Polémica por los informes oficiales bolivianos sobre narcotráfico: aseguran que la DEA ya no cree en ellos

El fracaso del operativo de captura del narco uruguayo Sebastián Marset disparó las sospechas sobre sus relaciones con funcionarios del gobierno de Luis Arce. El ministro de gobierno, Fernando del Castillo, salió al cruce de las versiones

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El ministro de Gobierno (Interior) de Bolivia, Eduardo del Castillo, en La Paz (EFE/Stringer)
El ministro de Gobierno (Interior) de Bolivia, Eduardo del Castillo, en La Paz (EFE/Stringer)

Los informes del gobierno boliviano sobre la lucha contra el narcotráfico habrían perdido credibilidad ante la DEA y en toda la región, dice el informe de una periodista mexicana, aunque el ministro de gobierno, Fernando del Castillo, lo niega.

De todos modos, los esfuerzos de la policía boliviana para capturar al narco uruguayo Sebastián Marset han fracasado, el ministro ofrece informes contradictorios y ahora no descarta la posibilidad de que el prófugo haya salido de Bolivia.

De nada han servido los 52 allanamientos, la captura de 18 personas, otras 44 investigadas, la toma de 17 inmuebles, la misma cantidad de fusiles, 2.183 municiones y otras cosas, porque el narco ha desaparecido después de haber escapado de las manos de policías.

La periodista mexicana Alicia Zenil publicó en Sureste Magazine un artículo en que sostiene que “agentes infiltrados de la Administración para el Control de Drogas (DEA) han informado a los países involucrados, Paraguay, Uruguay, Brasil y Estados Unidos, en los que se busca al narcotraficante Sebastián Marset y a su familia, de la nula colaboración que habrá con el gobierno de Bolivia, desde su Ministerio de gobierno hasta su policía por estar involucrados en el escape de dicho narcotraficante”.

Dice que el uruguayo habría sido protegido en diferentes haciendas del departamento de Santa Cruz hasta que pudo salir del país. Para ello habría usado una especie de cadena de propiedades agrícolas que fueron ocupadas con violencia por cocaleros provenientes del Chapare y que conectan con Brasil, en la ruta de la cocaína.

Sebastián Marset
Sebastián Marset

El ministro Del Castillo replicó diciendo: “Eso es falso. Falta completamente a la verdad. No hay ningún tipo de negativa de otorgar información (...). Quiero aclarar que no hay que tenerle miedo a ningún organismo internacional. Si va a coadyuvar en la búsqueda del señor Sebastián Marset, independientemente de las otras identidades que tenga u otras nacionalidades que tenga, lo vamos a hacer con la mayor diligencia. Nadie se ha rehusado a remitir información al Estado Plurinacional de Bolivia, precisamente para eso es el intercambio de información que van a (informar) el día de hoy los viceministros”.

Y ahora, Jaime Mamani, secretario de Defensa Social, dice que la policía de Paraguay envió valiosos datos sobre lo que el narco charrúa hacía en Bolivia: “Marset realizaba tráfico de drogas, tenía un amplio esquema para el lavado de activos, además que él y su esposa figuraban como parte de un bloque empresarial”.

“Aparentemente se dedicaban a la adquisición de vehículos, inmuebles, ganado, fundaciones, eventos culturales, inversiones en empresas legalmente constituidas, entre otras actividades que generaron sospechas, compra de equipos de futbol; sin embargo, era una fachada de sus actividades ilícitas”.

Todo el embrollo ha invadido el terreno político, comenzando por la rivalidad entre el presidente Luis Arce y Evo Morales para definir cuál de ellos será el candidato del MAS en las elecciones de 2025.

El diputado Héctor Arce, del frente del cocalero, presentó pruebas durante una rueda de prensa, incluyendo una fotografía en la que se muestra a un equipo de fútbol en el que supuestamente aparecen juntos Eduardo Del Castillo, Alpacino Mojica, director de identificación, y el narcotraficante Milner Eustaquio Ruiz.

Luis Arce y Evo Morales (REUTERS/Manuel Claure)
Luis Arce y Evo Morales (REUTERS/Manuel Claure)

En respuesta, un funcionario de Migraciones reveló que el pasaporte de Marset fue extendido al charrúa por Rebeca Barboza Achacollo, que pocos años antes habría sido amante de Morales cuando era solamente una adolescente, a cambio de que su madre, Nemesia Achacollo, sea ministra.

De esa manera, el tiro afectó al cocalero, que es acusado de haber cometido hechos de pedofilia, pero además alude a la señora Achacollo, culpable de corrupción en el Fondo Indígena por 600 millones de dólares mientras era ministra.

Además, el diputado Rolando Cuéllar, del frente de Arce, aseguró que los seguidores de Morales y su ex ministro Carlos Romero tienen nexos con el narcotráfico. También pidió que la hija de Achacollo sea llamada a declarar por los vínculos con el narcotráfico.

Lo que también ha quedado en evidencia con el caso del narco uruguayo es que hay total descontrol del sistema de identificación personal. Marset tenía cuatro documentos de identidad, además de pasaporte, a pesar de que todos los documentos de respaldo, comenzando por el certificado de nacimiento, eran falsos.

Radio Panamericana de La Paz informó sobre iniciativas dirigidas a que se haga una auditoría del sistema de identificación porque quizá existen más del doble de la cantidad de habitantes que tiene Bolivia.

En el parlamento, los opositores dicen que todo este episodio sobre el narco uruguayo viene a confirmar que el MAS tiene un gigantesco fraude montado para ganar elecciones.

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