(Desde Montevideo, Uruguay) Hace casi un mes se descubrió una nueva cara de las tantas que creó el narcotraficante uruguayo Sebastián Maset para ocultar su verdadera identidad. El delincuente se escondía con un nombre falso como jugador de fútbol de un equipo que había creado en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, que se desempeña en la segunda división del país. Pese a los operativos que se hicieron para atraparlo, el narco logró escapar de la policía y su paradero hasta ahora es incierto.
Los efectivos de los países de la región han arrestado a personas cercanas a Marset –incluido su suegro, que luego fue liberado–. Este miércoles, la policía paraguaya detuvo a un ciudadano uruguayo al que señalan de ser el administrador financiero de una organización liderada por Marset y el narcotraficante Miguel Ángel Insfrán, quien fue extraditado desde Brasil.
El uruguayo detenido en Paraguay fue identificado por la Secretaría Nacional Antidrogas de ese país como Federico Ezequiel Santoro Vassallo, de 44 años. Formó parte entre 2020 y 2022 de la organización liderada por Marset, en la que cumplió la función principal de recibir el dinero proveniente del tráfico de cocaína.
La Secretaría Antidrogas define a Santoro como el encargado de “administrar dichas ganancias y gestionar los pagos que les correspondían a los demás integrantes del grupo criminal”.
Marset está requerido por la Justicia paraguaya, con una notificación roja de Interpol, porque es acusado de ser el autor intelectual del asesinato del fiscal Marcelo Pecci.
Las sospechas de Uruguay
El narcotraficante Sebastián Marset es buscado por más 2.000 policías bolivianos y otros cuerpos policiales de la región, a los que recientemente se le sumó la fuerza chilena.
El trabajo en Uruguay lo realizan diversas unidades de la Policía. “Si bien es una causa de interés mayor para Bolivia y Paraguay, siempre colaboramos y estamos atentos e indudablemente que tenemos experticia por el caso Morabito”, dijo el director de Investigaciones de Uruguay, Juan Rodríguez, en declaraciones consignadas por Búsqueda.
Rocco Morabito es un capo mafioso italiano, conocido como el “rey de la cocaína de Milán”, que en 2019 se escapó de una cárcel céntrica de Montevideo y dos años más tarde fue detenido en Brasil. Al momento de la captura, Rodríguez era el director de la Lucha contra el Crimen Organizado e Interpol y fue reconocido por Italia por su participación en el operativo.
El actual director de Investigaciones consideró que del análisis policial surge que “existe la posibilidad de que cualquier delincuente fugado de la Justicia y con requisitoria internacional puede llegar a estar en territorio uruguayo”. “La misma hipótesis deben tener los argentinos y los brasileños”, dijo el jerarca policial.
Pero que Marset esté en Uruguay no es la principal sospecha de la policía. Las autoridades suponen que el narcotraficante se encuentra en Argentina, adonde piensan que cruzó desde Bolivia, según informó ese medio uruguayo.
Otra posibilidad que manejan es que, tras escapar de la detención en Santa Cruz, haya viajado a Venezuela.
En un video que Marset difundió a los medios, el narcotraficante aseguraba que estaba “lejos” de Bolivia. “Les comento también que de Bolivia me fui hace rato, así que no me busquen ahí. Bueno, si quieren sigan buscándome, pero les cuento que estoy lejos”, dijo el narco en ese mensaje.
En el gobierno uruguayo dudaban que lo declarado por Marset fuera verdad. “No somos afines a creer a lo que dice un delincuente. Nosotros trabajamos en base a la inteligencia, a la Dirección Nacional de Drogas, a la cooperación y colaboración internacional que tenemos con diferentes gobiernos y agencias de fuerzas del orden”, declaró el viceministro de Interior, Guillermo Maciel.
“Él pretende decir dónde está y dónde no está. No podemos hacernos eco de lo que señala un delincuente”, insistió.
A fines de julio, la Policía de Bolivia creía que Marset todavía estaba en su territorio.
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