Familiares, seguidores y dirigentes políticos despidieron este viernes al ex candidato presidencial Fernando Villavicencio, asesinado este miércoles en un mitin político que celebraba en Quito a pocos días de las elecciones nacionales.
Con pancartas y gran presentismo, simpatizantes y parientes se congregaron desde temprano en la mañana en una funeraria en la capital ecuatoriana, donde se realizó un velatorio privado. Hacia el mediodía, una carroza partió del Memorial con el cuerpo hacia Camposanto Monteolivo y, a la par, se montó en el Centro de Exposiciones una sala de velación improvisada donde al menos unas 300 personas también se dirigieron para dar su último adiós.
Si bien inicialmente la reunión en el Centro de Exposiciones se realizó sin la presencia del féretro, cerca de las 16:00 hora local el cuerpo de Villavicencio fue trasladado hacia el sitio y recibido con gran entusiasmo de los allí reunidos, al grito de “Fernando, amigo, el pueblo está contigo”.
Entre los políticos que se acercaron a rendir homenaje y despedir al aspirante a la Presidencia se encontraron el también candidato Yaku Pérez -líder de la izquierda ecologista- y su esposa, y Bolívar Armijos -por el movimiento Amigo- y su comitiva.
Sin embargo, su presencia no fue bien recibida por el entorno y fueron abucheados. Armijos optó por dejar un ramo de flores y retirarse ante la persistencia de los reclamos mientras que Pérez permaneció, en un clima de más calma.
El precandidato Xavier Hervas, del movimiento RETO, también se presentó aunque lo hizo con bajo perfil y evitó dar declaraciones.
Pedro Velasco, compañero de Villavicencio durante su paso por la Comisión de Fiscalización en la Asamblea Nacional, se acercó por la mañana para homenajearlo y destacar su árduo trabajo en la Mesa de Control Político durante dos años. Aseguró, en ese sentido, que el difunto estaba decidido a lograr un país libre de corrupción.
Por su parte, otro de sus amigos, Carlos Figueroa, se acercó al homenaje público montado en la capital ecuatoriana, donde despidió a su compañero y recordó su estrecho vínculo, que se intensificó mientras estuvieron escondidos en Sarayacu, a raíz de la persecución que sufrieron por denunciar la corrupción del correísmo.
“Lo admiraba. Él nos dijo que nos fuéramos porque no podía seguir, pero nos quedamos juntos. Esos momentos duros los vivimos juntos”, dijo sobre aquella época y sumó algunas palabras sobre su vida política: “Él nació con la caída de Bucaram, con los forajidos. Yo le dije: ‘Vas a ser Presidente de la República’”.
A estas palabras se sumaron las de Andrea González, candidata a vicepresidente por el Movimiento Construye. “Fernando es irremplazable. Él puso su cara, su pecho y su vida por este país”, lamentó.
Muchos simpatizantes también expresaron su tristeza por los sucesos ocurridos este miércoles y se mostraron firmes en su apoyo al político y su lucha contra la corrupción.
“Estoy aquí para dar el último adiós a nuestro presidente. Fernando Villavicencio era un líder que con los papeles en mano denunció a todas las mafias en Ecuador y ese fue el motivo de su muerte. Ya no sé lo que pasa en mi país”, sostuvo Lola Álvarez.
“Lo mataron porque tenían miedo que un hombre correcto asuma el poder y diga la verdad de toda la corrupción de este país. Este estado no lo cuido”, sumó Patricia Aguilera.
Sin embargo, entre la familia de Villavicencio se vivió un clima de tensión este viernes por la mañana luego de que muchos de ellos se toparan con guardias de seguridad que no les permitieron el ingreso a la sala velatoria por no figurar en la lista de admitidos. Entre ellos se encontraron la hermana, tíos y algunos de los sobrinos de Villavicencio que, según denunciaron públicamente, se trató de una decisión de la esposa del político, Verónica Sarauz.
Inclusive, su sobrina Nina Osorio aseguró que se trata de un “secuestro” y que no le permitían “velarlo con dignidad y cariño”. Tamia Villavicencio, una de las hijas mayores, se desentendió de esa acusación y dijo que “es un tema de horas” y seguridad.
Finalmente, antes de retirar el cuerpo, todos los familiares allí presentes pudieron ingresar en la sala de velación.
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