(Desde Montevideo, Uruguay) - El récord histórico de turistas que Argentina recibe desde Uruguay tiene una contracara dramática para el comercio uruguayo, que sufre las consecuencias de las compras de sus clientes habituales del otro lado de la frontera. La diferencia cambiaria hace que en el país vecino los productos se consigan a precios muy baratos, una diferencia que se marca aún más en los medicamentos, los productos dermatológicos, de cuidado personal y cosméticos. Por eso es habitual encontrar a uruguayos en farmacias de Buenos Aires.
Pero más allá de esas compras para el cuidado personal, los farmacéuticos uruguayos identifican una tendencia que se ha dado en los últimos meses: la venta ilegal en Uruguay de medicamentos que llegan desde Argentina.
La Asociación de Farmacias del Interior de Uruguay denunciará ante los ministerios de Salud Pública (MSP) y de Economía, y la Dirección Nacional de Aduanas esta venta ilegal, informó Búsqueda. Esa gremial empresarial identifica a varios “viajeros fantasmas” que compran en Argentina para ofrecer a farmacias del interior en Uruguay, con la posibilidad incluso de retirar los productos en una sede en Atlántida (Canelones), a 45 kilómetros de Montevideo.
La situación es más compleja para las farmacias del litoral uruguayo, donde los viajes hacia Argentina son a diario. Los farmacéuticos de la zona ven como una pesadilla cruzar varias veces al día a los deliveries de estos comercios argentinos para repartir pedidos a domicilio en Uruguay, según informó el mismo medio.
El presidente del Centro de Farmacias del Uruguay, Enrique Padial, definió en el programa En Perspectiva qué son los “viajeros fantasmas”: “Se preocupan de ir consultando, a veces puerta a puerta, el consumo de medicación para viajar con la lista de productos que ya saben que tienen colocados cuando llegue al país”.
El consumo de medicamentos desde Argentina se da en forma “excesiva”, definió Padial. Los pacientes crónicos, que necesitan esos productos a diario, tienen en Argentina una gama más amplia de opciones, de distintos laboratorios que le posibilitan comprar la medicación, incluso con fechas de vencimiento lejanas en el tiempo.
“Hay usuarios que traen el tratamiento para un año (con el dinero que) acá pueden comprar uno o dos meses de tratamiento. Contra eso es imposible competir. Es un usuario que desaparece de nuestras farmacias durante un año”, dijo Padial.
El empresario sostuvo que en las ferias y avenidas de Uruguay se pueden encontrar “tablones desplegados” con medicamentos, desodorantes, pastas dentales y productos de perfumería. Tiene una “mayor cantidad de mercadería que las farmacias del entorno”, algo que Padial definió como “insólito”. “Sobre eso, vemos que no hay control”, criticó.
Si bien la situación crítica se comenzó a notar primero en Salto y Paysandú, desde enero el efecto se trasladó a todo el país y el farmacéutico es el rubro “más afectado”, declaró el presidente del Centro de Farmacias del Uruguay.
“Según ellos (los argentinos), nosotros arrasamos las farmacias y vaciamos sus góndolas. Eso repercute en nuestra farmacia comunitaria y cada vez se acentúa de manera más importante”, dijo el empresario.
En el sector farmacéutico uruguayo ya se registran casos de envío al “seguro de paro”, pensado para los trabajadores que cobran un subsidio estatal por desempleo, y de empleados que fueron despedidos.
La gremial empresarial le solicita al gobierno que tome medidas para “ponerle un parate” a esta situación, y una posibilidad que manejan es que no se permita el ingreso de medicación ya que el proceso de autorización de una medicación en Uruguay es “muy estricto”. “Tiene que haber una concientización del usuario de que lo que consume. Por más que (un medicamento) esté reglamentado en Argentina, no es lo que tiene aprobado aquí el MSP”, señaló.
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