Sebastián Marset Cabrera es uno de los nombres de un narcotraficante uruguayo-boliviano-brasileño que ha burlado todas las leyes bolivianas, exporta droga por Brasil a Europa, maneja fortunas y ahora desafía al comandante de la policía y al propio gobierno de Luis Arce.
Ha obtenido un certificado de nacimiento boliviano y más de tres cédulas de identidad aprovechando el descontrol, propicio para el fraude electoral, a tal punto que en este momento hay más votantes que habitantes en Bolivia.
En 158 puestos fronterizos es buscado este narco que tiene documentos con los nombres de Sebastián Marset Cabrera, Gabriel Souza Beumer y Luis Paulo Amorim Santos, según las circunstancias.
En un video que hizo público, el narco agradeció al comandante de la policía antidrogas, coronel Ismael Vilca, por haberle avisado a tiempo que había una orden de aprehenderlo, según sus palabras, lo que el coronel ha desmentido diciendo que es un policía de honor.
El coronel Vilca ha usado también otros tonos para dirigirse al narco. Le ha pedido, en un mensaje público, que por favor se entregue y de esa manera ayude a lavar la imagen de la institución.
Marset escapó de la policía en una acción que incluyó el secuestro de tres oficiales, que luego fueron liberados. Esto hace sospechar que el narco tiene control de muchos policías bolivianos. Por eso desafía al coronel Vilca.
Además, de acuerdo con Insight Crime, también fue buscado en otras siete propiedades relacionadas con sus nombres. Pero el narcotraficante, su esposa y tres hijos escaparon en una Land Cruiser blanca después de que al parecer se le alertara de la inminencia del allanamiento.
El ministro de gobierno, Eduardo del Castillo, dijo que ha “movilizado más de 2.250 efectivos policiales, más de 144 motorizados, hemos realizado más de 23 operativos, seis allanamientos y la detención de 12 personas”.
Agregó que en los allanamientos se incautaron 17 fusiles, una pistola, 1.915 municiones, 28 cargadores para diversos tipos de armas, cuatro chalecos antibalas, una motocicleta, 31 vehículos (varios de alta gama), cuatro cuatrimotos, un vehículo recreativo deportivo Terix.
Después de haber estado en Emiratos Árabes Unidos con documentación falsa, se estableció en Santa Cruz y muy pronto compró el club de fútbol Los Leones en El Torno, donde, además, figuraba como uno de los jugadores, según el portal Bolivia.com.
El Torno es una pequeña ciudad de Santa Cruz controlada por los agentes del cocalero Morales a través de su alcalde, Edilberto Cuéllar Cuba, que hace los trabajos sucios para el transporte de la droga hasta la frontera con Brasil camuflada en camiones que llevan arena. Ha cerrado una docena de empresas que explotaban la arena del río, porque competían con la arena de Morales. Maneja una mafia de camioneros para imponer el monopolio de la arena del Chapare en el departamento de Santa Cruz, con el respaldo del gobierno boliviano.
Infobae indicó que Marset usaba documentación de la Confederación Brasileña de Fútbol y jugaba en Bolivia con el nombre Luis Amorim.
La policía paraguaya informó que a principios de este año había advertido a las autoridades de Bolivia sobre la presencia del escurridizo narco en territorio boliviano, según informa la oposición.
A la oposición se ha sumado el ex ministro Carlos Romero, de la gestión de Evo Morales, quien se ofrece para capturar al narco charrúa y asegura que la policía está ahora empeñada en otros menesteres, como el hallazgo de fábricas de cocaína solamente en el Chapare.
Por las cosas que se han dicho en Bolivia, Brasil y Paraguay sobre este narco, la policía boliviana estaría ahora detrás de un verdadero pez gordo que es buscado por la Interpol y la DEA. Ahora es uno de los operadores del Primer Comando da Capital (PCC), la mafia paulista que tiene a su cargo hacer los envíos de la droga a Europa usando como contacto a la calabresa Ndrangheta, encargada de distribuir la droga en el viejo continente.
Lo que se sabe es que el PCC tiene plantaciones de coca en Bolivia, además de fábricas de droga, pero sobre todo muchos agentes dedicados a hacer cumplir su “código penal”, dedicado principalmente a combatir a los agentes de la mafia carioca Comando Vermelho, que también quiere operar en el paraíso boliviano de la droga.
El opositor José Carlos Sánchez dice que el caso del narco charrúa vino a desnudar la dramática situación de las instituciones republicanas en Bolivia, comenzando por el servicio de identificación nacional, el padrón electoral, la policía, la justicia y las Fuerzas Armadas.
“En este momento, no solamente estamos confirmando que en Bolivia hay más votantes que habitantes, sino que los derechos de propiedad de las personas sobre bienes inmuebles están también en peligro, además de que la propia ciudadanía boliviana es un desprestigio en el exterior.”
Aludió Sánchez a la alarma que hay en este momento en Lima, donde el diario Expreso tituló en primera página que Bolivia prepara una guerra con Perú al aliarse con Irán. Y también mencionó la preocupación que hay en Argentina por esa alianza y por los afanes expansionistas de Evo Morales en Puno y Jujuy.
Ahora, la policía paraguaya informa que hay otros peces gordos del narcotráfico que están operando en Bolivia, además de Marset: Lindomar Reges Furtado y José Alberto Insfrán Galeano.
Una comisión del gobierno boliviano viajará a Paraguay para recibir información sobre los narcos que operan entre los dos países.
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