(Desde Montevideo, Uruguay) Cuando se acercaba la hora de su clase de inglés, la madre de Valentina Cancela –la adolescente uruguaya asesinada por su ex novio en Punta del Este– se comunicó con su hija, pero no tuvo respuesta. Empezó a sentir una fuerte opresión en su pecho y pensó en lo peor: “Algo anda mal”. Unas horas antes, Valentina le había enviado un mensaje a su profesora avisándole que no iría a clases. No lo podía decir, pero a la salida del colegio se iba a encontrar con Santino, su ex pareja, con quien había mantenido una relación “tóxica”.
Los padres de los dos adolescentes no querían que sus hijos se encontraran –incluso había denuncias cruzadas de violencia doméstica– pero ellos lo hacían a escondidas. El martes, se vieron y caminaron hacia la Playa Brava de Punta del Este, según reconstruye El País. Los jóvenes se sentaron en la arena: él detrás con las piernas abiertas y ella un poco más abajo. Comenzaron a discutir y el joven se llenó de ira, la tomó del cuello y la apretó hasta que dejó de respirar. Valentina murió por asfixia mecánica, revelaría la autopsia al día siguiente.
Como la adolescente no volvía, los amigos y familiares le comenzaron a escribir mensajes. Que no respondiera los alarmó y salieron a buscarla desesperadamente. Su novio se convirtió en el principal sospechoso de la desaparición y las amigas también le enviaron mensajes a él.
Isabel, una de las mejores amigas de Valentina, le escribió: “Estás con Valu???”. “No, por. Estoy en mi casa”, le respondió Santino.
La amiga le contó que Valentina no le contestaba a la madre y que la estaban buscando. “No sabemos dónde está”, le escribió Isabel.
–Isa, ¿noticias? –preguntó Santino una hora después.
–Nada, no sabemos nada –le respondió la amiga.
–Isa, vamos a buscarla –escribió el ex novio a los cinco minutos.
–Estoy en Montevideo. Estoy temblando. La madre ya lo hizo –contestó la amiga.
Santino le dijo que creía que fue la última persona que vio a Valentina. Detalló que se encontraron sobre la hora 13 en la playa, pero que luego le dejó de responder los mensajes. Isabel le pidió saber el contexto.
Cuando la madre de Valentina llamó a Isabel preocupada porque su hija no aparecía, la amiga pensó que se había encontrado con su ex novio y que por eso no contestaba. “Apenas corté la llamada fue al primero que le escribí”, contó Isabel a Telenoche (Canal 4). Después le mandó mensajes a otras personas con las que Valentina podía estar, pero nadie decía haberla visto.
Isabel contó que sabía que Valentina sufría violencia física, verbal y psicológica de parte de Santino, pero no esperaba ese final. “Aunque él estuviera mal (tenía actitudes raras) nunca nadie esperó que él llegara a este punto”, lamentó la mejor amiga de Valentina.
“Es impresionante como por la negligencia de los policías y jueces esta situación haya tenido que llegar a dónde llegó. Esperamos que esto sirva en situaciones futuras y se pueda prevenir para que no vuelva a pasar”, dijo Isabel.
La confesión
A más de 24 horas de haberla asesinado, Santino le confesó a su padre que había matado a su ex pareja. Sobre las 15.30 fue hasta una seccional policial y volvió a repetir el relato, esta vez ante sus dos padres y el abogado. Horas después le reveló a los policías dónde estaba el cuerpo de Valentina.
El fiscal de la causa, Jorge Vaz, relató que había coincidencias entre las distintas fuentes de la investigación. Como prueba para la imputación del menor tenía su propia confesión, el relato de testigos que los vieron juntos y las filmaciones de las cámaras del Ministerio del Interior. El abogado del joven no pudo discutir el planteo de la Fiscalía, que pedirá la pena máxima (10 años de prisión) para el menor, informó El País.
En ningún momento, el femicida mostró arrepentimiento por lo que había hecho. Su abogado dijo que dos familias quedaron “destruidas”.
Cuando se retiraba del juzgado, Santino fue abucheado por varias personas que se acercaron al lugar. También decenas se congregaron en la sala velatoria donde le dieron el último adiós a Valentina.
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