Una banda armada mató este sábado a siete personas e hirió a más de diez en un ataque contra una marcha cristiana en el norte de Puerto Príncipe, la capital de Haití, donde también fueron secuestrados varios manifestantes, según medios locales.
La marcha, convocada por un pastor identificado como Marcko que dice querer acabar con las pandillas que asolan el país, fue atacada por miembros de un grupo armado liderado por Jeff, que controla la zona de Canaán y desafía a la policía nacional.
Los manifestantes, que salieron de la iglesia dirigida por Marcko con camisetas de la congregación y armados con machetes y palos, no pudieron defenderse del fuego cruzado de la banda, que los acusó de invadir su territorio.
La prensa local calificó el ataque de masacre y advirtió que el número de víctimas podría aumentar en las próximas horas. También se reportó que varios manifestantes fueron secuestrados por la banda y se desconoce su paradero.
Tras el incidente, diversos sectores pidieron a la policía nacional que detuviera al pastor Marcko por incitar a la violencia y poner en riesgo la vida de sus seguidores.
Haití vive una ola de inseguridad desde hace meses, con bandas armadas que operan impunemente en varias regiones del país, especialmente en Artibonite y Puerto Príncipe. Las autoridades han sido incapaces de controlar la situación y han solicitado la ayuda de una fuerza multinacional.
La Red Nacional para la Defensa de los Derechos Humanos en Haití (RNDDHH) ha denunciado que al menos 70 personas han muerto por la violencia de las bandas criminales desde principios de este mes, la mayoría en el barrio de Carrefour-Feuilles, en Puerto Príncipe.
Allí, una ola de violencia desatada por la pandilla de Gran Ravin ha dejado ya 54 muertos, en uno de los episodios más sangrientos desde que los grupos criminales asumieran el control de buena parte de la capital aprovechando el vacío de poder dejado con el asesinato en 2021 del entonces presidente del país, Jovenel Moise.
En su comunicado de condena, la ONG denuncia “la complicidad” exhibida por el Consejo Nacional Superior de Policía “y la cínica inercia” de las autoridades policiales que se han “exhibido con cinismo ante la cara de una población desamparada y a merced de las bandas armadas”, recoge Alter Presse.
Los primeros tiroteos en Carrefour-Feuilles empezaron durante la tarde del pasado domingo pero no fue hasta la madrugada del lunes que la población comenzó a escapar de sus hogares en medio de súplicas de auxilio a la Policía haitiana. De hecho, los vecinos del barrio llegaron incluso a concentrarse al día siguiente para pedir ayuda a las autoridades en un último intento para conservar sus hogares.
Sin embargo, a lo largo de los tres días siguientes la banda liderada por Renel Destina, alias ‘Ti Lapli’ -de 42 años y buscado por el FBI tras secuestrar hace dos años a un ciudadano estadounidense- acabó lanzando una última ofensiva que le ha llevado apoderarse del barrio entero “a tiro limpio en la cabeza”, según los residentes.
La violencia de las últimas semanas también se ha concentrado en Artibonite, en el norte de Haití, particularmente en los bastiones que tienen allí las bandas criminales, envueltas en guerras internas desde su consolidación en el país.
“El escenario es el mismo: se activan bandas armadas para mantener un clima de terror en el país, matando ciudadanos, hiriendo a otros y llevando a miles de familias a huir, abandonando sus casas y todo lo que poseen”, denuncia la RNDDHH.
En su último balance, la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas estima que la ola de violencia de las bandas criminales en Haití ha dejado al menos 2.439 muertos, 902 heridos y 951 secuestrados desde el 1 de enero al 15 de agosto de este año.
(Con información de EFE y Europa Press)
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