Un coche bomba, cargado aparentemente con dos cilindros de gas y tacos de dinamita, causó en la noche de este miércoles al menos cuatro explosiones en una zona comercial de Quito, en un suceso que genera preocupación ante el clima de violencia que se vive en Ecuador.
Si bien la Policía Nacional de Ecuador afirmó en un inicio que se trataba de un incendio en un vehículo, el general Pablo Ramírez detalló más tarde a periodistas que el hecho resultó ser un presunto atentado por los elementos explosivos que contenía, cuya detonación no causó víctimas.
Ramírez informó que la Policía detuvo a seis personas, entre ellas cinco ecuatorianos y un colombiano, por su presunta vinculación con este coche bomba, algunos de ellos con antecedentes por robo, extorsión y asesinato.
El general señaló que tanto el auto que estalló como el vehículo donde se trasladaban las seis personas detenidas habían sido reportados como robados.
Asimismo, atribuyó esta acción como una respuesta del crimen organizado a una serie de traslados de presos realizados este miércoles.
El Municipio de Quito, en un mensaje por redes sociales, indicó que “el incidente, al momento se encuentra en investigación por las unidades especializadas de la Policía” y que en el sitio “se encuentra el equipo de Explosivos del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), quienes deben determinar las circunstancias de la explosión, y si hubo o no detonador”.
Según imágenes del sitio, junto al auto calcinado aparece un cilindro que, según vecinos, podría ser de una bombona de gas.
Bajo esta modalidad ya se registraron el año pasado varios carros bomba que estallaron en la ciudad portuaria de Guayaquil, precedentes que hicieron a los habitantes de la zona pensar que pudiera tratarse de un atentado similar, ahora en la capital Quito.
Personas cercanas a la investigación opinaron que podría tratarse de un atentado por parte de alguna de las bandas criminales que operan en el país.
Una fuente oficiosa indicó que el suceso puede estar probablemente relacionado al traslado de prisión de un cabecilla criminal conocido como “Gordo Luis” a la cárcel de máxima seguridad La Roca, situada cerca de la ciudad de Guayaquil.
El sujeto fue capturado el pasado 6 de julio en Colombia por autoridades de ese país y entregado a sus pares ecuatorianas, quienes lo ubican como cabecilla de la banda “Los Lobos”, con vínculos al cartel Nueva Generación aliada al de Jalisco (México).
La fuente hizo notar que en el lugar en el que explotó el coche funcionaba anteriormente la matriz del Servicio Nacional de Atención Integral (SNAI) a Personas Privadas de Libertad, el departamento estatal encargado del control y custodia de las cárceles de Ecuador.
El suceso se dio pocas horas después de que la Policía informara sobre los resultados de un requisa efectuada este mismo miércoles en la cárcel de Latacunga, en la provincia andina de Cotopaxi, en el marco de operaciones de intervención en prisiones para el control de armas y explosivos.
Más de 2.200 policías y militares participaron de la requisa en dicha cárcel, donde han encontrado armas blancas, alcohol y equipos electrónicos, entre otros objetos prohibidos en las prisiones.
La intervención militar y policial en la cárcel de Cotopaxi provocó motines de reos en las prisiones de las ciudades de Cuenca y Azogues, las capitales provinciales de Azuay y Cañar.
En la cárcel de Cuenca los presos retuvieron a un grupo de guardias carcelarios, según confirmó el SNAI, aunque no detalló el número de funcionarios retenidos.
Estas tres cárceles (Latacunga, Cuenca y Azogues) están presuntamente controladas por la banda criminal Los Lobos.
(Con información de EFE)
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