El ex ministro de la Presidencia de Bolivia Juan Ramón Quintana dice que los errores que comete el gobierno de Luis Arce se deben a que no entiende cómo funciona la “nueva geopolítica de la droga”.
En su rol de ministro de la presidencia de Evo Morales, Quintana fue actor, durante catorce años, de la política y la geopolítica de la más próspera actividad económica de Bolivia.
Y ahora dice que esa realidad ha cambiado, porque el narcotráfico ha tomado control de toda la región amazónica y de la Hidrovía Paraguay-Paraná, además de que cuenta con cientos de avionetas que utilizan más de 800 pistas clandestinas.
Según Quintana, el gobierno no está enterado de que ahora operan muchas avionetas reacondicionadas, que son tantas como los autos “chutos” (ilegales) que circulan en el país.
Y lo mismo dice de la cantidad de escuelas de pilotaje que operan en Bolivia, que eran 23 solamente en la ciudad de Santa Cruz.
Lo cierto es que, según el exministro, “hoy la droga está por los cielos de Bolivia”. Una paradoja dentro del MAS: un vocero del expresidente cocalero acusa al economista Arce de estar favoreciendo a quienes fabrican y exportan cocaína.
El propio Morales dijo ahora que en Europa se considera al gobierno de Luis Arce como “exportador de cocaína”. Los bolivianos que viajan son revisados, por culpa del desprestigio del gobierno, dijo el cocalero.
Otra geopolítica
Antes de que Quintana hablara de la geopolítica interna de la droga, el gobierno de Arce, desbordado por el descontrol de la cocaína, había comenzado a dar los primeros pasos de una geopolítica en nombre del Estado boliviano ante países afectados por la actividad ilegal.
Por el momento, esta acción de geopolítica formal a la que es forzado el gobierno incluye contactos con autoridades de Brasil, Perú, Paraguay, Argentina y España.
Es una geopolítica impuesta por la droga, diferente a la que el gobierno de Arce aplica por sus inclinaciones políticas, con predominio de China, Rusia, Irán y el club del “socialismo del siglo XXI”.
De los últimos contactos, el gobierno de Arce informó que España prepara la propuesta de un nuevo acuerdo con Bolivia referido al tema de las drogas.
También se han producido contactos con el gobierno de Chile, además de las intensas reuniones con autoridades de Paraguay a propósito de la búsqueda del narco Sebastián Marset, que está desparecido.
La geopolítica de Arce incluyó en los últimos días otras reservadas reuniones. El viceministro de Sustancias Controladas, Jaime Mamani, visitó en Lima al director de Control de Drogas del Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú, Jorge Ponce San Román. El informe dice que ambas autoridades abordaron la agenda antidroga, además del temario vinculado a “los delitos conexos” del narcotráfico, como el control de la producción de coca, la materia prima para la fabricación de droga.
Política y geopolítica
Aparte de la geopolítica interna de las drogas, en Bolivia está muy activa la guerra de Arce y Morales para definir cuál de ellos será el candidato del MAS en 2025, una guerra que por momentos se confunde con los temas de la droga.
Las afirmaciones de Quintana sobre la geopolítica de la droga se producen cuando el ministro de gobierno, Eduardo del Castillo, acaba de revelar que hay una carga de 400 kilos de cocaína rumbo a Polonia, además de una de 440 kilos descubierta en ese país una semana antes.
El también ex ministro Carlos Romero criticó la revelación hecha por del Castillo, porque podría perjudicar el operativo de captura de la carga que va camuflada en una exportación de madera. Es una torpeza, dijo.
Se calcula que los envíos que salieron de Bolivia desde principios de año superan las 6 toneladas, que se deben sumar a las 17 toneladas que, según Europol, llegaron al Mediterráneo entre 2021 y 2022.
La oposición también está alarmada. ”El gobierno de Luis Arce está batiendo récord a nivel internacional con la exportación de narcóticos. No existe control alguno, no solamente no hay control, hay total complicidad de las autoridades del gobierno, que convierte a Bolivia en un paraíso fiscal, el paraíso de vida y vivienda y de exportación del narcotráfico (...) No existe lucha contra el narcotráfico y están realmente colaborando con la destrucción de las instituciones que deben velar por la seguridad interna”, dijo el diputado Alejandro Reyes, de Comunidad Ciudadana.
Para complicar más las cosas, los cocaleros de Chapare decidieron ahora expulsar de sus ríos a los mineros ilegales, entre los cuales predominan los chinos, a pesar de que en la otra región cocalera, los Yungas de La Paz, muchos cultivadores de coca han optado por dedicarse a la minería del oro en vista de que el precio de la hoja se ha derrumbado.
A fines de septiembre, la oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas dará a conocer su informe sobre las plantaciones de coca en la región, donde Bolivia es el tercer productor, después de Colombia y Perú.
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