La dictadura de Daniel Ortega acusó de “terrorismo” a la Universidad Centroamericana (UCA) de Managua y ha ordenado la confiscación de todos sus bienes, confirmó la universidad manejada por la Compañía de Jesús a través de un comunicado.
“Hacemos de su conocimiento que el día 15 de agosto del corriente año, a las 05:29 minutos de la tarde, hemos recibido oficio del Juzgado Décimo Distrito Penal de Audiencias Circunscripción Managua, a cargo de la Jueza Dra. Gloria María Saavedra Corrales”, donde se notifica “la incautación de bienes inmuebles, muebles, dinero en moneda nacional o extranjera de las cuentas bancarias inmovilizadas, productos financieros en moneda nacional o extranjera propiedad de la UCA”.
Asimismo señala que la jueza “ordena que la incautación de todos los bienes descritos en el punto anterior sea a favor del Estado de Nicaragua que garantizará la continuidad de todos los programas educativos”.
La UCA afirma que esas disposiciones se tomaron “en correspondencia a señalamientos infundados de que la Universidad Centroamericana funcionó como un centro de terrorismo, organizando grupos delincuenciales”.
Avisa “que suspende a partir de hoy todas las actividades académicas y administrativas, hasta que sea posible retomarlas de manera ordinaria, lo cual será informado a través de los canales de comunicación oficiales de la Universidad”.
Extraoficialmente se supo que varios directivos de la universidad han salido del país ante la inminencia de capturas para darle cuerpo al proceso judicial que el régimen ha usado para confiscar la UCA, y que los trabajadores han tratado en las últimas horas de poner a salvo algunos símbolos religiosos antes de la posible ocupación policial.
En redes sociales circula una fotografía donde se ve a trabajadores de la universidad desmontando el cristo crucificado de la emblemática Capilla de Guadalupe de la universidad jesuita.
En lo que va de agosto se ha conocido que el régimen nicaragüense, en una ejecución concertada, congeló las cuentas bancarias de la universidad, a través de la Superintendencia de Bancos; inmovilizó todas sus propiedades, a petición de la Procuraduría General de la República (PGR); e inhabilitó el Centro de Mediación de justicia que funciona en esta alma mater, por orden de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
La UCA es considerada el último centro de pensamiento independiente que quedaba en Nicaragua, y una de las universidades más importes del país. En ella estudiaron al menos tres de los hijos de Daniel Ortega y Rosario Murillo, y el mismo dictador hizo un semestre en 1963 en esta universidad antes de integrarse a la guerrilla sandinista.
La Universidad Centroamericana tiene aproximadamente cinco mil estudiantes y fue la primera universidad privada que se estableció en Centroamérica, explica la página oficial del centro de estudios. Fue fundada a iniciativa de empresarios el 23 de julio de 1960 en Nicaragua por la Compañía de Jesús, como “una institución educativa sin fines de lucro, autónoma, de servicio público e inspiración cristiana”.
Durante las protestas populares de 2018, la UCA se convirtió en refugio de los estudiantes perseguidos, y en un actor político en los intentos de diálogo que hubo entre la oposición y el gobierno. Su rector José Idiáquez fue parte del equipo negociador del “Diálogo Nacional” en los años 2018 y 2019.
“Hay un espíritu de venganza y de pasada de cuentas dirigido hacia una institución que siempre ha alzado la voz contra las injusticias y las graves violaciones de derechos humanos y ha defendido su autonomía universitaria en las últimas décadas”, afirma la doctora Asunción Moreno, abogada y catedrática universitaria.