Costa Rica y El Salvador lanzan un servicio de ferry para comerciar sin tener que pasar por la Nicaragua de Daniel Ortega

Comenzará a funcionar este mes. Servirá para “sacarle municiones a la pistola” del dictador sandinista, explica un economista

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El Blue Wave Harmony recorrerá unas 360 millas náuticas entre Costa Rica y El Salvador, cuatro veces a la semana, inicialmente.
El Blue Wave Harmony recorrerá unas 360 millas náuticas entre Costa Rica y El Salvador, cuatro veces a la semana, inicialmente.

Un ferry para transporte de mercancías entre Costa Rica y El Salvador comenzará a funcionar este 10 de agosto, esquivando con ello el paso vía terrestre por Nicaragua y Honduras, en una acción que promete inaugurar una nueva etapa en las relaciones económicas centroamericanas.

El ferry es un tipo de barco diseñado para transportar personas, vehículos y carga entre dos puntos en cuerpos de agua, como ríos, lagos o mares. Son utilizados para cruzar distancias relativamente cortas en áreas donde no hay puentes o carreteras.

Este barco, construido en Alemania, tendrá una capacidad para transportar 100 furgones y 200 pasajeros en cada viaje de unas 360 millas náuticas, y está previsto que realice cuatro viajes a la semana: martes y viernes saldrá de Puerto Caldera, en el Pacífico de Costa Rica; y lunes y jueves, desde Puerto la Unión, en El Salvador.

Se espera que, en una segunda etapa, prevista para seis meses después de su inauguración, se aumente la frecuencia a tres viajes por semana y se amplíe la oferta a turistas. El buque cuenta con 73 cabinas, restaurante e internet.

Según el ministro de Obras Públicas y Transportes de Costa Rica, Luis Amador, este ferry reducirá los costos y los tiempos de transporte de mercancías y “mejorará la competitividad de ambos países a nivel regional, al establecer una nueva ruta de exportaciones e importaciones”.

El ferry será operado por la empresa privada panameña Blue Way Corporation, representada en Costa Rica por la empresa Transmares y en El Salvador por el Consorcio Marítimo Centroamericano (CMC). Estas empresas se encargarán de los trámites aduaneros y la venta de boletos, entre otras gestiones.

De acuerdo con los cálculos de los promotores, el tiempo para que un furgón viaje de Costa Rica a El Salvador se reducirá de 96 a 22 horas, y evitará “los engorrosos trámites” que significan el paso por cuatro puestos fronterizos: dos de entrada y salida de Nicaragua, y dos más de entrada y salida de Honduras.

El ferry de carga Blue Wave Harmony ya se encuentra en Puerto La Unión para su viaje inaugural el jueves 10 de agosto, informaron autoridades portuarias salvadoreñas.

En declaraciones a CNN, Alejandro Vargas, gerente de servicio de Blue Way Corporation, aseguró que “las tarifas hacia un solo destino van desde los 1,145 dólares a los 1,360 por unidad completa, es decir cabezal, remolque y conductor”.

La capacidad de este ferry está lejos de cubrir el movimiento de mercancías que pasa por Nicaragua. En declaraciones al nicaragüense diario La Prensa en 2021, Guillermo Jacoby, el entonces presidente de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN), estimó en 2000 los furgones que cruzan por el país cada día, como promedio. APEN fue cancelada por el régimen de Daniel Ortega en marzo de este año.

Los conflictos sociales y políticos en los países provocan tranques fronterizos y largas filas de camiones intentado pasar por las fronteras. La gráfica corresponde a la aduana de Peñas Blancas, entre Costa Rica y Nicaragua, en 2021.
Los conflictos sociales y políticos en los países provocan tranques fronterizos y largas filas de camiones intentado pasar por las fronteras. La gráfica corresponde a la aduana de Peñas Blancas, entre Costa Rica y Nicaragua, en 2021.

El anuncio de este ferry también ha sido visto con reservas por los transportistas de Costa Rica, El Salvador y Nicaragua. Según han declarado, el viaje de un furgón desde Costa Rica a El Salvador vía terrestre cuesta unos 1,600 dólares, un valor solo un poco mayor al que se ofrece por vía marítima.

