(Desde Montevideo, Uruguay) - La incautación de unas 500 ampollas del opioide fentanilo –una de las drogas más poderosas y adictivas en el mercado narco– en Misiones encendió las alarmas en Uruguay. La noticia significaba la confirmación de que la denominada “droga zombie” estaba en la región y que había que estar “alertas”.
Ese potente opioide sintético, elaborado en laboratorios, fue el responsable de un récord de muertes por sobredosis en Estados Unidos. En 2021, murieron 70.000 personas por su consumo.
En Uruguay, el Observatorio de Drogas es el organismo encargado de realizar la vigilancia permanente de las sustancias que ingresan. Lo hace a través del Sistema de Alerta Temprana, que controla las incautaciones y los episodios graves de intoxicación. El director de la oficina, Héctor Suárez, dijo a la revista Búsqueda que están en “alerta” por los riesgos potenciales que tiene el fentanilo y realizan de forma preventiva una vigilancia más atenta de la sustancia.
Hasta ahora, no hay registros de consumo recreativo de la sustancia, aunque Suárez aclaró que puede existir algún caso “marginal”.
Cuando se identifique su presencia en Uruguay, probablemente se emita una alerta, aunque el director del observatorio señaló que todavía Uruguay está lejos de que exista “un problema”.
Por el momento, no hay indicios de su presencia fuera de los centros de salud, donde se utiliza para tratar situaciones de dolor intenso, por ser uno de los analgésicos más potentes. Desde 1990, se utiliza el analgésico para pacientes con cáncer, por ejemplo.
Para el consumo de fentanilo por indicación médica hay una “gran demanda”, que aumentó en los últimos años, expresó la directora del Departamento de Toxicología de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, Alba Negrín. “Se conoce el grado de pureza y hay controles de calidad que hacen que sea seguro”, dijo la experta. El contexto es lo que hace la diferencia con los graves efectos que produce su consumo recreativo, aclaró.
Ante esta alerta por la circulación regional del fentanilo, funcionarios de distintas oficinas del gobierno están siendo formados por los efectos de la droga. Semanas atrás, expertos de la Administración para el Control de Drogas (DEA) y la Embajada de Estados Unidos, realizaron un evento en Montevideo para alertar sobre el fenómeno, informó Búsqueda. De la formación participaron 50 representantes de la Fiscalía, la Policía, la Prefectura, los ministros de Salud Pública e Interior, la Junta Nacional de Drogas y el Instituto Técnico Forense.
La DEA informó sobre la composición química de la sustancia y posibles recetas con las que se elabora el fentanilo. Además, informaron sobre los estudios de mercado que hay sobre la droga y las rutas que siguió el opioide, con variaciones a medida que surgieron las prohibiciones.
Además de estar presente en Argentina, también se detectó su consumo en Brasil, donde el Primer Comando Capital comenzó a elaborarlo, en Colombia y Chile.
En 2020, el Observatorio Uruguayo de Drogas publicó un informe que concluía que el uso no médico de opioides no conformaba un problema de salud pública para el país, porque había una “escasa configuración del fenómeno”.
Ese uso marginal se explicaba por varios factores: la inexistencia de una alta prescripción médica de opioides, una alta percepción del riesgo asociada al uso indebido, una buena regulación y controles y un mercado ilegal casi insignificante.
Ese diagnóstico se mantiene tres años después, aseguró Suárez. Una de las “debilidades” que se identificaron es la posibilidad de “desvíos” del fentanilo desde los lugares que se comercializan, como las farmacias, hacia canales ilícitos. El 9% de las farmacias tiene un “riesgo de desvío medio” mientras en el restante 91% el riesgo es bajo.
Otro posible desvío existe por la dispensación de los parches de uso médico. La mitad de las instituciones que fueron visitadas durante 2020 manifestaron un “alto riesgo de intoxicación accidental para sus usuarios y funcionarios por no contar con mecanismos de acopio y destrucción eficientes para los residuos de parches de fentanilo”.
Un factor de protección para que no ingrese la droga es que no existen laboratorios en Uruguay que produzcan este tipo de sustancias. El jerarca aclaró que, pese a las vigilancias que se hagan, si el fentanilo encuentra un “nicho de mercado”, va a “filtrar” cualquier posibilidad de control previo.
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