los 338 periodistas, 63 de ellos fueron víctimas de reiteradas agresiones durante los años 2018-2023, detalló el experto en el informe titulado “Sistematización de las violaciones a la libertad de prensa en Nicaragua, quinquenio abril 2018-abril 2023″.
El 2018, año en que inició la crisis sociopolítica que se vive en Nicaragua, “fue el más violento del quinquenio”, con un total de 531 violaciones a la libertad de prensa, incluido el asesinato del periodista Ángel Gahona de un disparo en la cabeza y dos en el cuerpo mientras realizaba una transmisión en vivo de una protesta en la ciudad de Bluefields (Caribe), según el estudio.
Criminalización del ejercicio periodístico
Durante el quinquenio, el indicador que más predominó es el de las agresiones y ataques, con un total de 759 casos o el 57,1 % del total, seguido del discurso estigmatizante (161 casos), y las restricciones al acceso a la información (137 casos), detalló Medrano.
“Es válido mencionar que desde que (Daniel) Ortega regresó al poder en el 2007, su gobierno se ha caracterizado por mantener un discurso frontal en contra del periodismo independiente, a quienes calificó en uno de sus primeros discursos como hijos de Goebels”, recordó Medrano.
De las 1.329 violaciones a la libertad de prensa, 819 (61,6 %) fueron perpetuadas por agentes estatales, seguido de grupos paraestatales con 120 agresiones (23,3 %), que estaban integrados por militantes sandinistas que actuaron a la par de las fuerzas del orden, según el estudio.
El Estado, principal agresor
Por otro lado, 120 agresiones (9 %) fueron cometidas por grupos al margen de la ley o identificados como paramilitares, es decir, grupos de civiles armados coordinados por las fuerzas estatales.
“Los actores más utilizados para reprimir fueron la Policía Nacional, el Ministerio Público, la Asamblea Nacional y el Poder Judicial (...) Se mantiene una cultura de agresiones y censura como una política del gobierno actual”, advirtió el especialista.
En conclusión, según el estudio, las violaciones a la libertad de prensa en Nicaragua “han sido una constante” desde que Ortega retornó al poder en 2007, “cuando desde un inicio dejó establecida una política de censura y cero accesos a la información pública a los medios de comunicación independientes”, y se profundizó a partir de 2018, con el estallido social.
Asimismo, la FLED contabiliza un total de 185 periodistas exiliados, “sin embargo esta cifra tiende al crecimiento ante la falta de garantías para ejercer el derecho a la libertad de prensa en Nicaragua”, alertó Medrano.
De los pocos periodistas que continúan ejerciendo la profesión dentro de Nicaragua, la mayoría lo hace desde la “clandestinidad”; otros han abandonado la profesión y emprendido pequeños negocios y un número mínimo sobreviven en medios radiales y televisivos en programas de “bajo perfil” o con poca audiencia, aseguró.
(Con información de EFE)