El economista nicaragüense Enrique Sáenz considera que además de las reducciones de costos y tiempos, y los peligros de las carreteras, hay otro elemento decisivo para establecer un ferry que no pase por Nicaragua: “El factor Ortega”, dice.

“Daniel Ortega ha usado el paso de mercancías por Nicaragua como una pistola para chantajear a otros países de Centroamérica”, explica.

Sáenz destaca tres hechos que refuerzan esa capacidad de “extorsión” que tiene Ortega. Primero, dice, “la posición geográfica. No siempre se tiene en cuenta que Nicaragua se encuentra en el centro de Centroamérica. Al norte tiene a El Salvador, Honduras y Guatemala; y al sur, Costa Rica y Panamá”.

Segundo, “que el comercio intracentroamericano es muy relevante para buena parte de las economías de Centroamérica, principalmente para Guatemala y El Salvador. Para Costa Rica relativamente menos, pero de todas maneras significativo. Y lo tercero, es que hasta hoy buena parte de este comercio se desarrolla por vía terrestre y no por vía marítima”, añade.

El economista recuerda varios episodios en los que Ortega ha trancado la frontera provocando descalabro del comercio regional. Lo hizo, dice Sáenz, en 2015 cuando impuso un muro para contener los miles de migrantes cubanos, principalmente, que buscaban cruzar desde Costa Rica rumbo a Estados Unidos.

“Tuvieron que hacer un puente para que los cubanos pudieran salir de Costa Rica, que ya estaban empezando a atiborrar Panamá también, para trasladarlos a El Salvador y desde allí seguir su rumbo hacia Estados Unidos”, añade.

“Esta fue una primera operación que mostró la llave que tenía Ortega para el tránsito terrestre por Centroamérica. Con ocasión de la pandemia (COVID) Ortega volvió a enseñar la pistola del mafioso, hizo algunos disparos al aire que de todas maneras mostraron su capacidad para hacer daño. Trancó la frontera en Peñas Blancas y empezaron a acumularse kilómetros de furgones”.

También las convulsiones sociales provocan largas filas de furgones intentando pasar de una frontera a otra. En julio de 2018, las barricadas que levantaron quienes protestaban contra Ortega hicieron que se acumularan cientos de camiones en ambas fronteras.

Cada uno de estos episodios reavivó la idea de establecer un ferry, un proyecto del que se viene hablando desde hace 10 años.

Detalles del buque, publicado por la revista Forbes.
Detalles del buque, publicado por la revista Forbes.

“Los gobiernos salvadoreños, costarricense, ni ningún otro gobierno va a decir que el ferry es para sacarle municiones a la pistola de Ortega o para quitársela de la de la mano, pero obviamente, cuando uno revisa los antecedentes, puede constatar cuáles fueron los impulsos iniciales”, explica.

Sáenz dice que Costa Rica les compra a países centroamericanos un poco más de mil millones de dólares. “Eso no es una gran cifra en comparación con economía más o menos mediana, pero ¿cuántos negocios, cuántas empresa, cuánto empleo, para hablar de Costa Rica, dependen de esas importaciones?”

Considera que el éxito o fracaso de este proyecto dependerá de cómo se desarrolle y de los costos. “Si se eleva mucho el precio del combustible se hace más oneroso el transporte terrestre y aumenta la rentabilidad de un de un medio de transporte como el ferry”.

Su pronóstico es, “por los argumentos que se han dado”, que el uso de los ferrys para transportar mercancías crezca, en detrimento del transporte terrestre a través de furgones.

“Yo lo veo creciendo, primero para eliminar la incertidumbre que significa pasar por Nicaragua por cualquier causa, tanto por las protestas que ya se dieron y que pueden volver a darse, como por la presencia de Ortega. Si a eso se le agrega una reducción de costos por la vía del transporte y por la vía de los tiempos, incluso puede generar incentivos para que el comercio entre estos países se expanda y se genere un círculo virtuoso de abaratamiento de costos” señala.

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