(Desde Montevideo, Uruguay) Cuando el argentino Germán Villaruel estaba por terminar su condena en la cárcel en Uruguay, luego de dos años de prisión por venta de estupefacientes, la policía uruguaya montó un operativo en el Penal de Libertad para volver a detenerlo. El narcotraficante de 27 años es integrante del Primer Grupo Catarinense (PGC) y tenía un pedido de extradición desde Brasil, según informó Telemundo, de Canal 12.
El PGC es el grupo criminal más grande del estado brasileño de Santa Catalina, que abarca ciudades como Florianópolis y Camboriú. Esta organización se enfrenta al Primer Comando Capital, la más grande de Brasil.
El PGC se creó en 2003, pero comenzó a operar con fuerza a partir del 2012. Domina el tráfico de marihuana, cocaína y armamento de Santa Catarina.
En mayo, Brasil publicó una notificación de alerta roja para capturar a este argentino, que estaba prófugo. Era buscado para cumplir un proceso de pena por delito de posesión ilegal de armas de fuego, tráfico de drogas y pertenencia a una organización criminal, según informó el Ministerio del Interior de Uruguay. Su pena máxima aplicable es de 15 años de penitenciaría.
La investigación en Brasil comenzó a principios de 2020 y se prolongó durante más de dos años, hasta mayo de 2022. De ese estudio surgió la orden de captura para su arresto.
Según la explicación de Brasil de los hechos, Villaruel estuvo implicado en una operación policial que investigaba las actividades del PGC, que actúa en Florianópolis. Allí trabajaba en la gestión del tráfico de droga local y el uso de armas de fuego.
La investigación en Uruguay llegó a la conclusión de que Villaruel cumplía una pena en el Penal de Libertad, donde estaba procesado por la venta de estupefacientes tras una operación que se realizó en el departamento de Salto, en 2021. Fue sentenciado a dos años y tres meses de prisión y su condena finalizó el 30 de junio de este año.
Ante el fin de su prisión, Interpol fue a detenerlo una vez que recuperó la libertad. La Justicia uruguaya dispuso su arresto administrativo a la espera de su extradición a Brasil.
En sus primeras apariciones, el Primer Comando Catarinense encabezó atentados a colectivos públicos secuestros, crímenes y otros delitos, con lo que buscaban llamar la atención para conseguir mejores condiciones en las cárceles, según informó en 2020 Unicanal de Paraguay, luego de la captura en ese país de uno de sus líderes.
El grupo se originó y fortaleció en las cárceles.
En noviembre de 2012, Florianópolis quedó paralizada por una seguidilla de ataques ejecutados por bandas criminales. Uno de los incidentes más fuertes se registró cuando una banda criminal abrió fuego contra un destacamento de la policía militar en la Playa de los Ingleses, en el norte de la Isla de Santa Catarina. Infobae publicó entonces que la Iglesia Católica llegó a cancelar misas en la zona por la oleada de ataques y que los turistas que llegaban a brasil evitaban los paseos nocturnos por miedo a ser blanco de la violencia perpetrada por el PGP, la banda cuyos cabecillas estaban presos en las cárceles de la provincia.
El grupo tiene bases en Paraguay y en otros países de la región, pero en Uruguay, donde fue detenido este ciudadano argentino, no se encontraron ramificaciones, según informó el noticiero Subrayado (Canal 10).
El Departamento de Capturas Internacionales de la Policía uruguaya detuvo en lo que va del año a 16 requeridos con alerta roja por Interpol, informó este lunes el diario El País. Los números son “muy buenos”, según el director de la oficina, Danilo Alzamendi, pero consideró necesario “redoblar los esfuerzos”.
En mayo otro ciudadano argentino, de 73 años, fue detenido en Uruguay. Fue en la ciudad de Maldonado y estaba vinculado al cártel de Los Cunis, que pertenecía a Gerardo González Valencia, recientemente condenado a cadena perpetua en Estados Unidos.
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