(Desde Brasilia).- El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, dijo que los abusos a los derechos humanos cometidos por los regímenes de Cuba, Nicaragua y Venezuela “es un tema que tiene que ser discutido”, por lo que aseguró que su país se mantiene en comunicación con las tres naciones para dialogar sobre ese tema.
En conversación con Infobae el canciller brasileño dijo que ha venido hablando con los tres regímenes latinoamericanos sobre el flagelo de los derechos humanos, no sólo desde ahora, sino desde cuando era el ministro de relaciones exteriores de la ex presidenta Dilma Rousseff.
“Nosotros reconocemos eso, es un tema que tiene que ser discutido, nosotros hemos estado hablando con ellos y con otros países, incluso en Ginebra, en el Consejo de derechos humanos, porque nosotros estamos listos y abiertos para discutir cualquier tema que sea necesario”, manifestó el jefe de la diplomacia brasileña.
Vieira recordó que en 2015, luego de las elecciones parlamentarias en Venezuela en las que el régimen de Nicolás Maduro se vio fuertemente derrotado, él junto con diplomáticos de otros países intervinieron para mantener el diálogo entre chavismo y oposición.
“Yo formé parte de las negociaciones cuando se llevaron a cabo las elecciones parlamentarias, cuando el gobierno perdió, participamos Brasil, Colombia y Ecuador, como parte de Unasur y viajamos muchas veces para discutir con Maduro y la oposición. Nosotros todavía estamos haciendo lo mismo”, dijo el canciller brasileño.
“Hemos tomado parte en este grupo de diálogo (entre el régimen y la oposición) que fue iniciado en México y que se reunió hace tan sólo un mes en Colombia y continuaremos formando parte de estas conversaciones, de estas negociaciones”, agregó Vieira.
En el caso de Nicaragua, tras ser preguntado sobre la expulsión de más de 200 líderes opositores, a quienes además se les quitó la nacionalidad, el ministro de Exteriores de Brasil dijo que su país ya había expresado su preocupación en los espacios correspondientes.
“Especialmente en el caso de Nicaragua nosotros hemos tenido la oportunidad de votar en Ginebra y eso ha dejado en claro nuestra posición, es un tema que nos preocupa”, indicó el canciller. Y añadió: “Por supuesto que con Cuba tenemos relaciones tradicionales, creo que ellos van hacia una situación económica muy compleja pero nosotros incluso estamos trabajando con ellos en relación a la defensa de los derechos humanos; nosotros hablamos con todos ellos sobre estos problemas”.
Los próximos 8 y 9 de agosto se celebrará en la ciudad de Belém, en Brasil, la Cumbre de la Amazonía, en la que se espera que el dictador venezolano asista y sea recibido por el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva.
Esta posible visita ha sido criticada por varios sectores políticos, debido a que Maduro está siendo investigados por crímenes de lesa humanidad por la Corte Penal Internacional (CPI), lo que hace que muchos grupos repudien la relación reestablecida entre Brasil y Venezuela.
Esta no sería la primera vez que Lula se encuentra con Maduro desde que asumió en enero de este año su tercer mandato presidencial. De hecho, el canciller Vieira aseguró que una de las primeras instrucciones que recibió del jefe del Partido de los Trabajadores luego de jurar como presidente, fue reestablecer comunicación con Venezuela.
“El presidente Lula, apenas tomó posición en el gobierno me dio instrucciones inmediatamente para reabrir la embajada y los consulados que habían sido clausurados por el gobierno anterior y nosotros queremos seguir conversando (con Venezuela), es un país importante, tenemos una frontera muy grande, tenemos más de 20 mil brasileños viviendo en Venezuela y por supuesto sabemos que tiene enormes reservas de petróleo y gas y es un país muy importante y queremos seguir hablando”, dijo Vieira.
Maduro fue recibido “con honores” en Brasilia, capital de Brasil, en mayo de este año. El dictador arribó en un avión de la aerolínea estatal Conviasa, de bandera venezolana la cual se encuentra sancionada por los Estados Unidos.
El viaje de Maduro se concretó luego de varios intentos frustrados. Es que desde que Lula da Silva llegó a Planalto en enero, ha intentado recibir al dictador y rehabilitarlo internacionalmente.
De hecho, la visita del venezolano al gigante sudamericano solo pudo concretarse por el cambio de Gobierno, ya que la gestión anterior, la de Jair Bolsonaro, había prohibido la entrada del dictador al país, alineado con las democracias mundiales que condenan la brutalidad del régimen chavista.
Con la asunción de Lula, la relación de Brasil con Venezuela cambió de manera drástica. Y tras la investidura del petista, Brasil también reabrió su embajada en Caracas.
Seguir leyendo: