Los destinos de Brasil e Irán han vuelto a cruzarse. Tras la polémica suscitada el pasado mes de febrero por la autorización del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva para que dos importantes buques militares iraníes atracaran durante días en Río de Janeiro, el Iris Makran y el Iris Dena, se vuelve a hablar de Irán. El miércoles, Ali Bagheri Kani, Viceministro de Asuntos Exteriores de Irán, fue recibido en Brasilia por la Secretaria General de Relaciones Exteriores de Brasil, Maria Laura da Rocha, y participó en la 12ª reunión de los Consejos Políticos Bilaterales para conmemorar los 120 años de relaciones diplomáticas entre Irán y Brasil. Ali Bagheri Kani es hijo de del ayatolá Mohammad Bagher Bagheri Kani que fue discípulo del ayatolá Jomeini y participó en la Revolución Islámica de 1979. Representó a Teherán en la Asamblea de Expertos - más de 80 clérigos y eruditos que nombran y supervisan al Líder Supremo - de 1983 a 1999 y de 2007 a 2016. El tío es el ayatolá Mohammad Reza Mahdavi Kani, que también estudió con Jomeini y apoyó la revolución. Ocupó varios altos cargos, como el de ministro del Interior, primer ministro interino y presidente de la Asamblea de Expertos antes de su muerte en 2014. Por último, el hermano de Ali Bagheri Kani, Mesbah al Hoda Bagheri Kani, se casó con la hija del líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei.
En cuanto a Ali Bagheri Kani, ha sido el principal negociador por Irán del tan discutido acuerdo nuclear que ahora está cada vez más lejos. Sobre él dijo que “el principal objetivo, en la perspectiva de la República Islámica de Irán, es la eliminación de las sanciones ilegales que el gobierno de los Estados Unidos impuso contra la nación iraní”. Según la denuncia de disidentes iraníes que han publicado documentos confidenciales del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Kani también estuvo implicado en la venta de drones y misiles iraníes a los rusos en el conflicto de Ucrania. En el pasado, sobre el apoyo de Estados Unidos a Ucrania en la defensa de su territorio frente a Rusia, Kani había dicho: “América es, de hecho, el Gran Satán. Los europeos que hablan de derechos humanos realmente deberían sentirse un poco avergonzados de sí mismos por obedecer la política opresiva de los estadounidenses”.
Pero, ¿qué vino a hacer Ali Bagheri Kani a Brasil? Según la Comisión de Relaciones Exteriores y Defensa Nacional de la Cámara brasileña, el principal tema tratado durante la visita de Kani fue la entrada de Irán en el grupo de países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) con vistas a la cumbre de estos países entre el 22 y el 24 de agosto en Sudáfrica. Kani también acudió a Brasilia para proponer un fortalecimiento de las relaciones con el país latinoamericano en las esferas política, económica y cultural. “La asociación entre Brasil e Irán favorece la estabilidad mundial y los dos países deben tener una mayor participación en la definición y gestión de los grandes asuntos internacionales”, afirmó. Las autoridades iraníes, recordemos, han reprimido violentamente en los últimos meses a miles de disidentes que protestaban contra el régimen, en su mayoría mujeres, mientras que el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha acusado a Irán de crímenes de guerra y genocidio por el material bélico vendido a Rusia.
La visita de Kani a Brasilia anticipa la de una delegación iraní más amplia, prevista para finales de septiembre y anunciada por los medios de comunicación iraníes como una iniciativa comercial entre ambos países. Según declaró el Presidente de la Cámara de Comercio Conjunta Irán-Brasil, Fakhreddin Amerian, participarán representantes de los sectores petroquímico, agrícola y minero. Irán es el 5º mayor comprador de la agroindustria brasileña, uno de los principales excedentes de Brasil (1.800 millones de dólares en 2021 y 4.300 millones de dólares en 2022) y el mayor mercado de Oriente Medio para los productos brasileños. Fakhreddin Amerian también dijo que “este año veremos la presencia de algunos bancos iraníes en Brasil, dos de los cuales ya se han convertido casi en una certeza. Ayudarán a los empresarios a establecer relaciones financieras y bancarias seguras”. En 2020, el Departamento del Tesoro de EE.UU., en virtud de la Orden Ejecutiva 13902 que otorga a EE.UU. la capacidad de sancionar a cualquier institución financiera iraní, sancionó a los 18 principales bancos de Irán, entre ellos el Amin Investment Bank y el Bank Keshavarzi Iran. No se han revelado los nombres de los dos bancos que operarán en Brasil, pero sigue habiendo dudas sobre cómo podrán operar y si el Banco Central de Brasil les permitirá hacerlo dadas las sanciones impuestas al sistema financiero iraní.
En cuanto a la anunciada nueva ruta de carga de Iran Shipping Lines (IRISL) entre Teherán, Brasil y Venezuela, se ha filtrado poca información sobre su funcionamiento. Sin embargo, algunos funcionarios iraníes ya parecen estar presentes en Brasil. IRISL está sancionada por el gobierno de EE.UU. desde 2020. Se le acusa de transportar cargamentos militares relacionados con misiles y proliferación en nombre del gobierno iraní. IRISL también ha sido acusada de utilizar documentos falsificados para transportar en secreto equipos relacionados con el programa de misiles balísticos de Irán.
Más allá del comercio, incluidos los fertilizantes, que Brasil necesita cada vez más para su poderosa economía agroindustrial, quedan muchos interrogantes sobre los verdaderos intereses de Irán en Brasil. Entre otras cosas porque no se pueden olvidar los dramáticos precedentes de los dos atentados en Buenos Aires contra la embajada israelí en 1992 y en 1994 contra la AMIA, la Asociación Mutual Israelita Argentina, en los que murieron 114 personas y hubo cientos de heridos. Brasil fue utilizado como base logística para la preparación de los atentados por los que cinco iraníes figuran en la lista roja de Interpol, entre ellos el actual ministro del Interior, Ahmad Vahidi, ex comandante de la Guardia Revolucionaria Iraní (IRGC).
El pasado 12 de julio se introdujo en el Congreso de Estados Unidos una enmienda a la Ley de Defensa Nacional para el año fiscal 2024 que exige un informe completo sobre la presencia de militares de los IRGC en Brasil. La enmienda, cuyo autor es el Congresista republicano Carlos Jiménez, exige una investigación sobre las construcciones iraníes en Brasil, los equipos militares iraníes en el país, la presencia de miembros de la Guardia Revolucionaria y el número de militares registrados en las embajadas. La inteligencia militar del IRGC está representada por la Fuerza Quds, que Estados Unidos ha designado como grupo terrorista “por proporcionar apoyo material a los talibanes y otras organizaciones terroristas”.
Por último, el sitio de noticias Metrópoles reveló en los últimos días la identidad del misterioso avión venezolano que escoltó a Nicolás Maduro en su visita a Brasilia en mayo para reunirse con el presidente Lula. En su viaje a Brasil, el avión del dictador venezolano fue acompañado por otros dos aviones más pequeños cuyos datos de identificación habían sido ocultados en los sistemas públicos de rastreo aéreo. Uno de ellos, el Falcon 900EX que escoltó al avión de Maduro desde el despegue en Caracas hasta el aterrizaje en Brasil enarbola la bandera de San Marino, el microestado dentro del territorio italiano que es un paraíso fiscal. El avión es de propiedad privada - antes pertenecía a una empresa con sede en Florida - pero es utilizado con frecuencia por el Gobierno venezolano y casi siempre con un sistema de identificación oculto. Dos semanas después del viaje a Brasil, este Falcon 900EX voló a Teherán. Unos días antes, el presidente iraní Ebrahim Raisi había realizado una visita oficial a Venezuela. Por una extraña coincidencia, en el aeropuerto de Rimini, que no dista ni veinte kilómetros de San Marino en 2020, aterrizaban regularmente aviones de la compañía nacional iraní Iran Air con destino a Teherán. Según reveló el sitio web italiano de análisis geopolítico Formiche, esos vuelos no eran meras escalas técnicas para repostar, sino que se permitía a las tripulaciones y al personal de seguridad aterrizar y permanecer en Italia.
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