La dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua prohibió el ingreso al país del sacerdote Eladio Sánchez, quien vive en Italia y quería despedir a su hermano recientemente fallecido. La información la dio a conocer la investigadora exiliada Martha Molina, autora de “Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?”, un crudo informe que publicó hace unos meses sobre los ataques permanentes del régimen a la institución.
En diálogo con Infobae, expresó que el religioso quería darle el último adiós a su hermano, Orlando Sánchez; y acompañar a su familia en este difícil momento.
“Fue imposible que la dictadura permitiera el ingreso dado que lo considera persona non grata en Nicaragua”, subrayó; al tiempo que enfatizó que Sánchez es el quinto párroco a quien las autoridades le prohíben la entrada al país en las últimas semanas.
“En este mes, ha negado también el ingreso a dos sacerdotes que regresaban de la Jornada Mundial de la Juventud y a dos sacerdotes más que estaban asistiendo a actividades religiosas en otros países”, destacó.
Respecto a Eladio Sánchez, la investigadora manifestó que se encontraba en Italia por razones de estudio.
Los sacerdotes que habían participado en la Jornada Mundial de la Juventud en Portugal, evento que fue presidido por el papa Francisco, y que no pudieron ingresar a Nicaragua, son Tomás Sergio Zamora Calderón, párroco de la iglesia Nuestro Señor de los Milagros; y William Mora, de la iglesia Cristo Rey, de la diócesis de Siuna.
Una Iglesia perseguida
En el estudio titulado “Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?”, Molina denunció 529 ataques entre abril de 2018 —cuando estallaron las manifestaciones antigubernamentales— y marzo de este año.
“Como católica, en un primer momento, me interesé en crear una sistematización con datos duros para consumo propio porque siempre leía las noticias de los ataques a la Iglesia y me parecían patrones iguales. Pensaba que era información repetida y no era así. Entonces, para no confundirme, empecé a documentar”, narró al ser preguntada por Infobae sobre cómo nació la idea de recolectar los ataques contra la institución.
Y siguió: “De repente, me impactó la cantidad de hostilidades que había recopilado y fue cuando me propuse que esa sistematización tenía que ser no de autoconsumo; sino que pública, para mostrar y contribuir con la historia política, cultural y social de Nicaragua de cara a las generaciones futuras y próximas actuales. Todo con la finalidad de no olvidar los acontecimientos y decisiones de las partes. Espero que el estudio se convierta en una recolección de lecciones humanas, y experiencias sociales y políticas para que no repitamos las equivocaciones presentes”.
Consultada sobre lo que más la sorprendió del accionar del régimen, respondió: “Como católica y defensora de derechos humanos, cada uno de los casos me ha impactado y dolido porque amo a la Iglesia Católica pero también la justicia. Si en Nicaragua se respetaran las leyes y el Estado de Derecho, nada de esto estaría sucediendo. Sin embargo, mi país es un estado criminal liderado por la pareja Ortega-Murillo, quienes nunca se han comportado como mandatarios; sino como dictadores que se mantienen en el poder por las armas y fidelidad del Ejército de Nicaragua y Policía Nacional, que tienen luz verde para asesinar a opositores y esos crímenes aún se encuentran en la impunidad”.
Luego detalló: “Me han sorprendido tres ataques. El primero, cuando quemaron con ácido al sacerdote de la tercera edad Mario Guevara mientras se encontraba confesando en la Catedral de Managua. Varias veces lo visité cuando salió del hospital y me dolió mucho ver sus heridas. El segundo, el atentado terrorista que calcinó la imagen de la Sangre de Cristo que tiene más de 300 años de existencia. Lloré cuando vi la imagen quemada. Y, por último, el ataque de la Policía Nacional, el Ejército y los paramilitares en contra de la iglesia Divina Misericordia de Managua. En su interior se encontraban jóvenes, sacerdotes, periodistas nacionales e internacionales mientras se realizaba el ataque. Los agresores utilizaron armas de alto calibre por más de 12 horas”.
Condenaron a ocho años de prisión a un periodista que cubrió una procesión católica
El periodista Víctor Ticay, arrestado el pasado Jueves Santo tras cubrir una procesión católica en Nicaragua, fue condenado a ocho años de cárcel por los delitos de “propagación de noticias falsas” y “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional”, considerado “traición a la patria”, informó este jueves la ONG Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más.
“El Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más repudia la condena a ocho años de cárcel contra el periodista Víctor Ticay por los supuestos delitos de traición a la patria y propagación de noticias falsas”, sostuvo la organización.
“Estas condenas y detenciones son arbitrarias e inconstitucionales y forman parte de la estrategia de represión que el régimen Ortega Murillo usa para silenciar a periodistas y medios de comunicación e infundir terror en la población que es acosada, violentada e impedida de su libertad de expresión”, destacó.
Ticay está privado de su libertad en el Sistema Penitenciario Nacional, conocido como “La Modelo”, una cárcel de máxima seguridad ubicada en las afueras de Managua.
Seguir leyendo: