El gobierno e instituciones de Guatemala se comprometieron ante la OEA a no interferir en las elecciones

(Washington, Estados Unidos) Todos los poderes del estado de Guatemala se comprometieron con el secretario general de la OEA, Luis Almagro, a permitir que la segunda vuelta del 20 de agosto se realice sin problemas, que se respetarán los resultados y que en enero del 2024 el ganador asumirá el gobierno.

Con la presencia del canciller de Guatemala en sala, Mario Búcaro, Almagro realizó su informe al Consejo Permanente de la visita que realizó al país la semana pasada. Según dijo Almagro, durante su visita del 1 al 4 de agosto recibió una invitación del presidente Alejandro Giammattei para que la OEA participe también del proceso de transición que comenzará luego de las elecciones de segunda vuelta hasta la asunción del nuevo gobierno el 14 de enero.

“Esta misión logró el compromiso de todos los poderes de estado que la segunda ronda se realizará el 20 de agosto con Sandra Torres y Bernardo Arévalo. Tenemos el compromiso que al ganador se le entregará el poder el 14 de enero”, dijo Almagro.

Citó incluso al presidente Giammattei con una frase que le dijo: “Se ha dicho que no se le dará el poder a Arévalo. Yo sí le traspasaré el poder en el caso que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) diga que ganó”, asegura Almagro que le dijo el presidente guatemalteco.

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La misión del secretario general a Guatemala se realizó luego de una invitación del presidente de ese país en momentos en que el Consejo Permanente de la OEA se aprestaba a emitir una declaración condenando los episodios de judicialización del proceso electoral.

Luego de la primera vuelta del 25 de junio, a través de denuncias primero de fraude, se intentó intervenir en el resultado de las elecciones. Bernardo Arévalo del Movimiento Semilla sorprendió en la primera vuelta al lograr quedar en segundo lugar detrás de la exprimera dama Sandra Torres.

El Movimiento Semilla, que tiene una prédica anti corrupción y anti establishment muy fuerte, luego de eso fue objeto de varias acciones para tratar de sacarlo de la carrera electoral. Primero, a pocos días de haber aceptado el resultado de la primera vuelta, nueve partidos presentaron una denuncia de fraude electoral que no se comprobó.

Luego de eso empezó otra batalla legal por sacar a Arévalo del balotaje. La Fiscalía empezó una investigación por supuesta falsificación de firmas de ciudadanos para inscribir a Semilla como partido político en el año 2016. Esa investigación se hizo pública luego de la primera vuelta y un fiscal y un juez pidieron al TSE suspender a Semilla. El tribunal se negó, porque la ley prohíbe a texto expreso inhabilitar partidos o candidatos durante el ciclo electoral. La Fiscalía realizó allanamientos al TSE y al Movimiento Semilla, lo que es considerado por Arévalo como un acto de intimidación y amenazas.

En la visita de la semana pasada, Almagro se reunió con todos los poderes del Estado. Tuvo un encuentro con el presidente Giammattei y buena parte de su gabinete. Pero también con las autoridades del TSE, el Parlamento, la Justicia y la Fiscalía.

En ese sentido tuvo un encuentro con la fiscal general María Consuelo Porras, quien está detrás de todos los movimientos contra Semilla. La fiscal Porras tiene prohibido el ingreso a Estados Unidos, dado que el Departamento de Estado la incluyó en una lista de funcionarios que han participado “en hechos significativos de corrupción”. La semana pasada un alto funcionario del Departamento de Estado de EEUU insistió en que Porras quiere “socavar” a la Fiscalía.

Almagro en su informe a la OEA manifestó su preocupación por todos los sucesos en Guatemala y criticó la “excesiva judicialización” del proceso electoral, algo que dijo que “es común en Guatemala” y que se “ha usado para atacar e intimidar” a candidatos.

En ese sentido relató cómo se proscribieron candidatos en la previa, que si bien eran muy diferentes entre ellos tenían un elemento en común: t”no eran controlables por el sistema”, dijo Almagro.

Según dijo, los diferentes actores del Estado “han expresado separación de poderes, pero el tema es que todos han estado involucrados en el proceso de las elecciones”, cuestionó.

Almagro criticó que haya “más de una docena de acciones contra el sistema electoral” y citaciones a declarar a integrantes del TSE. Dijo que eso es un proceso de “agredir” al sistema y “burlar la decisión del soberano y la decisión del pueblo”.

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De todas formas manifestó su complacencia con que en los últimos días esos asedios se han detenido. “Tenemos base para afirmar que fue por el trabajo de la misión”, dijo Almagro, hablando de su viaje al país.

“Va a haber segunda vuelta y será entre los ganadores de la primera vuelta. Habrá una transición ordenada y transparente que va a terminar con la entrega del poder a quien gane la segunda vuelta”, dijo Almagro, confiando en el compromiso de las autoridades guatemaltecas.

Almagro también habló en su informe de los problemas estructurales de corrupción. Dijo que “la corrupción funciona como algo tácito” en Guatemala. Dijo que hay “grupos que quieren seguir manteniendo sus privilegios”.

Aseguró que estos grupos, que se manejan en diferentes círculos, también tienen sus objetivos comunes y a veces tienen conflictos. “El voto fue una protesta contra eso. Los dos candidatos deben ser claros que con la corrupción no van a negociar”, dijo Almagro.

Aseguró que gran parte del problema que tendrá el gobierno que venga será de gobernabilidad. No solo con el Congreso, donde ninguno de los dos que van al balotaje tendrán mayorías propias, sino con toda la sociedad.

La presencia del canciller de Guatemala en sala no pasó inadvertida y fue valorado por otros países, en el entendido que es parte de ese compromiso que destacó Almagro.

Búcaro se hizo presente este jueves en Washington para participar en persona y escuchar el informe de Almagro. Luego del secretario general habló él y dijo que el gobierno no solo le garantizó la seguridad a los dos candidatos que van al balotaje, sino que también asegura que traspasará el poder a quien gane y realizará una transición ordenada.

De todas maneras el canciller dijo que su gobierno no interfiere ni interferirá en la independencia de los otros poderes. Es decir que dejará actuar a la Fiscalía de la manera que lo está haciendo y es criticada por toda la comunidad internacional.

Búcaro no respondió las acusaciones sobre corrupción que planteó el secretario general. Solo se limitó a pedir “respeto a la soberanía” de su país y que se haga un “irrestricto” apego al “principio de no intervención”.

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