(Desde Montevideo, Uruguay) - En diciembre se van a cumplir nueve años del crimen de Lola Chomnalez, la adolescente argentina que fue asesinada en la playa de Barra de Valizas, en Uruguay. El caso, que conmocionó a dos países, tiene dos imputados: uno por autoría y otro por encubrimiento. Pero, pasado todo este tiempo, las instancias judiciales continúan y están previstas varias declaraciones para estos días.
La última novedad que se conoció de la causa fue que la fiscal de Rocha, Mariela Núñez, pidió la pena máxima (30 años de prisión) para Leonardo David Sena (39), por homicidio muy especialmente agravado. Pero la defensa del acusado pide la nulidad de las pruebas que se presentaron contra él.
Este miércoles 6 se inició una nueva instancia judicial, en la que declararon el ex director de investigaciones, el ex director de la policía, el encargado de la investigación de la zona (quien detuvo al imputado) y la madre biológica de Sena, informó el noticiero uruguayo Subrayado (Canal 10).
Para estas instancias están previstas las declaraciones de policías en actividad y retirados que tuvieron participación en el caso. Lo harán ante el juez Juan Giménez.
Las audiencias surgen por el cuestionamiento a la imputación que lleva adelante la abogada de Sena, Ibis Puñales. La defensora sostiene que las pruebas por las que se imputó al hombre de 39 años están viciadas de nulidad. Su argumento es que la sangre obtenida de la mochila de Lola fue manipulada.
La defensa solicitó la apertura de la prueba y el diligenciamiento de las probanzas que tienen que ver con la verificación de la cadena de custodia de la mochila, toalla y billetera. También cuestiona las técnicas del cotejo de ADN y su conservación desde el 2014, el uso del software por parte de la Policía Técnica y la autorización de la realización de los cotejos.
La estrategia de la defensa del imputado es cuestionar la legalidad de todo el proceso probatorio que derivó en la identificación de Sena como el autor del crimen a juicio de la Fiscalía.
Una de las declaraciones que está prevista es la de la genetista de la Policía Científica, Natalia Sandberg, que fue una figura clave para determinar la responsabilidad de Sena a través de las muestras de ADN.
Sandberg ideó durante dos años la estrategia de cotejo de ADN que permitió que la Policía del Departamento de Rocha detuviera a Sena como el presunto homicida de Lola.
Una vez finalizado su trabajo, la genetista dio detalles de su trabajo. “Hubo un hermetismo total porque fue un trabajo muy delicado. La idea era no estar avivando a nadie de que esto se estaba llevando a cabo. Mi motivación fue la familia. Ver el caso me conmovió muchísimo”, dijo en una conferencia de prensa.
Durante la investigación del crimen de Lola se encontró en la mochila y en el DNI de la adolescente un perfil de ADN que correspondía a un hombre. En primera instancia, Sandberg cotejó la muestra con el banco de datos del Registro Nacional de Huellas Genéticas, donde está la información de todas las personas que tienen antecedentes penales, pero el resultado fue negativo.
Ese trabajo lo repitió durante este tiempo, ya que el banco de datos se actualiza a diario, pero su tarea no tuvo los resultados esperados.
En ese contexto adverso fue que a la profesional se le ocurrió hacer un análisis por separado. Es decir, discriminar la línea paterna de la materna en su composición. Al avanzar en esta última opción, descubrió que el ADN del supuesto agresor de Lola coincidía con el de un hombre que estaba preso pero por otra causa y que solo tenía vínculo con su madre.
Allí se abrió un nuevo camino y, con ese hallazgo, se logró ubicar a la mamá del recluso. La Justicia autorizó la extracción de una muestra de la mujer y así descubrieron que ese preso era medio hermano del hombre que había manipulado la mochila de la adolescente argentina. A su vez, la mujer declaró que había tenido 11 hijos y aportó el nombre que resultaría clave: el de Leonardo David Sena.