El Parlamento Centroamericano (Parlacen) aprobó esta semana en Managua, por mayoría de votos, la incorporación de la República Popular China como Estado observador de ese órgano, y revocó la calidad de observador permanente de Taiwán.
Desde la isla, advirtieron que el voto promovido por Nicaragua, uno de los nuevos aliados del régimen de China, supone un intento de ambos países para “socavar la democracia” en la región. Así lo afirmó el Ministerio de Relaciones Exteriores taiwanés.
China considera a Taiwán parte de su territorio y se opone a cualquier intercambio oficial de sus representantes con dirigentes de otros países y a su participación en organizaciones internacionales.
La incorporación del país asiático como Estado observador del Parlacen fue recibido con agrado en Beijing.
“Esto demuestra una vez más que la adhesión al principio de una sola China es una ola inevitable, la aspiración del pueblo y una tendencia imparable”, reaccionó el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin.
El ministerio taiwanés respondió que iban a salir de este órgano para “salvaguardar” su soberanía nacional y su “dignidad”.
“La dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua quiere convertirse en un peón de China”, criticó en un comunicado el martes.
Según dijo a la prensa el portavoz de la cancillería taiwanesa, Jeff Liu, la salida de Taipéi del Parlacen “demuestra la expansión del autoritarismo en Latinoamérica”.
“China y Nicaragua son conocidos por ser dos países autoritarios (...) Esto es un ataque no sólo a Taiwán sino también al bando global de los países democráticos”, enfatizó.
En declaraciones al diario La Prensa de Honduras, el ex embajador del país centroamericano en la OEA Arturo McFields dijo que lo sucedido en el Parlacen es una derrota no solo para Taiwán, sino también “para la democracia y los derechos humanos en la región”. “Esto significa un mayor alineamiento con China, y todo lo que China representa: trabajos con bajos salarios, productos de mala calidad, derechos laborales violentados bajo el régimen comunista”, precisó al medio hondureño.
Por su parte, el experto en política asiática Graco Pérez cree que “la democracia está en riesgo”. “China definitivamente exporta su modelo, no sólo económico, sino político, con un gobierno autoritario, donde solo existe un partido político, donde las decisiones las toman arriba, donde no hay diferentes poderes y no hay foros”, declaró a La Prensa.
La decisión del Parlacen supone el último revés diplomático en la región para Taiwán, que en marzo vio cómo Honduras cambiaba su alianza y establecía relaciones con China.
Hace dos años fue Nicaragua quien rompió sus lazos con Taipéi en beneficio de Beijing.
Desde la llegada al poder en Taipéi de la presidenta Tsai Ing-wen, China intensificó la presión contra esta isla y le quitó nueve aliados diplomáticos.
Dentro del Parlacen, solo Guatemala mantiene su tradicional alianza con Taiwán tras el cambio de lealtades de El Salvador, República Dominicana, Panamá y los mencionados Honduras y Nicaragua.
La isla de gobierno democrático solo cuenta con 13 aliados oficiales en el mundo, entre ellos Belice y Paraguay.
(Con información de AFP)
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